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Examinemos las Escrituras todos los días 2025
es25

Agosto

Viernes 1 de agosto

Muchas son las dificultades del justo, pero Jehová lo libera de todas ellas (Sal. 34:19).

En el versículo de arriba se mencionan dos ideas importantes: 1) los justos pasan por dificultades y 2) Jehová los libera de ellas. Una de las cosas que hace Jehová para liberarnos de las pruebas es ayudarnos a tener un punto de vista realista de la vida en este sistema. Es cierto que Jehová nos promete que seremos felices si le servimos, pero eso no quiere decir que vayamos a tener una vida sin problemas ahora (Is. 66:14). Dios quiere que nos centremos en el futuro eterno que nos espera; esa es la vida que desea para nosotros (2 Cor. 4:16-18). Y, mientras tanto, nos ayuda a seguir adelante día a día (Lam. 3:22-24). ¿Qué podemos aprender de los ejemplos de siervos fieles de Jehová tanto de tiempos bíblicos como de la actualidad? Que, aunque nos vengan problemas inesperados, si confiamos en Jehová, él siempre nos sostendrá (Sal. 55:22). w23.04 17:3, 4

Sábado 2 de agosto

Sométanse a las autoridades superiores (Rom. 13:1).

Podemos aprender mucho de José y María. Ellos estaban listos para obedecer a las autoridades superiores incluso cuando era difícil hacerlo (Luc. 2:1-6). Por ejemplo, su obediencia se puso a prueba cuando María llevaba unos nueve meses de embarazo. Resulta que el emperador romano César Augusto ordenó realizar un censo. Para cumplir con ese decreto, José y María tenían que ir a Belén. Eso exigía viajar unos 150 kilómetros (93 millas) por terreno montañoso. El viaje no sería nada fácil, especialmente para María. Puede que a los dos les preocupara el bienestar de ella y del bebé. ¿Y si el momento de dar a luz llegaba en pleno camino? ¡María llevaba en su vientre al que sería el Mesías! ¿Habría sido una razón válida para desobedecer el decreto? José y María no usaron ninguna de estas preocupaciones como excusa para desobedecer la ley. Y Jehová los bendijo por ser obedientes: María llegó bien a Belén, dio a luz a un bebé sano y hasta contribuyó al cumplimiento de una profecía bíblica (Miq. 5:2). w23.10 42:9, 11, 12

Domingo 3 de agosto

Animémonos unos a otros (Heb. 10:25).

Si la idea de comentar en las reuniones lo pone muy nervioso, ¿qué puede hacer? Algo que lo puede ayudar es prepararse bien (Prov. 21:5). Cuanto más conozca la información, más fácil le resultará levantar la mano. Otra buena idea es hacer comentarios breves (Prov. 15:23; 17:27). Con menos palabras, menos nervios. Si usted hace un comentario corto usando sus propias palabras, los demás verán que se ha preparado bien y que entiende la información. ¿Qué puede hacer si después de poner en práctica algunas de estas sugerencias los nervios solo le permiten comentar una o dos veces? Recuerde que Jehová valora mucho que usted haga todo lo que pueda por comentar (Luc. 21:1-4). Pero Jehová no espera que usted se exija más de la cuenta (Filip. 4:5). Así que determine cuánto puede dar, ponga manos a la obra y pídale a Jehová que le dé calma. Para empezar, la meta podría ser hacer un comentario breve. w23.04 18:6-8

Lunes 4 de agosto

Pongámonos la coraza y el casco (1 Tes. 5:8).

El apóstol Pablo nos comparó a soldados que están vigilantes y tienen la armadura puesta. En tiempos de guerra, un soldado siempre debe estar listo para la batalla. Lo mismo pasa con nosotros. Demostramos que estamos preparados para el día de Jehová si nos ponemos la coraza de la fe y el amor, y el casco de la esperanza. Tal como la coraza protegía el corazón del soldado, la fe y el amor protegen nuestro corazón simbólico. Estas cualidades nos ayudan a continuar sirviendo a Jehová y a seguir a Jesús. Gracias a la fe, estamos convencidos de que Jehová recompensa a los que lo buscan con empeño (Heb. 11:6). Además, la fe nos motiva a serle leales a nuestro Líder, Jesús, a pesar de las dificultades. Para fortalecer nuestra fe y encarar los problemas, fijémonos en cómo los hermanos han logrado ser íntegros ante la persecución o las crisis económicas. Y, para que no nos entrampe el deseo de tener cosas materiales, podemos seguir el ejemplo de quienes llevan una vida sencilla y ponen el Reino de Dios en primer lugar. w23.06 26:8, 9

Martes 5 de agosto

El que mira las nubes no cosechará (Ecl. 11:4).

La persona que tiene autocontrol sabe controlar sus sentimientos y sus acciones. Esta cualidad nos impulsa a alcanzar nuestras metas, especialmente cuando nos resulta difícil hacerlo o no estamos motivados. Recordemos que el autocontrol es parte del fruto del espíritu. Así que, si le pedimos a Jehová su espíritu santo, podremos cultivar esta cualidad tan importante (Luc. 11:13; Gál. 5:22, 23). No espere a tener las circunstancias perfectas. En este mundo es muy poco probable que las tengamos. Si esperamos de brazos cruzados a que lleguen, tal vez nunca alcancemos nuestra meta. Puede que a veces nos falte motivación porque nuestra meta nos parece demasiado grande. Si ese es su caso, ¿por qué no convierte la meta grande en varias pequeñas? Por ejemplo, si lo que quiere es desarrollar una cualidad, ¿qué tal si intenta mostrarla con cosas pequeñas? Si lo que busca es leer la Biblia entera, ¿por qué no programa periodos más cortos de lectura? w23.05 24:11-13

Miércoles 6 de agosto

La senda de los justos es como la luz brillante de la mañana, que brilla cada vez más hasta que es pleno día (Prov. 4:18).

Durante los últimos días, Jehová ha utilizado a su organización para seguir dándonos alimento espiritual, que nos ayuda a continuar por el “Camino de la Santidad” (Is. 35:8; 48:17; 60:17). Por así decirlo, cuando alguien acepta estudiar la Biblia, se le abre la oportunidad de andar por el “Camino de la Santidad”. Algunos solo recorren una distancia corta porque deciden abandonarlo. En cambio, otros están decididos a seguir andando hasta llegar a su destino. Pero ¿cuál es ese destino? Para quienes tienen la esperanza celestial, el “Camino de la Santidad” lleva al “paraíso de Dios” en el cielo (Apoc. 2:7). Y, para quienes esperan vivir en la Tierra, el camino lleva al final del Reinado de Mil Años de Cristo, cuando todas las personas serán perfectas. Si usted está andando por él, no mire hacia atrás, siga adelante hasta completar su viaje hacia el nuevo mundo. w23.05 22:15, 16-18

Jueves 7 de agosto

Nosotros amamos porque él nos amó primero (1 Juan 4:19).

Si piensa en todo lo que Jehová ha hecho por usted, la gratitud lo impulsará de manera natural a dedicarle su vida (Sal. 116:12-14). La Biblia dice que “todos los regalos buenos y todos los dones perfectos” vienen de Jehová (Sant. 1:17). El regalo más especial que nos ha dado es el sacrificio de su Hijo, Jesús. Gracias a ese maravilloso regalo, usted tiene la posibilidad de ser amigo de Dios y de vivir para siempre (1 Juan 4:9, 10). Una manera de agradecerle su inmenso amor y todo lo que ha hecho por usted es dedicarle su vida (Deut. 16:17; 2 Cor. 5:15). w24.03 9:8

Viernes 8 de agosto

El que anda con rectitud teme a Jehová (Prov. 14:2).

Cuando vemos las normas morales de la sociedad actual, nos sentimos como Lot, un hombre justo de tiempos bíblicos. Él “estaba muy angustiado por la conducta descarada de los malvados”, ya que sabía que nuestro Padre celestial odia que las personas actúen así (2 Ped. 2:7, 8). Claro, como Lot amaba a Jehová y lo respetaba profundamente, también odiaba el comportamiento inmoral de las personas que lo rodeaban. Nuestro caso es parecido. Vivimos en un mundo que siente muy poco respeto o ninguno por las normas morales de Dios. A pesar de todo, si amamos a Dios y aprendemos a temerle, podemos mantenernos limpios en sentido moral. Para ayudarnos a lograr eso, Jehová nos anima y motiva con el libro de Proverbios. Todos los cristianos —hombres, mujeres, jóvenes, mayores...— podemos beneficiarnos mucho de los buenos consejos que encontramos en sus páginas. La persona que teme a Jehová se esfuerza por no justificar la mala conducta y no minimiza el peligro de tener malas amistades. w23.06 28:1, 2, 5

Sábado 9 de agosto

Si alguien quiere ser mi seguidor, que renuncie a sí mismo, que tome su madero de tormento día tras día y me siga constantemente (Luc. 9:23).

Es posible que usted haya tenido que enfrentar oposición familiar o hacer algún sacrificio material por poner el Reino en primer lugar (Mat. 6:33). Si ese es su caso, puede estar seguro de que Jehová sabe todo lo que ha hecho por él (Heb. 6:10). Es probable que haya visto lo ciertas que son estas palabras de Jesús: “No hay nadie que haya dejado hogar, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o campos por mí y por las buenas noticias que no reciba ahora, en este tiempo, 100 veces más —casas, hermanos, hermanas, madres, hijos y campos, aunque con persecuciones— y, en el sistema que viene, vida eterna” (Mar. 10:29, 30). Las bendiciones que usted ha recibido sin duda superan con creces los sacrificios que ha tenido que hacer (Sal. 37:4). w24.03 10:5

Domingo 10 de agosto

El verdadero amigo ama en todo momento y es un hermano en tiempos de angustia (Prov. 17:17).

Cuando los cristianos de Judea sufrieron una época de mucha hambre, los hermanos de Antioquía “decidieron enviarles ayuda, cada uno según sus posibilidades, a los hermanos que vivían en Judea” (Hech. 11:27-30). Aunque los hermanos que estaban pasando necesidad vivían lejos, los cristianos de Antioquía estaban decididos a socorrerlos (1 Juan 3:17, 18). Nosotros también podemos demostrar nuestra compasión cuando nos enteramos de que los hermanos están pasando por una situación de emergencia. Podríamos actuar rápidamente de las siguientes maneras: poniéndonos a disposición de los ancianos, haciendo donativos a la obra mundial y orando por los que están sufriendo. O tal vez podamos ayudar a nuestros hermanos que necesiten ayuda para cubrir sus necesidades básicas. ¿Verdad que deseamos que cuando venga nuestro Rey, Jesucristo, a juzgar a la gente nos encuentre mostrando compasión y nos diga: “Hereden el Reino”? (Mat. 25:34-40). w23.07 29:9, 10, 12

Lunes 11 de agosto

Que todos sepan que ustedes son personas razonables (Filip. 4:5).

Jesús es razonable como Jehová, y eso se notó durante su ministerio en la Tierra. Aunque se le había enviado para predicarles “a las ovejas perdidas de la nación de Israel”, en una ocasión ayudó a una mujer que no era israelita. Ella le rogó que curara a su hija, que estaba “cruelmente poseída por un demonio”. Jesús sintió compasión y sanó a la hija de esta mujer (Mat. 15:21-28). Pensemos en otro ejemplo. Algún tiempo después de comenzar su ministerio, Jesús dijo: “Si alguien me rechaza [...], yo también lo rechazaré” (Mat. 10:33). ¿Pero acaso rechazó a Pedro porque en tres ocasiones negó conocerlo? No. Sabía que Pedro estaba arrepentido y que era un hombre fiel. Después de resucitar, Jesús se le apareció a Pedro y muy probablemente le confirmó su perdón y su amor (Luc. 24:33, 34). Jehová y Jesús son razonables. ¿Y nosotros? Jehová espera que también lo seamos. w23.07 32:6, 7

Martes 12 de agosto

La muerte ya no existirá (Apoc. 21:4).

¿Qué podemos decirles a las personas para asegurarles que Dios cumplirá su promesa de que la Tierra será un paraíso? En primer lugar, que es el propio Jehová el que hace la promesa. Apocalipsis dice: “El que estaba sentado en el trono dijo: ‘¡Mira! Estoy haciendo nuevas todas las cosas’”. Él quiere cumplir su promesa y tiene la sabiduría y el poder para lograrlo. En segundo lugar, que Jehová está tan seguro de que su promesa se cumplirá que habla de ella como si ya hubiera ocurrido. Por eso él dice sobre sus palabras: “Son fieles y verdaderas”. Y añade: “¡Ya se han hecho realidad!”. En tercer lugar, que cuando Jehová comienza algo lo termina. Eso lo confirma la frase “Yo soy el Alfa y el Omega” (Apoc. 21:6). Jehová demostrará que Satanás es un mentiroso y un fracaso. Por eso, cuando una persona nos diga “Eso es demasiado bueno para ser cierto”, leámosle y expliquémosle Apocalipsis 21:5, 6. Mostrémosle que Jehová ha garantizado así el cumplimiento de su promesa; es como si le hubiera puesto su propia firma (Is. 65:16). w23.11 46:18, 19

Miércoles 13 de agosto

Te convertiré en una gran nación (Gén. 12:2).

Cuando Jehová le hizo esa promesa, Abrahán tenía 75 años y no tenía ningún hijo. ¿Pero vio Abrahán el cumplimiento de esta promesa? Solo en parte. Para ello, después de cruzar el río Éufrates, tuvo que esperar 25 años. Entonces, de manera milagrosa, fue padre de Isaac. Y 60 años más tarde nacieron sus nietos Esaú y Jacob (Heb. 6:15). Pero Abrahán no llegó a ver que sus descendientes se convirtieran en una gran nación y heredaran la Tierra Prometida. Aun así, este hombre fiel disfrutó de una estrecha amistad con su Creador (Sant. 2:23). ¿Y se imagina lo feliz que se sentirá Abrahán cuando resucite? Se enterará de que, gracias a su fe y su paciencia, todas las naciones consiguieron una bendición (Gén. 22:18). ¿Qué aprendemos? Puede que no veamos el cumplimiento de todas las promesas de Jehová en nuestros días. Pero, si somos pacientes como Abrahán, podemos estar seguros de que Jehová nos bendecirá ahora y muchísimo más en el nuevo mundo (Mar. 10:29, 30). w23.08 35:14

Jueves 14 de agosto

Mientras buscó a Jehová, el Dios verdadero hizo que le fuera bien (2 Crón. 26:5).

De joven, el rey Uzías era humilde y aprendió a “temer al Dios verdadero”. Vivió 68 años, y durante la mayor parte de su vida Jehová lo bendijo (2 Crón. 26:1-4). Uzías derrotó a muchas naciones enemigas y se aseguró de que Jerusalén estuviera bien protegida (2 Crón. 26:6-15). Seguro que se sentía muy contento por todo lo que estaba logrando con la ayuda de Jehová (Ecl. 3:12, 13). El rey Uzías estaba acostumbrado a dar órdenes. Y quizás eso le hizo pensar que podía hacer lo que quisiera. Un día, entró en el templo de Jehová y se atrevió a quemar incienso en el altar, algo que los reyes no podían hacer (2 Crón. 26:16-18). El sumo sacerdote Azarías lo corrigió, y Uzías se puso furioso. Tristemente, Uzías echó a perder su historial de servicio fiel, y Jehová lo castigó con lepra (2 Crón. 26:19-21). ¡Qué distinta habría sido su vida si hubiera seguido siendo humilde! w23.09 38:9, 10

Viernes 15 de agosto

Se separó de ellos por miedo a los del grupo de los circuncisos (Gál. 2:12).

Incluso después de ser ungido, el apóstol Pedro tuvo que seguir luchando con sus debilidades. En el año 36, Pedro vio como un gentil incircunciso llamado Cornelio recibía el espíritu santo. Esto fue una prueba clara de que “Dios no es parcial” y de que personas de otras naciones podían ser parte de la congregación cristiana (Hech. 10:34, 44, 45). A partir de ese momento, Pedro no tuvo ningún problema en comer con gentiles, algo que antes jamás habría hecho. Ahora bien, algunos cristianos de origen judío pensaban que estaba mal que gentiles y judíos comieran juntos. Cuando algunos que pensaban así llegaron a Antioquía, Pedro dejó de comer con sus hermanos gentiles, probablemente por miedo a ofender a los cristianos de origen judío. Al ver este comportamiento hipócrita de Pedro, el apóstol Pablo lo reprendió delante de todos (Gál. 2:13, 14). A pesar de este error, Pedro no se rindió; siguió adelante. w23.09 40:8

Sábado 16 de agosto

Él los pondrá sobre una base sólida (1 Ped. 5:10).

Si al hacerse un autoexamen sincero ve que está fallando en algo, no se desanime. Recuerde “lo bondadoso que es el Señor” y que él lo ayudará a mejorar (1 Ped. 2:3). El apóstol Pedro nos asegura: “Dios [...] terminará el entrenamiento de ustedes. Él los hará firmes”. En una ocasión, Pedro no se sintió digno de estar delante del Hijo de Dios (Luc. 5:8). Pero, con el apoyo y el cariño de Jehová y Jesús, Pedro siguió a Cristo fielmente. Como resultado, se le permitió entrar “en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Ped. 1:11). ¡Qué premio tan extraordinario! Si usted persevera igual que Pedro y deja que Jehová lo entrene, también recibirá el premio de la vida eterna. Alcanzará “el objetivo de su fe: su salvación” (1 Ped. 1:9). w23.09 41:16, 17

Domingo 17 de agosto

Adoren al que hizo el cielo y la tierra (Apoc. 14:7).

En el antiguo tabernáculo había un patio: una zona abierta y cercada donde los sacerdotes prestaban sus servicios. En el patio estaba el gran altar de cobre en el que se presentaban las ofrendas quemadas. También había una fuente de cobre en la que los sacerdotes se lavaban con agua antes de cumplir con sus responsabilidades sagradas (Éx. 30:17-20; 40:6-8). Hoy en día, los cristianos ungidos que aún viven en la Tierra sirven fielmente a Jehová en el patio interior del templo espiritual. La gran fuente de agua que había en el tabernáculo y en el templo les recuerda a ellos, y en general a todos los cristianos, la importancia de mantenerse limpios en sentido moral y espiritual. ¿Y dónde adora a Dios la “gran muchedumbre”? El apóstol Juan vio que “estaban de pie delante del trono” y que le daban a Dios “servicio sagrado día y noche”. La gran muchedumbre hace esto en la Tierra, en el patio exterior del templo espiritual (Apoc. 7:9, 13-15). ¡Qué bueno que todos tenemos un lugar donde adorar a Jehová en su templo espiritual! w23.10 45:15, 16

Lunes 18 de agosto

A causa de la promesa de Dios, se hizo poderoso por su fe (Rom. 4:20).

Jehová utiliza a los ancianos para darnos fuerzas (Is. 32:1, 2). Así que hable con ellos cuando algo le preocupe. Y, si le brindan su ayuda, acéptela con gusto. Jehová se vale de ellos para hacerlo fuerte. La esperanza que nos da la Biblia de vivir para siempre, ya sea en el cielo o en un paraíso acá en la Tierra, también nos llena de fuerzas (Rom. 4:3, 18, 19). Gracias a esa esperanza, tenemos las fuerzas para aguantar las pruebas, predicar las buenas noticias y cumplir con nuestras responsabilidades en la congregación (1 Tes. 1:3). Esa misma esperanza fortaleció al apóstol Pablo. Lo habían oprimido, perseguido y derribado, y había estado indeciso. Incluso hubo veces en las que estuvo a punto de perder la vida (2 Cor. 4:8-10). Concentrarse en su esperanza le dio a Pablo fuerzas para aguantar (2 Cor. 4:16-18). Se concentró en la vida eterna que tendría en el futuro en el cielo. Meditaba en esa esperanza, y como resultado sentía que iba “renovándose cada día”. w23.10 43:14-17

Martes 19 de agosto

Jehová le dará fuerzas a su pueblo. Jehová bendecirá a su pueblo con paz (Sal. 29:11).

Cuando oremos, preguntémonos si Jehová considerará que ese es el momento de darnos lo que le pedimos. Tal vez pensemos que necesitamos una respuesta inmediata a nuestras oraciones. Pero, en realidad, Jehová sabe cuál es el mejor momento para ayudarnos (Heb. 4:16). Si Jehová no nos concede enseguida lo que le pedimos, puede que pensemos que su respuesta es “No”. Pero tal vez su respuesta es “Todavía no”. Por ejemplo, digamos que un hermano joven ora para dejar de estar enfermo, pero su salud no mejora. Si Jehová lo curara milagrosamente, Satanás podría echarle en cara que este joven seguía sirviéndole solo porque se había curado (Job 1:9-11; 2:4). Por otro lado, Jehová ya ha fijado el momento para acabar con todas las enfermedades (Is. 33:24; Apoc. 21:3, 4). Así que por ahora no esperamos que Jehová haga curaciones milagrosas. Entonces, ¿qué podría pedirle este joven a Jehová? Que le dé las fuerzas y la paz mental que necesita para seguir sirviéndole fielmente a pesar de su enfermedad. w23.11 49:13

Miércoles 20 de agosto

No nos ha tratado de acuerdo con nuestros pecados ni nos ha dado lo que nos merecemos por nuestros errores (Sal. 103:10).

Sansón cometió un grave error, pero no se rindió. Quería seguir cumpliendo con la misión que Jehová le había encargado, la de luchar contra los filisteos (Juec. 16:28-30). Así que le suplicó a Jehová: “Permíteme vengarme de los filisteos”. Dios escuchó su oración y le devolvió su extraordinaria fuerza. Como resultado, Sansón mató a más filisteos en esa ocasión que durante toda su vida. Aunque Sansón tuvo que sufrir las consecuencias de su error, no dejó de esforzarse por cumplir la voluntad de Jehová. Así que nosotros tampoco debemos rendirnos si cometemos un error y, como resultado, necesitamos corrección o perdemos una responsabilidad. Recordemos que Jehová no nos ve como un caso perdido (Sal. 103:8, 9). A pesar de nuestros errores, podemos ser muy útiles para él, tal como lo fue Sansón. w23.09 37:15, 16

Jueves 21 de agosto

El aguante hace que tengamos la aprobación de Dios; la aprobación de Dios produce esperanza (Rom. 5:4).

El aguante hace que tengamos la aprobación de Dios. Eso no quiere decir que Jehová se alegra cuando pasamos por dificultades, sino que se alegra cuando aguantamos. ¿Verdad que lo anima saber que, si se mantiene fiel y aguanta, puede hacer feliz a Jehová? (Sal. 5:12). Pensemos en Abrahán. Consiguió la aprobación de Dios porque aguantó las pruebas que afrontó. Jehová lo vio como su amigo y lo consideró alguien justo (Gén. 15:6; Rom. 4:13, 22). Lo mismo pasa con nosotros. La aprobación de Dios no depende de todo lo que hagamos en su servicio ni de las responsabilidades que tengamos en la congregación, sino que depende de que nos mantengamos fieles y aguantemos. Y eso es algo que está al alcance de todos, sin importar nuestra edad, nuestras circunstancias o nuestras habilidades. ¿Se está usted enfrentando a una prueba en estos momentos? Tenga presente que, si se mantiene fiel, tendrá la aprobación de Dios. Saber que Jehová está contento con nosotros tiene un efecto muy poderoso: fortalece nuestra esperanza. w23.12 51:13, 14

Viernes 22 de agosto

Pórtate como un hombre (1 Rey. 2:2).

Es esencial que todos los varones cristianos aprendan a comunicarse bien con los demás. Esto implica saber escuchar y entender lo que piensan y sienten los demás (Prov. 20:5). Si eres joven, puedes aprender a captar lo que una persona te transmite mediante su tono de voz, sus expresiones faciales y su lenguaje corporal. Esto solo se aprende pasando tiempo con la gente. Si siempre te comunicas por medios electrónicos, como por correo electrónico y mensajes, cada vez se te hará más difícil hablar cara a cara con los demás. Así que busca oportunidades para comunicarte en persona con otros (2 Juan 12). Por otro lado, un cristiano maduro también debe ser capaz de mantenerse a sí mismo y a su familia (1 Tim. 5:8). Es bueno que aprendas a hacer algo con lo que ganarte la vida (Hech. 18:2, 3; 20:34; Efes. 4:28). Trabaja duro y no dejes las cosas a medias. Así te harás un buen nombre y será más probable que consigas un trabajo y no lo pierdas. w23.12 53:12, 13

Sábado 23 de agosto

El día de Jehová vendrá exactamente como un ladrón en la noche (1 Tes. 5:2).

En la Biblia, la expresión “el día de Jehová” se refiere al periodo de tiempo en el que él acaba con sus enemigos y salva a su pueblo. Eso ya ocurrió en el pasado, cuando Jehová ejecutó sus sentencias (Is. 13:1, 6; Ezeq. 13:5; Sof. 1:8). “El día de Jehová” que está por llegar comienza con el ataque a Babilonia la Grande y termina en la batalla de Armagedón. Para sobrevivir a ese “día”, tenemos que prepararnos desde ya. De hecho, Jesús enseñó que debemos estar “siempre preparados” para la “gran tribulación”, y así indicó que es un proceso continuo (Luc. 12:40; Mat. 24:21). En la Primera Carta a los Tesalonicenses, el apóstol Pablo usó varias comparaciones para ayudar a los cristianos a estar preparados para el gran día de Jehová. Pablo sabía que todavía faltaba mucho tiempo para que llegara ese día (2 Tes. 2:1-3). Sin embargo, dijo que era muy importante prepararse como si estuviera a la vuelta de la esquina. Nosotros también podemos seguir ese consejo. w23.06 26:1, 2

Domingo 24 de agosto

Mis queridos hermanos, manténganse firmes, inamovibles (1 Cor. 15:58).

A finales de los años setenta, se inició la construcción de un rascacielos de 60 pisos en Tokio (Japón). Al pasar, las personas se preguntaban si sería capaz de aguantar los frecuentes terremotos. Pero ¿qué hicieron los ingenieros para lograr que se mantuviera en pie? Lo diseñaron para ser sólido y a la vez flexible, lo que le permitía amortiguar las sacudidas. Los cristianos somos como ese rascacielos. ¿En qué sentido? La persona que sirve a Jehová debe mantener el equilibrio entre la firmeza y la flexibilidad. Por un lado, tiene que ser firme e inamovible cuando se trata de apoyar las normas y las leyes de Jehová. Tiene que estar “lista para obedecer” a Dios y no violar nunca sus principios. Por otro lado, tiene que ser “razonable”, es decir, flexible, siempre que sea posible o incluso necesario (Sant. 3:17). Si tenemos este punto de vista equilibrado, no nos iremos a los extremos; no seremos ni demasiado rígidos ni tampoco permisivos. w23.07 31:1, 2

Lunes 25 de agosto

Aunque ustedes nunca lo vieron, lo aman (1 Ped. 1:8).

Jesús tuvo que enfrentarse a Satanás, que lo tentó e incluso puso a prueba su lealtad a Jehová de manera directa (Mat. 4:1-11). Satanás estaba decidido a hacer que Jesús pecara para que no pudiera pagar el rescate. Durante su ministerio, Jesús aguantó otras pruebas. Por ejemplo, sus enemigos lo persiguieron y amenazaron con matarlo (Luc. 4:28, 29; 13:31). Tuvo que lidiar con las imperfecciones de sus discípulos (Mar. 9:33, 34). En el juicio en el que lo condenaron a muerte, lo torturaron y se burlaron de él. Después lo ejecutaron como si fuera un delincuente y sufrió muchísimo (Heb. 12:1-3). Y, cuando estaba a punto de morir, Jehová le retiró su protección, así que tuvo que aguantar la parte final de la prueba por sí solo (Mat. 27:46). Está claro que Jesús pagó un precio muy alto para rescatarnos. Cuando pensamos en todos los sacrificios que Jesús estuvo dispuesto a hacer por nosotros, se nos llena el corazón de amor por él. w24.01 2:7-9

Martes 26 de agosto

Todo el que se precipita acabará en la pobreza (Prov. 21:5).

La paciencia nos ayuda a llevarnos bien con los demás. Si somos pacientes, escucharemos con atención cuando otros hablen (Sant. 1:19). También promoveremos la paz. No reaccionaremos de manera impulsiva ni diremos algo hiriente cuando estemos bajo presión. Además, si alguien nos ofende, no nos enojaremos con facilidad ni le pagaremos con la misma moneda. Más bien, seguiremos soportándonos unos a otros y perdonándonos con generosidad (Col. 3:12, 13). La paciencia también nos ayuda a tomar mejores decisiones. En vez de actuar de forma precipitada o sin pensar, dedicaremos tiempo a informarnos bien sobre las opciones que tenemos para ver cuál es la mejor. Por ejemplo, si estamos buscando trabajo, quizás nos sintamos tentados a aceptar lo primero que nos ofrezcan. Pero, si somos pacientes, tendremos en cuenta qué efecto tendrá en nuestra familia y en nuestra relación con Jehová. La paciencia nos ahorrará malas decisiones. w23.08 35:8, 9

Miércoles 27 de agosto

En mi cuerpo veo otra ley que lucha contra la ley de mi mente y que me hace prisionero de la ley del pecado que está en mi cuerpo (Rom. 7:23).

Si se siente frustrado por tener que luchar contra los malos deseos, pensar en la promesa que le hizo a Jehová cuando le dedicó su vida le dará las fuerzas para resistir las tentaciones. ¿Por qué lo decimos? Cuando una persona le dedica su vida a Jehová, renuncia a sí misma. Esto significa que les dice que no a los deseos y las ambiciones personales que le desagradan a Jehová (Mat. 16:24). Así que, cuando nos enfrentemos a una prueba, no tendremos que andar pensando en lo que vamos a hacer. Para nosotros, solo habrá una opción posible: ser leales a Jehová. Estaremos totalmente decididos a complacerlo. Cuando le dedicamos nuestra vida a Jehová, les dijimos que no a todas las otras opciones. Seremos como Job, que aunque pasó por dificultades terribles afirmó con absoluta convicción: “No renunciaré a mi integridad” (Job 27:5). w24.03 10:6, 7

Jueves 28 de agosto

Jehová está cerca de todos los que lo llaman, de todos los que lo llaman con sinceridad (Sal. 145:18).

Jehová es “el Dios de amor” (2 Cor. 13:11). Él se preocupa por cada uno de nosotros. Estamos convencidos de que nos “rodea su amor leal” (Sal. 32:10). Cuanto más meditemos en cómo nos ha demostrado que nos ama, más real será para nosotros y más cerca nos sentiremos de él. Así que podemos orarle y abrirle nuestro corazón para decirle que necesitamos mucho su amor. Podemos contarle todo lo que nos preocupa y estar seguros de que nos entiende y de que desea ayudarnos (Sal. 145:19). El amor de Jehová es tan agradable como el calor de una fogata en una noche fría. Queremos estar siempre cerca de él. Su amor es muy poderoso, pero a la misma vez es muy tierno. ¡Nos sentimos muy felices de que Jehová nos quiera tanto! Todos queremos exclamar: “Amo a Jehová” (Sal. 116:1). w24.01 4:19, 20

Viernes 29 de agosto

Les he dado a conocer tu nombre (Juan 17:26).

Jesús no solo le dijo a la gente que el nombre de Dios es Jehová. Eso los judíos ya lo sabían. Más bien, les explicó “cómo es él” (Juan 1:17, 18). Por ejemplo, las Escrituras Hebreas decían que Jehová es misericordioso y compasivo (Éx. 34:5-7). Pero Jesús logró que esta verdad cobrara vida cuando contó la parábola del hijo pródigo. Al leer que su padre alcanzó a verlo “cuando él todavía estaba lejos”, corrió a su encuentro, lo abrazó y lo perdonó de verdad, vemos tan claro como el agua que Jehová es misericordioso y compasivo (Luc. 15:11-32). Sin duda, Jesús ayudó a la gente a entender cómo es Jehová. w24.02 6:8, 9

Sábado 30 de agosto

Consolemos con el consuelo que recibimos de Dios (2 Cor. 1:4).

Jehová calma y consuela el corazón de los que están sufriendo. ¿Qué nos ayudará a sentir compasión y consolar a los demás, tal como lo hace Jehová? Cultivar cualidades que tengan que ver con el consuelo. ¿Qué cualidades nos ayudarán a seguir amándonos y consolándonos día tras día? (1 Tes. 4:18). Algunas de ellas son la empatía, el cariño fraternal y la bondad (Col. 3:12; 1 Ped. 3:8). Cuando la compasión y otras cualidades parecidas llegan a formar parte de nuestra personalidad, nos nace consolar a los que están pasando por momentos difíciles. Jesús lo explicó así: “La boca habla de lo que abunda en el corazón. La persona buena saca cosas buenas de su tesoro de bondad” (Mat. 12:34, 35). Queda claro que consolar a nuestros hermanos es una manera importante de demostrarles nuestro amor. w23.11 47:10, 11

Domingo 31 de agosto

Solo los perspicaces entenderán (Dan. 12:10).

Para entender las profecías bíblicas, tenemos que pedir ayuda. Pensemos en el siguiente ejemplo. Imagine que está de visita en una ciudad en la que nunca ha estado, pero lo acompaña un amigo que conoce ese lugar como la palma de su mano. Su amigo sabe exactamente en qué punto de la ciudad se encuentran y adónde lleva cada calle. ¡Qué bueno que este amigo quiso acompañarlo! De manera parecida, Jehová sabe en qué punto de la historia nos encontramos y también lo que nos queda por delante. Así que, para entender las profecías de la Biblia, tenemos que pedirle humildemente que nos ayude (Dan. 2:28; 2 Ped. 1:19, 20). Como cualquier buen padre, Jehová quiere que a sus hijos les vaya bien en el futuro (Jer. 29:11). Pero, a diferencia de los padres humanos, Jehová tiene la capacidad de predecir el futuro hasta el más mínimo detalle. Quiso que en su Palabra se escribieran profecías para que podamos conocer con antelación los sucesos importantes que van a ocurrir (Is. 46:10). w23.08 34:3, 4

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