Primero: Si eres generoso, la gente será generosa contigo.
Cuando los demás vean que das sin esperar nada a cambio, querrán demostrarte su gratitud siendo generosos contigo. La Biblia lo expresa así:
“Practiquen el dar, y se les dará. [...] Porque con la medida con que ustedes miden, se les medirá en cambio.” (Lucas 6:38.)
O como dice la Nueva Traducción Viviente: “La cantidad que den determinará la cantidad que recibirán a cambio”.
Segundo: Ayudando a los demás, te ayudarás a ti mismo.
Si haces cosas buenas por los demás, te sentirás mejor contigo mismo y tendrás la satisfacción de haberles ayudado. La Biblia lo dice de esta manera:
“Hay más felicidad en dar que en recibir.” (Hechos 20:35.)
“Cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos, a los ciegos; y serás feliz, porque ellos no tienen con qué pagártelo.” (Lucas 14:13, 14.)
Jóvenes que piensan en los demás
Hay muchos otros jóvenes como tú que se interesan por los demás. Fíjate en los siguientes ejemplos.
“A veces, lo único que se me antoja es sentarme a ver la tele; pero entonces me pongo a pensar en que mis papás van a llegar cansados del trabajo y todavía hay que lavar los platos y limpiar la casa. Así que decido hacerlo yo misma. Y como les encanta el café, les preparo un poco. Me siento muy feliz cuando veo sus caras de alegría al llegar a casa y escucho a mamá decir: ‘¡Qué bien huele! ¡Y qué limpio está todo! Muchas gracias, mi niña’.” (Casey)
“Mis padres siempre me han dado todo lo que necesito. Por eso, cuando se les averió el auto el año pasado, quise pagar la reparación, aunque eso significara gastar gran parte de mis ahorros. Claro, al principio no quisieron aceptar el dinero, pero yo fui muy insistente. Y es que se merecen eso y más. Poder hacer algo por ellos me hizo sentir muy bien.” (Holly)
¿Sabías esto? Muchos jóvenes testigos de Jehová participan en un programa mundial de educación bíblica. Esto les da la satisfacción de ayudar a la gente. Algunos incluso se han mudado a países donde hacen falta maestros de la Biblia.
“Vivía en Estados Unidos, pero me mudé a México para enseñar a más personas el mensaje bíblico. No siempre puedo dar dinero o regalos porque no tengo mucho que ofrecer. Pero he visto que hago más por la gente dando de mi tiempo y energías en el ministerio que dándole cualquier otra cosa.” (Evan)
¿Qué podrías hacer tú?
¿Quieres sentir la satisfacción de ayudar a otros? A continuación te damos un par de ideas.
En casa
Barrer la casa o lavar los platos sin que nadie te lo pida
Preparar una comida
Escribir a tus padres una notita para expresarles tu agradecimiento
Ayudar a alguno de tus hermanos con las tareas escolares
Fuera de casa
Enviar una carta de ánimo a alguien que esté triste o enfermo
Ayudar a una persona de edad avanzada con sus quehaceres
Visitar a un enfermo
Regalar algo a quien esté pasando por un mal momento
Sugerencia: ¿Se te ocurre otra forma de ayudar a alguien? Entonces hazlo esta misma semana. Ya verás lo bien que te vas a sentir.
“Ayudar a otros te hace feliz porque te da un sentido de logro y sientes que los demás valoran lo que haces. Y aunque al principio no lo parezca, puede ser muy entretenido. Es tanto lo que puedes ganar, que al final hasta se te olvida que has hecho un sacrificio.” (Alana)
