Jueves 21 de agosto
El aguante hace que tengamos la aprobación de Dios; la aprobación de Dios produce esperanza (Rom. 5:4).
El aguante hace que tengamos la aprobación de Dios. Eso no quiere decir que Jehová se alegra cuando pasamos por dificultades, sino que se alegra cuando aguantamos. ¿Verdad que lo anima saber que, si se mantiene fiel y aguanta, puede hacer feliz a Jehová? (Sal. 5:12). Pensemos en Abrahán. Consiguió la aprobación de Dios porque aguantó las pruebas que afrontó. Jehová lo vio como su amigo y lo consideró alguien justo (Gén. 15:6; Rom. 4:13, 22). Lo mismo pasa con nosotros. La aprobación de Dios no depende de todo lo que hagamos en su servicio ni de las responsabilidades que tengamos en la congregación, sino que depende de que nos mantengamos fieles y aguantemos. Y eso es algo que está al alcance de todos, sin importar nuestra edad, nuestras circunstancias o nuestras habilidades. ¿Se está usted enfrentando a una prueba en estos momentos? Tenga presente que, si se mantiene fiel, tendrá la aprobación de Dios. Saber que Jehová está contento con nosotros tiene un efecto muy poderoso: fortalece nuestra esperanza. w23.12 51:13, 14
Viernes 22 de agosto
Pórtate como un hombre (1 Rey. 2:2).
Es esencial que todos los varones cristianos aprendan a comunicarse bien con los demás. Esto implica saber escuchar y entender lo que piensan y sienten los demás (Prov. 20:5). Si eres joven, puedes aprender a captar lo que una persona te transmite mediante su tono de voz, sus expresiones faciales y su lenguaje corporal. Esto solo se aprende pasando tiempo con la gente. Si siempre te comunicas por medios electrónicos, como por correo electrónico y mensajes, cada vez se te hará más difícil hablar cara a cara con los demás. Así que busca oportunidades para comunicarte en persona con otros (2 Juan 12). Por otro lado, un cristiano maduro también debe ser capaz de mantenerse a sí mismo y a su familia (1 Tim. 5:8). Es bueno que aprendas a hacer algo con lo que ganarte la vida (Hech. 18:2, 3; 20:34; Efes. 4:28). Trabaja duro y no dejes las cosas a medias. Así te harás un buen nombre y será más probable que consigas un trabajo y no lo pierdas. w23.12 53:12, 13
Sábado 23 de agosto
El día de Jehová vendrá exactamente como un ladrón en la noche (1 Tes. 5:2).
En la Biblia, la expresión “el día de Jehová” se refiere al periodo de tiempo en el que él acaba con sus enemigos y salva a su pueblo. Eso ya ocurrió en el pasado, cuando Jehová ejecutó sus sentencias (Is. 13:1, 6; Ezeq. 13:5; Sof. 1:8). “El día de Jehová” que está por llegar comienza con el ataque a Babilonia la Grande y termina en la batalla de Armagedón. Para sobrevivir a ese “día”, tenemos que prepararnos desde ya. De hecho, Jesús enseñó que debemos estar “siempre preparados” para la “gran tribulación”, y así indicó que es un proceso continuo (Luc. 12:40; Mat. 24:21). En la Primera Carta a los Tesalonicenses, el apóstol Pablo usó varias comparaciones para ayudar a los cristianos a estar preparados para el gran día de Jehová. Pablo sabía que todavía faltaba mucho tiempo para que llegara ese día (2 Tes. 2:1-3). Sin embargo, dijo que era muy importante prepararse como si estuviera a la vuelta de la esquina. Nosotros también podemos seguir ese consejo. w23.06 26:1, 2