17 ”No debes desear* la casa de tu semejante. No debes desear la esposa+ de tu semejante, ni su esclavo, ni su esclava, ni su toro, ni su asno, ni cosa alguna que pertenezca a tu semejante”.*+
4 En consecuencia, Acab entró en su casa, sombrío y decaído debido a la palabra que le había hablado Nabot el jezreelita, cuando dijo: “No te daré la posesión hereditaria de mis antepasados”. Entonces se acostó sobre su lecho y mantuvo su rostro vuelto,+ y no comió pan.
15 Entonces les dijo: “Mantengan abiertos los ojos y guárdense de toda suerte de codicia,+ porque hasta cuando uno tiene en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”.+
7 Entonces, ¿qué diremos? ¿Es pecado la Ley?+ ¡Jamás llegue a ser eso así! Realmente, yo no habría llegado a conocer el pecado+ si no hubiera sido por la Ley; y, por ejemplo, no habría conocido la codicia+ si la Ley no hubiera dicho: “No debes codiciar”.*+