Desprendiéndose de la adoración de imágenes
◆ Un estudiante universitario del Japón fue criado en una familia que adoraba al dios budista Jizo, deidad guardiana de los niños. Este estudiante estaba rodeado de imágenes, pues su padre es labrador de piedra, ocupado principalmente en esculpir “dioses” Jizo. Su hermano mayor recibió una suscripción de regalo a la revista ¡Despertad! de un antiguo amigo que es testigo de Jehová. Pero fue él, el hermano menor, quien leyó y volvió a leer con interés intenso las revistas.
Cuando el Testigo visitó más tarde su casa, este joven aceptó gustosamente el curso gratuito de seis meses de estudio bíblico que le ofreció el Testigo. Al fin de cuatro meses, el joven se desprendió completamente del Jizo inerte y de sus dioses compañeros de piedra, y estaba hablando a otros acerca del Dios vivo, Jehová, en el ministerio cristiano de casa en casa.