Conozca al Sr. Perezoso
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Bolivia
EL Sr. Perezoso es latinoamericano. Un visitante a Santa Cruz, Bolivia, puede conocerlo en la Plaza en el centro de la ciudad. Se le puede ver acercándose, como si fuera un nadador lento en tierra seca. Sin embargo, no hay por qué alarmarse, porque el Sr. Perezoso es todo un caballero.
La lentitud de movimiento es la característica más sobresaliente del perezoso. Su mismo nombre indica eso. En realidad, el observarlo es exactamente igual a ver una escena cinematográfica en cámara lenta.
El Sr. Perezoso realmente está fuera de su elemento en el suelo. Su hogar está en las ramas de los árboles. ¡Y cuán maravillosamente está equipado para vivir allí!
Tres uñas o garras fuertes que se extienden de cada una de sus cuatro extremidades le facilitan engancharse de la madera del árbol. Pende debajo de la rama, con la espalda hacia abajo, afianzándose con las garras a la rama de arriba. Así adelanta patas arriba, columpiándose lentamente como un Tarzán de rama en rama.
El Sr. Perezoso pasa casi toda su vida patas arriba. Hasta duerme en esa posición, colgando de una rama arriba con sus garras semejantes a ganchos. El apareamiento y el dar a luz también acontecen patas arriba. ¡Tan firmemente se adhiere a esta posición que hasta puede pender así por algún tiempo después de morir!
Puesto que el perezoso es tan lento, quizás usted crea que no tiene protección. Pero sí tiene sus garras, y puede usar éstas cuando se le provoca. Pendiendo de una sola pata trasera, puede hacer girar su cuerpo casi 360 grados. En esta posición puede lanzar ataques a sus enemigos con ambos brazos. Pero por lo general es de genio apacible. Una de sus mayores protecciones contra los posibles enemigos es su apariencia general.
Primero, tiene una sonrisa de tipo mongoloide que es sumamente atrayente. Al ascender, continuamente hace girar la cabeza como un eje sobre su cuello giratorio, sonriendo benignamente por encima de cada hombro a cualquier espectador que esté abajo. Esta ingenua mirada de ‘nadie desearía hacerme daño’ debe tener por lo menos un efecto algo desconcertante en cualquier enemigo humano.
Pero el camuflaje que presenta su apariencia es también una gran protección. Está cubierto de pelo gris lanudo, que se asemeja mucho a cerdas, salvo que es muy suave al tacto. El gris está alterado por manchas más claras y una raya negra en el lomo, con pequeñas franjas negras de un lado al otro de la cara cerca de los ojos. Estas marcas hacen juego perfectamente con los troncos y ramas grises de los árboles.
El resultado es que el Sr. Perezoso casi se hace invisible. Comentando sobre cómo casi desaparece en las ramas de un árbol, un observador relató lo siguiente:
“Estaba parado bajo un árbol que no tenía absolutamente ningunas hojas. Mirando hacia arriba, pasé varios minutos tratando de localizar a un perezoso. Casi a punto de alejarme, súbitamente pude ver uno. Entonces otro, y otro. ¡Finalmente conté cinco de ellos pendiendo directamente sobre mi cabeza! Era un día frío y cada uno se había enrollado hasta formar una pelota compacta, y pendía de un brazo de una rama del árbol, profundamente dormido. Yo los había tomado por protuberancias nudosas, parte del árbol mismo.”
Es sumamente interesante ver a la mamá perezosa llevar a su pequeñuelo en un viaje por las ramas altas de un árbol. Es un viaje a cuestas al revés, puesto que el pequeñuelo perezoso viaja colgado del estómago de la mamá. Cuelga firmemente, mientras los brazos fuertes de la mamá los llevan a ambos de rama en rama. El pequeñuelo no tiene miedo, sino que disfruta de cada instante. Esto se puede ver por la manera en que saca la cabeza por debajo, de los brazos fuertes de la mamá para sonreír a los espectadores.
Muchos padres de Santa Cruz traen a sus hijos a la Plaza para que vean al Sr. Perezoso. Tanto jóvenes como mayores disfrutan al ver esta creación tan fascinante de Dios.