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g71 8/11 pág. 20

¡No desprecie la humilde ciruela!

HAY variedades de ciruelas. Ciertas variedades son sabrosas cuando se secan. A éstas se les llama ciruelas pasas.

Aunque las ciruelas se cultivan en muchos países, el estado de California, en los Estados Unidos, ocupa la primacía en su cultivo. De hecho, la mayoría de las ciruelas pasas del mundo se producen allí... ¡unas 150.000 toneladas de la fruta seca anualmente! El clima caluroso y seco de California es ideal para cultivarlas.

Parece que Alejandro Magno encontró las ciruelas en Persia y las envió a Grecia en el cuarto siglo a. de la E.C. De Grecia fueron llevadas a otros países europeos, especialmente a Francia. A mediados del siglo pasado se importaron de Francia a California. Ahora también se cultivan en otros estados occidentales de los EE. UU., incluso Oregón, Washington y Idaho.

Por lo general es aproximadamente siete años después de plantarse que los ciruelos comienzan a producir una cosecha grande. Durante el verano se desarrolla el fruto, y en agosto o septiembre las ciruelas completamente maduras caen al suelo. Sin embargo, ahora muchos cultivadores no esperan que caigan, sino que suavemente las sacuden de los árboles. Después de ser recogidas, se lavan.

El más importante proceso es el de secarlas, que da a las ciruelas su apariencia arrugada. Las ciruelas pueden ser extendidas en bandejas de tela de alambre, y sacadas al campo y expuestas al Sol. Necesitan de unos seis a diez días al Sol para secarse cabalmente.

Sin embargo, hoy el secarlas se hace con frecuencia por medio de deshidratadores. Una corriente de aire caliente forzada seca la fruta en unas catorce a veinticuatro horas. Así, aproximadamente un kilo a kilo y medio de ciruelas frescas se reducen a aproximadamente medio kilo de ciruelas pasas.

Entonces las ciruelas se llevan a arcas. Aquí se les deja sudar o curar de dos a tres semanas, permitiéndoles obtener un contenido uniforme de humedad. Antes de su empaque final, reciben un baño de vapor o agua caliente para pasteurizarlas. Esto también trae su contenido de humedad al nivel deseado.

Las ciruelas pasas no solo son consideradas sabrosas por muchas personas, sino que también son de provecho para uno. A algunos les parece provechoso su efecto laxante benigno. Por algún tiempo se pensaba que esto se debía a su contenido de celulosa, pero no es así.

Se ha descubierto que las ciruelas son laxantes aun cuando se mezclan con otros alimentos... cuando su contenido de celulosa no importaría mucho. También, el jugo de ciruela, que carece de celulosa, tiene las mismas propiedades laxantes. De modo que, en vez del contenido de celulosa, parece que hay una sustancia soluble en las ciruelas pasas que estimula la acción peristáltica de los intestinos, dando a las ciruelas pasas su efecto laxante.

El estreñimiento es un mal común de la civilización moderna, especialmente entre los trabajadores sedentarios. Así, pues, las ciruelas pasas pueden ser de verdadero valor medicinal. A algunas personas les ha parecido que es mejor comer ciruelas pasas para mantenerse normales que esperar hasta estar seriamente plagadas de estreñimiento y entonces tomar laxantes severos. Para conseguir el beneficio pleno de su efecto laxante, algunas personas limitan su desayuno a solo un platillo pequeño de ciruelas.

Pero la ciruela humilde también sirve bien de otras maneras. Tiene azúcar en abundancia, y la clase de azúcar que el cuerpo asimila más rápidamente. También, la ciruela tiene más de ciertas vitaminas esenciales y más de minerales indispensables como el hierro y el cobre que cualquier otra fruta. También se dice que las ciruelas pasas ayudan a restaurar la cuenta de hemoglobina de la sangre.

Las cocineras han descubierto muchas maneras sabrosas de servir esta fruta nutritiva a sus familias. Remojadas de la noche a la mañana o hervidas, constituyen una excelente adición al desayuno. Una taza de jugo de ciruela mezclado con dos tazas de leche fría produce una bebida deliciosa. Una compota de varias frutas —ciruelas pasas, albaricoques, manzanas y otras— constituye un tentador postre de invierno.

Prescindiendo de cómo se opte por servir las ciruelas pasas, se puede estar seguro de que la familia está recibiendo una fruta provechosa. Sus propiedades valiosas, su excepcional valor alimenticio y sabor hacen de las ciruelas pasas una parte de la alimentación acostumbrada en muchos hogares.

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