Problemas que claman por una solución
¿ANSÍA usted alivio de los graves problemas a los que se enfrenta la humanidad? Si uno tuviera el poder para suministrar alivio, ¿no querría hacerlo? Pero, ¿dónde comenzaría uno? Hay tantos problemas que resolver.
A muchos millones de personas en los países empobrecidos, y a crecientes números en los países industriales, les gustaría trabajar, pero sencillamente no hallan trabajos. ¡Qué excelente sería si todos pudieran tener vidas activas y productivas! ¡Qué alivio experimentarían muchos padres si, en vez de ver a sus hijos desgastarse por el hambre y la enfermedad, los pudieran mantener bien! ¿No se llenaría usted de júbilo al ver el día en que nadie, sea usted mismo u otros, tuvieran que vivir en pobreza, sin protección adecuada del frío y de las lluvias copiosas?
Además de los millones de personas que padecen hambre en la Tierra, muchas otras personas anhelan mayor estabilidad en la vida. Sería un consuelo saber de seguro que lo que uno ha adquirido trabajando por mucho tiempo no quedará reducido a casi nada más tarde debido a la inflación. Si los costos de las necesidades básicas se estabilizaran, las personas de edad, los enfermos, los impedidos y otros que dependen de ingresos fijos estarían libres de una gran preocupación.
Por otra parte, puede que aun el hombre con un trabajo bien renumerado halle poca satisfacción en lo que hace. Su trabajo le puede parecer aburrido y monótono. O, tal vez la poca cooperación entre los trabajadores y la fiera competencia lo dejen frustrado, tenso y completamente exhausto al final del día de trabajo. ¡Qué agradable alivio sería trabajar en algo que realmente se disfrutara y que contribuyera al bien de otros! Y ciertamente sería refrescante trabajar junto a personas que verdaderamente se interesaran las unas en las otras.
Además de eso, ¡cuánto más feliz se sentiría la gente si pudiera estar segura en cuanto a su integridad física! Muchos habitantes de las ciudades anhelan el tiempo en que las calles vuelvan a ser seguras para las mujeres y los niños aun después de oscurecer. Piense en lo agradable que sería vivir en una Tierra libre de toda injusticia, opresión, crimen y guerra, libre también de enfermedad, vejez, dolencias, y libre de la contaminación del agua, de la tierra y del aire.
Si verdaderamente hemos de gozar de la vida a grado cabal, todos los problemas graves que nos enfrentan tendrán que resolverse. Hay abundante evidencia de que esto realmente sucederá. Puede que usted esté entre los millones de personas que lo presenciarán. Para comprender cómo esto será posible, primero hay que discernir la fuente de los problemas de la humanidad.