BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
Español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • g75 8/11 págs. 11-12
  • ¿Por qué “vuelan” los voladores de Tajín?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Por qué “vuelan” los voladores de Tajín?
  • ¡Despertad! 1975
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • Transmitida de la antigua adoración del Sol y el sexo
  • Cambios en armonía con los tiempos
  • ¿Le deja en tierra el miedo a volar?
    ¡Despertad! 1988
  • Estrella del día
    ¡Despertad! 1972
  • Sol
    Ayuda para entender la Biblia
  • Sol
    Perspicacia para comprender las Escrituras, volumen 2
Ver más
¡Despertad! 1975
g75 8/11 págs. 11-12

¿Por qué “vuelan” los voladores de Tajín?

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en México

QUIZÁS el lector se encontró entre las multitudes en la Feria Mundial que se celebró en la ciudad de Nueva York en 1964 y 1965 y vio a estos voladores de Tajín en acción. O quizás como turista fue entretenido por ellos en la famosa ciudad balnearia de Acapulco, o mientras se hospedaba en un hotel elegante de alguna otra ciudad de México. ¿O ha presenciado esta hazaña atrevida y pasmosa ejecutada por los descendientes de los totonacos en el ambiente nativo donde comenzó, en la vecindad de Papantla, a unos 325 kilómetros al noreste de la ciudad de México en el estado de Veracruz?

Si es así, quizás se pregunte cómo tuvo su principio este extraño espectáculo y por qué se perpetúa hasta ahora. Parece que es una combinación de acrobacia y ritual religioso.

Mucho antes que los españoles invadieran a México y trajeran consigo su religión y cultura europeas, floreció el imperio de los totonacos, algunos dicen que ya existía en 739 E.C. Y, como tantos otros pueblos antiguos, ellos, también, saludaban la llegada de equinoccio primaveral, correspondiendo al 21 de marzo, con una celebración. Un rasgo especial de este acontecimiento anual entre los totonacos era el festival de los voladores de Tajín. Se celebraba en la época en que el Sol se hallaba en su punto más cercano a la Tierra y por lo tanto se pensaba que este hecho era el responsable de despertar energía renovada en los hombres, animales y plantas. Era la época del año en que se celebraban más casamientos entre los totonacos. De hecho, esta celebración de los voladores de Tajín era uno de los principales rasgos de un festival de la fertilidad.

Transmitida de la antigua adoración del Sol y el sexo

La ceremonia comenzaba cuando este pueblo salía a buscar un árbol de madera dura y muy alto, aproximadamente de treinta y cinco metros. Al encontrar el árbol apropiado, bailaban a su alrededor mientras su jefe le hablaba a Oluhuicalo, el “dios de la montaña,” pidiendo su perdón por cortar el árbol... mientras que la música rítmica de flautas y tambores acompañaban las oraciones y el baile.

Cuatro días más tarde cortaban el árbol, recortaban las ramas y traían el poste al sitio del festival, donde lo plantaban en un hoyo de aproximadamente dos metros de profundidad. Pero antes de realmente plantarlo, colocaban en el hoyo un pavo (más tarde usaban una gallina negra), cuatro huevos, aguardiente, flores e incienso.

Bailando alrededor del árbol recién plantado, invocaban favores especiales de Cahuimin, el “dios del viento.” Entonces cinco hombres escogidos subían hasta la punta, habiéndose purificado estos hombres previamente por ritos especiales. Hoy día esta preparación de parte de ellos incluye ir a la iglesia católica y recibir la comunión. Comienzan su ascensión en pleno mediodía, primero los cuatro voladores, y entonces el jefe, que actúa como sacerdote.

En tiempos antiguos se hacía la cuerda de un junquillo llamado rabo de coyolite, pero ahora se coloca una fuerte soga de Manila alrededor del árbol para formar una escalera hasta la punta. Los eruditos dicen que el significado es parecido a las creencias hindúes, es decir, que la cuerda enroscada alrededor del árbol representa la sucesión de las vértebras de la médula espinal por medio de la cual asciende la energía sexual hasta el cráneo... en este caso, a la punta del árbol donde se coloca una plataforma llamada manzana. Esta plataforma se construye de tal modo que gira en la punta del árbol. En las cuatro esquinas de esta plataforma hay cuatro cuerdas que se atan a los cuatro voladores, los cuales se lanzan al espacio en el momento preciso.

En épocas prehispánicas los voladores se vestían como pájaros. Hoy su atavío se ha modificado un poco, y está embellecido con bordados y con lentejuelas y cuentas de vidrio. Llevan una toca cuyo diseño y color representan el Sol.

El hecho de que son cuatro en número significa que representan los cuatro puntos cardinales del compás y también representan los cuatro elementos primarios —tierra, agua, aire y fuego— que ellos consideran como los cuatro componente básicos de todo.

El jefe, que actúa como sacerdote, permanece de pie en el centro de la plataforma. Es el solista, y, como tal, invoca al Sol tocando su flauta y bailando por aproximadamente quince minutos. Cuando los voladores saltan, este sacerdote, que no parece reconocer el peligro, continúa con su canto y baile en la punta del poste en una posición muy precaria a unos treinta y cinco metros en el aire, inclinándose hacia las cuatro direcciones, comenzando con el este, donde nace el Sol. Saluda al Sol con el rostro vuelto hacia arriba, puesto que el Sol en ese momento está en su cenit, y de este modo se siente más cerca de esta fuerza superior que deifica; durante todo esto sigue tocando su flauta y golpeando su pequeño tambor de cuero de venado.

A medida que se hace girar la plataforma, los cuatro voladores se lanzan al espacio cabeza abajo, volando abajo hacia la tierra. Pero no antes que las largas sogas que casi llegan hasta el suelo hayan sido sujetadas firmemente a sus tobillos. Mientras caen hacia la tierra tienen que dar trece vueltas alrededor del árbol. Trece multiplicado por cuatro da cincuenta y dos, la duración de su ciclo tradicional de años, el cual señala el comienzo de un nuevo sol y el volver a encender el fuego sagrado en su templo. Como parte de su adoración del sexo, cada cincuenta y dos años las barrenas del fuego, según se supone, hacen que la madera macho y la madera hembra tengan “relaciones sexuales,” lo que resulta en el nacimiento de un nuevo fuego. Todas esas tradiciones se remontan hasta las prácticas de la antigua Babilonia a orillas del Éufrates, la cuna común de muchas formas de religión babilónica que actualmente se hallan en tantas religiones falsas.

Cambios en armonía con los tiempos

En la actualidad, en lo que se refiere a razas, hay muy pocos totonacos de sangre pura todavía vivos, puesto que la abrumadora mayoría de ellos se han casado con miembros de otras razas. Y como resultado, la nueva generación se ha olvidado de muchas de sus antiguas tradiciones y ha adquirido nuevas, o ha mezclado lo viejo con lo nuevo.

Por ejemplo, el vuelo se ejecuta no solo desde árboles cortados de más de treinta y cinco metros de alto, sino a menudo desde columnas de acero de menor altura. Se emplean reflectores con filtros de color para hacer más atractiva y espectacular la exhibición. Además no vuelan solo una vez al año como acostumbraban hacerlo sus antepasados, sino que ejecutan su espectáculo tantas veces al año como se les pida. A veces esto se hace en relación con otros bailes religiosos en un “ritual al Sol,” o para dar colorido a alguna otra celebración pagana, como la celebración católica de Corpus Christi en el mes de mayo. O, sencillamente como entretenimiento, lo hacen por dinero.

En resumen, el vuelo de los voladores de Tajín no se limita hoy a ritos de fertilidad relacionados con la adoración del Sol, sino que también se ejecuta para realzar otras celebraciones paganas y por ganancia comercial.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • Español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir