Cuándo estar enfermo, cuándo estar bien
En el estado de Nueva Jersey (E.U.A.) la proporción de ausencias entre los maestros de escuela es tres o cuatro veces más alta que entre los empleados de industrias privadas. Como resultado, las escuelas públicas se ven obligadas a gastar millones de dólares adicionales cada año para emplear a suplentes. Esta situación interfiere con los logros de los alumnos. Estos se sienten impulsados a seguir el ejemplo de sus maestros de ausentarse sin permiso. En el transcurso de un año, la ciudad de Newark gastó 4 millones de dólares para emplear a suplentes; Jersey City gastó 1,5 millones de dólares. Todos estos datos se basan en una encuesta efectuada por la compañía Bell de teléfonos de Nueva Jersey. Es raro, o tal vez no sea tan raro, que “la mayoría de las ausencias entre los maestros ocurren los lunes, los viernes, los días antes o después de los feriados y durante los primeros días calurosos de la primavera. . . . Cada mes hubo dos días sin ausencia alguna: los días de pago.”
Sintiéndose herida por esta evidencia que indica que los días de enfermedad frecuentemente son días de diversión, una persona airada de la Universidad de Syracuse expresó su reacción en la sección de “Cartas” de la revista que publicó los resultados de la encuesta. En su carta explicó: “El ausentarse puede ser un medio de arreglárselas con una situación. La ‘enfermedad’ en sus muchas formas no especificadas representa el modo en que una persona reacciona a un ambiente en el cual hay fricción. La enfermedad y el ausentarse tienen que considerarse como los resultados de un esfuerzo por escapar, no como negligencia hacia sus deberes.” Otra persona no podía aceptar esta explicación y escribió una carta en la cual ofreció el siguiente remedio: “El alto costo que ocasiona la ausencia de los maestros puede solucionarse de manera muy sencilla. ¡Páguenles solamente por los días que trabajen!”