Argumentos en contra de traducir la Biblia
Al hablar en contra de traducir la Biblia, el fraile Buckingham recurrió a argumentos insensatos que no redundaron en honra para él ni para sus asociados. En un sermón él dijo: “Donde la Escritura dice que ningún hombre que pone la mano en el arado y mira atrás es digno del reino de Dios, ¿no es probable que al leer estas palabras el arador abandone en el acto su arado, y entonces dónde estará la siembra y la cosecha? Así mismo también cuando el panadero lea: ‘Un poco de levadura hace que fermente toda la masa,’ ¿no se hará en el acto demasiado frugal en el uso de la levadura, lo cual perjudicará en gran manera nuestra salud? Así, también, cuando el hombre sencillo lea las palabras: ‘Si tu ojo te ofende, sácatelo y arrójalo de ti,’ inmediatamente se sacará los ojos, de modo que todo el reino estará lleno de ciegos, lo cual resultará en la gran decadencia de la nación y en la patente pérdida de gracia del Rey. Y, así, por medio de leer las Santas Escrituras, todo el reino quedará en confusión.”—How We Got Our Bible, (Cómo conseguimos nuestra Biblia), por J. Paterson Smyth.