Un poco de levadura
La manera en que se prepara el pan en las aldeas de Chipre ilustra las palabras del apóstol Pablo en cuanto al poder de “un poco de levadura” para hacer fermentar toda la masa. Desde tiempo inmemorial el método que se ha seguido ha sido mezclar la harina con agua y entonces amasarla bien. Cuando se considera que se ha amasado satisfactoriamente, se añade un pedacito de levadura. Hay varias clases de levadura, pero la que más se usa viene de masa vieja. Por lo general, cuando se termina de amasar se guarda un trozo de la masa en un lugar caliente. Este pedacito, después de treinta y seis a cuarenta y ocho horas, es levadura lista para actuar y se puede usar para fermentar toda la masa.—1 Cor. 5:6.