¿Se ha preguntado usted alguna vez . . . ?
¿Hay vida después de la muerte?
SIN duda la experiencia más triste de la vida de cualquier persona es asistir al funeral de un ser amado. Un padre, una madre, un esposo, una esposa o un hijo... mientras más cercano sea el parentesco, mayor es el sentimiento de pérdida y de vacío.
En ocasiones dolorosas de esa índole, a menudo surgen las preguntas: “¿Hay vida después de la muerte?” o: “¿Volveré a ver alguna vez a esta persona a quien tanto he amado?”
¿QUÉ ES LA MUERTE?
Probablemente sería más fácil considerar la vida primero. ¿Qué es? Vida es existencia. Podemos ver, oír, hablar y movernos. Podemos sentir el calor o el frío. Podemos estar alegres o tristes. Sí, con vida podemos experimentar toda la gama de emociones y sentimientos humanos.
Pues bien, la muerte es exactamente lo contrario de la vida. Uno no puede ver, oír, hablar ni moverse. No puede sentir calor ni frío, ni estar alegre o triste. Es un estado de inconsciencia, de inexistencia.
Pero, quizás alguien pregunte . . .
¿NO SIGUE VIVIENDO EL ALMA?
Al investigar el lenguaje humano de mayor antigüedad, el hebreo que se usa en la Biblia, podemos encontrar la palabra que hoy en día, en español, se vierte: “alma.” Es interesante saber que esta palabra, “néphesh,” no se refiere a algo que esté separado o se pueda separar del cuerpo. Más bien, el uso que se le da muestra que se refiere a la criatura misma, sea humana o animal. (Gén. 2:7; Núm. 31:28) Literalmente, significa “un respirador.” Si la criatura cesa de respirar, muere, es decir, el alma muere.—Eze. 18:4, 20.
Esto puede ser algo difícil de creer para una persona que ha sido entristecida por la muerte de un ser amado. Como resultado de eso, se ha desarrollado una vasta cantidad de creencias y costumbres que no están en armonía con los hechos acerca de la muerte.
¿QUÉ ORIGEN TIENE LA ENSEÑANZA DE VIDA EN ULTRATUMBA?
Tenemos que retroceder unos 6.000 años hasta cuando comenzó la vida para la primera pareja humana. Adán y Eva tenían un ambiente precioso en el cual disfrutar de vida humana perfecta. Pero su derecho de continuar viviendo dependía de que obedecieran. “Pero en cuanto al árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.” (Gén. 2:17) Estas son las palabras del Creador del hombre, Jehová Dios. Está claro que lo contrario de la vida sería la muerte.
Pero algún tiempo después se oyó otra voz que afirmó: “Positivamente no morirán.” (Gén. 3:4) Aquello era una mentira, pero, lamentablemente, Eva hizo caso de la voz que dijo: ‘No morirás,’ y comió del árbol prohibido. Inducido por ella, Adán también comió. Como resultado, fueron expulsados de su hogar paradisíaco y todos sus hijos nacieron bajo la maldición del pecado y la muerte. (Rom. 5:12) Al que presentó la mentira se le llegó a conocer como Satanás el Diablo.
Pronto se hizo patente que los humanos sí mueren. ¿Ahora qué? Bajo la influencia de Satanás, allí surgió la enseñanza de la inmortalidad de un alma humana invisible, y ésta se ha pasado de una generación a otra.
¿CÓMO SE MANTIENEN VIVAS ESTAS ENSEÑANZAS?
Por medio de tradiciones religiosas. A las personas que están entristecidas por la muerte de un ser amado se les dice que tal persona está viva en el mundo de los espíritus. Se les ha enseñado que las personas malas que mueren van a un lugar de tormento en el infierno; las personas buenas, a felicidad en el cielo. Algunas religiones enseñan que hay un lugar que está entre el cielo y el infierno: el purgatorio. Los maestros religiosos piden que la gente pague por misas, oraciones y otras formas de intercesión para garantizar que los difuntos con el tiempo lleguen al cielo o a nirvana.
Se apartan días para actividades especiales. Por ejemplo, el “día de todos los santos,” que se celebra cerca del 1 de noviembre. En el Japón se le llama “Obon”; este día viene a mediados de agosto, o a mediados de julio en algunos sectores. Los templos budistas mantienen un registro de los aniversarios de la muerte de personas cuyas familias pertenecen al templo. Los sacerdotes visitan a estas familias para ofrecer oraciones en los altares familiares.
Si hay alguna desgracia, los sacerdotes ejercen presión en la familia diciendo que esto se ha debido a que los antepasados del difunto han sido abandonados y no se les ha adorado debidamente. Así, la falsedad de que el alma no muere se mantiene viva por imposición y obligación.
¿QUÉ ESPERANZA HAY PARA LOS MUERTOS?
¿Oraciones? ¿Rezos monótonos? ¿Velas? ¿U ofrecer incienso a los muertos? No; la esperanza es la promesa de Jehová Dios de resucitar a los muertos por medio de su Hijo, Jesucristo. Jesucristo, por medio de su muerte en sacrificio, ha provisto la base para eliminar el pecado y la muerte que hemos heredado de Adán. Por lo tanto, se puede esperar que los muertos sean restaurados a la vida aquí en la Tierra, tal como Jesús lo demostró cuando fue hombre.—Juan 5:28, 29; 11:23, 39-44.
¿QUÉ ES LA RESURRECCIÓN?
Significa que Dios crea de nuevo a la misma persona, con la misma personalidad. Él sacará un cuerpo nuevo de los elementos del suelo, y en ese cuerpo implantará las mismas características, las mismas cualidades distintivas, la misma memoria, el mismo patrón de vida desarrollados por la persona hasta el tiempo de su muerte. ¿Es realmente posible tal cosa?
¿Puede usted recordar a algunas de las personas con quienes fue a la escuela, aunque esto haya sucedido 10, 15 ó 20 años atrás? Hasta con mentes imperfectas podemos recordar a ciertas personas con quienes nos asociábamos.
De seguro, pues, Dios, el Originador de la memoria, puede crear de nuevo a hombres a quienes ha guardado en su memoria porque los ha amado. Al tiempo debido de Dios él dará vida de nuevo a los muertos, tal como creó al primer hombre. Solo que, en la resurrección, él efectuará el mismo acto muchas veces.—Hech. 24:15.
Sí, hay vida después de la muerte... ¡por medio de una resurrección! ¿Desea usted estar presente para dar la bienvenida de regreso a aquellas personas que estuvieron en estrecha relación con usted? Entonces, estudie la Biblia y aprenda lo que Dios requiere de usted con el fin de que pueda participar de este privilegio. Los testigos de Jehová le ayudarán con gusto.