Esperanza de escapar de la destrucción mundial
¿Resultará en una III Guerra Mundial esta competencia nacionalista de “empujones”? Posiblemente. Desde el punto de vista humano, la situación política mundial ciertamente parece ser desesperanzada. Pero hay otro punto de vista que debe recibir consideración.
Así como la Palabra de Dios predijo correctamente la presente situación mundial de tensión, también predice el resultado. Sin que especifique si la carrera armamentista actual desencadenaría una III Guerra Mundial, la Biblia hace esta declaración acerca de nuestro tiempo:
“Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos fuesen juzgados, y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.”—Rev. 11:18.
La codicia económica y la contaminación ya están “arruinando la tierra,” y Dios tiene abundante razón para poner fin a los responsables de estas cosas, hasta sin tomar en cuenta el arruinamiento adicional que una tercera guerra mundial pudiera traer. No obstante, en vista de esta profecía, aun si estallara una guerra mundial Dios nunca permitiría que ésta arruinara este hermoso globo terráqueo, creado por él para ser el hogar de la humanidad y no su cementerio.—Isa. 45:18.
La Biblia aun tiene un nombre para la batalla simbólica mediante la cual el Dios Todopoderoso pone fin, de una vez por todas, al nacionalismo, el militarismo y la guerra actuales. En la “Versión del Rey Jaime” de la Biblia, conocida como Versión Autorizada, se llama “Armagedón” a la ubicación simbólica de esta guerra.—Rev. 16:14, 16.
“¿Armagedón?,” quizás pregunte usted: “Pero, ¿no son la misma cosa Armagedón y la III Guerra Mundial?” La contestación es: ¡NO!
Los expertos en noticias pudieran emplear la palabra “Armagedón” fuera del contexto bíblico para referirse a la III Guerra Mundial y la destrucción nuclear, pero la Biblia define este término de manera notablemente diferente. La Biblia describe esta batalla, en el capítulo 19 de Revelación, no como una lucha entre naciones terrestres, sino como una lucha entre todas esas naciones y los ejércitos celestiales bajo el mando de “La Palabra de Dios,” Jesucristo.—Rev. 19:11-21.
El Armagedón no viene como resultado de la guerra nuclear. Es la solución a la guerra nuclear, una solución impuesta por el Único que tiene suficiente poder como para hacer cumplir su voluntad en este sistema de cosas violento donde existe gran acumulación de armas. Como resultado de Armagedón no quedarán humeantes cráteres llenos de escombros radiactivos. Más bien, el resultado será una “nueva tierra,” libre de toda forma de iniquidad, incluso de la carrera de armamentos. Considere esta alentadora promesa:
“Y vi un nuevo cielo y una nueva tierra . . . Con eso oí una voz fuerte desde el trono decir: ‘¡Mira! La tienda de Dios está con la humanidad, y él residirá con ellos, y ellos serán sus pueblos. Y Dios mismo estará con ellos.’”—Rev. 21:1, 3.
¿Qué le sucederá a la carrera armamentista en esta nueva tierra? Para los sobrevivientes de Armagedón, acostumbrados a que se invierta continuamente en municiones, el cambio será pasmoso. La Palabra de Dios declara:
“Vengan, contemplen las actividades de Jehová, cómo ha establecido acontecimientos pasmosos en la tierra. Está haciendo cesar las guerras hasta la extremidad de la tierra. Quiebra el arco y verdaderamente corta en pedazos la lanza; quema los carruajes en el fuego.”—Sal. 46:8, 9.
¿Puede alguien detener la destrucción mundial? Ningún poder humano puede hacerlo. Solo una Persona en el entero universo puede rescatarnos de esto, y lo hará. Si usted llega a conocerlo ahora, puede escapar de la destrucción, no de la destrucción causada por la III Guerra Mundial, sino de aquélla por Jehová Dios, quien pronto “triturará y pondrá fin” al sistema mundial tan próximo a arruinar nuestro planeta.—Dan. 2:44.