Tanta “felicidad”... ¿señal de qué?
“DESPUÉS de considerar todos los factores, ¿cómo calificaría usted la vida en estos tiempos... se consideraría usted muy feliz, bastante feliz, o no muy feliz?” Esta es la pregunta que se planteó en una encuesta que llevó a cabo el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan. ¿Cómo hubiera respondido usted?
El 30 por ciento de las personas que respondieron dijeron que se hallaban muy alegres, que estaban muy felices. En una encuesta parecida, que se efectuó en 1957, el 35 por ciento de las personas habían dicho que eran muy felices.
Los que efectuaron la encuesta opinan que las condiciones en deterioro han hecho que disminuya en 5 por ciento la cantidad de las personas que experimentan dicha sensación de bienestar. Pero los que se burlan de tales ideas indican prestamente que la leve disminución en realidad apoya su argumento de que las cosas están marchando más o menos como siempre y que hay tanta alegría o felicidad como siempre entre la gente.
Algunas personas ponen en tela de juicio los datos. “¿Cómo se puede saber si la gente es feliz o infeliz?,” preguntan. Los investigadores hacen notar que en realidad la encuesta no es una medida del nivel de felicidad de nadie. Más bien, es una manera de determinar cómo la persona misma percibe la felicidad. Otra explicación que se ofrece es que la gente simplemente rehúsa admitir lo malas que están las condiciones o darse cuenta de ello... como si quisieran engañarse mediante esconder la cabeza en la arena, por decirlo así. “Los seres humanos tienden a conformarse con una mala situación debido a que no parece que puedan hacer otra cosa,” explicó Andrew Greeley, profesor de sociología.
Por eso, el hecho de que en los pasados veinte años no haya cambiado mucho la sensación de bienestar que experimentan las personas no significa que las condiciones realmente no hayan cambiado. Simplemente muestra que tal vez la mayor parte de las personas o no se han dado cuenta del significado de lo que está sucediendo, o intencionalmente han escogido hacer caso omiso de ello.
Jesucristo, en su profecía acerca de nuestro día, dijo que sería así, pues declaró: “Como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, los hombres casándose y las mujeres dándose en matrimonio, hasta el día en que Noé entró en el arca; y no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.” Hoy también, muchos ‘no hacen caso’ de lo que está sucediendo a su alrededor. Sin darse cuenta de ello, han cumplido otro aspecto de la “señal” que dio Jesús en cuanto a “la conclusión del sistema de cosas.”—Mateo 24:3, 38, 39.
[Ilustración en la página 15]
Comieron y bebieron y no hicieron caso de la advertencia