El gran pez de Argungu
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Nigeria
Argungu ya está lleno de visitantes. No obstante, lo que les atrae no es este pequeño pueblo de Nigeria, sino el suceso que ha de empezar el mismísimo día siguiente: El Festival de Pesca de Argungu.
‘¿Qué es eso?’, pregunta usted. Bueno, empezó en 1934 como una competición de pesca en celebración de la visita del sultán de Sokoto. ¡El concurso tuvo tan buena acogida que se convirtió en un suceso anual! Luego se introdujeron otras atracciones, y en 1970 se agregó una feria de agricultura y ganadería. Por lo general se celebra en febrero; sin embargo, el año pasado el festival se efectuó en marzo.
Fue necesario aplazarlo debido a que la estación del harmatán fue severa. El harmatán es un viento fresco y seco, y con frecuencia está cargado de polvo y sopla hacia el sudoeste procedente del Sáhara desde diciembre hasta febrero. A medida que viajamos a Argungu, vientos fuertes aún levantan polvo de la tierra pelada y lo barren en forma de una densa neblina de color marrón. Nos duelen los labios y las narices debido al viento seco. Hombres con ondeantes túnicas, montados en camellos, se cubren la boca y la nariz con la parte del turbante que llevan alrededor del cuello, de modo que, en medio del torbellino de polvo, solo se les ven los ojos. Los vehículos motorizados avanzan lentamente hasta que el viento se calma. No obstante, la gente llega pronto y está ansiosa de ver comenzar el festival.
Éste empieza con una exhibición de logros en la agricultura y la ganadería. Echemos un vistazo al concurso de desollar cabras. Cuando se da la señal, cada concursante trunca una de las patas traseras de su animal degollado e introduce un tubito cilíndrico hueco entre la piel y la carne. Entonces sopla por el agujero para inflar al animal entero, lo cual facilita la separación de la piel y el cuerpo. ¡El ganador logra despegar la piel intacta en tan solo tres minutos!
En la ribera
El viernes y el sábado se presentan concursos en la ribera, los cuales empiezan con la exhibición de Kabanci... una serie de pruebas acuáticas que tienen lugar en el riachuelo Matan Fada, cerca del pueblo. Las pendientes a orillas del río son lugares convenientes donde los espectadores pueden pararse a observar el espectáculo. Las muchachas compiten en concursos de pescar a mano y en carreras de canoas hechas de palmeras ahuecadas. Los hombres compiten en pruebas parecidas a las descritas y en otras pruebas, entre las cuales figura un concurso en que se aguanta la respiración debajo del agua. Los concursantes aparecen de pronto uno tras otro en la superficie del agua y se desilusionan al ver que otros están resistiendo más tiempo que ellos. El ganador resistió 4 1⁄2 minutos, y pudiera haber continuado más tiempo si no hubiera sido porque los ayudantes preocupados le hicieron desistir.
El gran pez
El programa del sábado es el punto culminante: el concurso de pesca de Argungu. La música rítmica de los tambores y los cantantes crea el ambiente para esta competición. Multitudes de pescadores se colocan a ambos lados del río, equipados con vasijas gigantescas y redes de pesca triangulares. Cada vasija tiene una abertura y se utiliza ya sea como boya, con la cual puede flotar el pescador, o como recipiente para pescados.
La expectación va aumentando entre los espectadores, quienes estiran el cuello para ver. Muchos se preguntan si esta vez la pesca ganadora será más grande que la de 98 kilogramos (216 lb) que se pescó en 1979. Desde el festival de hace un año, no se ha permitido ninguna pesca en esta parte del río. El nivel de las aguas ha bajado bastante durante la época de sequía, y, sin duda, ahora el río está lleno de peces.
Al oír el disparo, los pescadores se precipitan al agua. Oleada tras oleada de hombres con vasijas y redes de pesca bajan en tropel por la ribera. En cuestión de minutos el agua llana, de color gris, se llena de hombres. Se oye un grito: ¡Se ha hecho la primera pesca!
Cada vez que alguien pesca algo grande con la red, otros concursantes acuden en su ayuda. Unos hombres en un bote de patrulla toman la pesca para pesarla y ponerle una etiqueta. Cada vez hay más peces que pesar, pero hay pocos que pesen más de 30 kilogramos (66 lb). Muchos atrapan peces que no son más grandes que las sardinas. ¡Repentinamente alguien pesca uno que pesa más de 40 kilogramos (88 lb)! Puesto que la mayoría de los concursantes ya se han salido del agua, el pescador cree que éste ganará el premio y hace el ademán de campeón. Pero hay quienes siguen pescando, con la esperanza de pescar algo más grande. Su perseverancia es premiada. ¡Antes de cumplirse la hora se oye un grito de triunfo! Alguien ha pescado un Bukuiki, como se llama al pescado en hausa, de 1,3 metros (4,27 pies). Éste pesa 50 kilogramos (110 lb), mucho menos que la pesca que estableció una marca en 1979, pero aún así es la pesca ganadora esta vez.
Pronto llega a su fin el festival de tres días de Argungu. Ahora vendrán las lluvias de mayo, que por un tiempo cubrirán de hierba verde y de los colores variados de enredaderas y arbustos florecientes la tierra seca. El río se llenará nuevamente de agua... y de peces. Y los pescadores no pescarán en él, sino esperarán hasta el próximo año para tener la oportunidad de pescar uno de los peces grandes de Argungu.