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  • g85 22/5 págs. 11-13
  • ¿Me podrá ir mejor que a mis padres?

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  • ¿Me podrá ir mejor que a mis padres?
  • ¡Despertad! 1985
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¡Despertad! 1985
g85 22/5 págs. 11-13

Los jóvenes preguntan...

¿Me podrá ir mejor que a mis padres?

“POR humilde que sea, no hay otro lugar como el hogar.” Así dice una canción popular de hace años. Pero hoy, aunque muchos jóvenes sí disfrutan de una vida de familia feliz y estimulante, no es así en el caso de otros. Para los que sobrellevan un hogar lleno de problemas —altercaciones de familia, divorcios, padres que son alcohólicos o enfermos mentales—, la vida no es como una dulce melodía.

Cómo salir de la rutina

Es triste sentirse esclavo de una rutina, casi destinado al fracaso debido a las circunstancias de la familia o la comunidad. “A los 14 años de edad —relata una joven— llegué a estar convencida de que nunca podría tener un matrimonio feliz.” ¿Por qué? Sus padres tenían discusiones violentas por cualquier insignificancia. Por horas enteras no desistían de gritar, decir palabrotas y tirar objetos por toda la casa. “¡Mi hermana menor y yo hasta temíamos haber heredado una enfermedad mental! Hicimos un árbol genealógico para investigar quiénes de entre nuestros parientes parecían haber padecido de alguna enfermedad mental. Temíamos casarnos y llegar a ser como nuestros padres.”

Pero ¿qué ocurrió en realidad? Ambas ya son adultas y son felices en el matrimonio. Ahora que se dan cuenta de que reaccionaron de manera extremada a la situación de sus padres, han podido ver virtudes en sus padres.

Por consiguiente, ¿cuán críticos son los primeros años de tu vida? Es cierto que nuestra familia ejerce una gran influencia en la manera como nos criamos, pero ellos no sellan nuestro destino. De hecho, a los expertos les ha sorprendido descubrir que hay jóvenes que se reponen de golpes duros, como el haber vivido en extrema pobreza y el tener padres divorciados o enfermos de la mente. ‘A pesar de condiciones de vida sumamente espantosas y experiencias horrorosas en la vida, estos niños logran enfrentarse a la vida con una excelencia y flexibilidad que parecen provenir de la nada’, dice una siquiatra.

Actualmente los investigadores reconocen que hay niños de carácter fuerte, y los estudiana. Además, el secreto de estos llamados “superniños” quizás tenga que ver con poco más que el principio bíblico: “Hay más felicidad en dar que la que hay en recibir” (Hechos 20:35). Parece que los niños —aun los infantes— sensibles y dadivosos estimulan a sus padres a manifestar sus mejores cualidades. Los padres se esmeran más en la crianza de tales jóvenes que en la de otros dentro de la misma familia que tal vez sean insensibles, egocéntricos o difíciles de tratar.

He aquí un ejemplo: Un estudio reveló que los ‘bebés de carácter fuerte’ eran ‘cariñosos, afectuosos, muy activos, y era fácil tratar con ellos’. Al respecto, la doctora Emmy Werner dice: “Los infantes activos y sensibles pueden ganarse el amor y la atención de madres que inicialmente son insensibles o están deprimidas”.

Hasta los que no hayamos sido cariñosos ni afectuosos en la infancia podemos compensar esto ahora por medio de ser personas alegres y dispuestas a compartir mientras cultivamos lo que la Biblia llama “el fruto del espíritu [...] amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo” (Gálatas 5:22, 23). Como el dinero en el banco, estas cualidades de altruismo te permiten “sacar” de tu casa más de lo que pudieras esperar.

Cómo sacar mayor beneficio del hogar

Aun el hogar más humilde satisface la necesidad básica de criarnos en un ambiente familiar. En casa aprendiste a hablar de pequeño. Y allí puedes seguir aprendiendo acerca de las personas y cómo hacen frente a las situaciones de la vida, incluso ahora a medida que vas creciendo. Cierta autoridad escribe: ‘El hogar es el lugar al que uno trae el conjunto de experiencias sociales de cada día para examinarlas, evaluarlas, valorarlas, entenderlas o tergiversarlas, para dejar que se pudran, exagerarlas o pasarlas por alto, según sea el caso’.

Pero lo que aprendas en casa depende de cuán bien emplees las cualidades altruistas... el amor, el gozo, la paz, la gran paciencia y el gobierno de ti mismo. El doctor E. James Anthony halló que los niños de carácter fuerte hasta de padres sicopáticos podían crear un oasis de normalidad en un hogar trastornado. “Se conforman con poca cosa —dice él—. Pueden hallar una flor en el desierto.” (Parents, noviembre de 1983.)

Aprende a mejorar

La habilidad de hallar una “flor en el desierto” sí se puede adquirir. “Yo era todo menos un ‘superniño’ —admite Warren—. Tuve que aprender a disfrutar de mi familia. ¿Puedes creerlo?” Warren provenía de una familia muy pobre que formaba parte de una minoría racial que vivía en una comunidad rica. Su padre, que era alcohólico, era un obrero que ganaba poco, cuando tenía empleo. No es de extrañar, pues, que el hermano mayor de Warren se hiciera delincuente, fuera a parar a la cárcel y llegara a estar propenso a la depresión mental. Tampoco es de extrañar que se recomendara que su hermano menor recibiera ayuda siquiátrica.

¿Cómo pudo Warren sobreponerse a todo esto? Hubo varias cosas que le ayudaron. En primer lugar, Warren demostró que le gustaba la escuela. Cuando sus maestros vieron que tenía buenas calificaciones, lo animaron. A la edad de diez años se volvió más sociable, menos introvertido. Se interesó en tocar un instrumento musical. Es significativo que él y su madre se hayan interesado en el mensaje de la Biblia. En el Salón del Reino de los testigos de Jehová, cultivaron un estimulante círculo de amistades de todas las edades que los aceptaron como sus iguales. Así Warren logró librarse de la rutina familiar. Y con la ayuda de Warren, a su hermano menor, que todavía vive en casa, le ha ido muy bien sin asistencia profesional. Warren dice: “Es estupendo poder ayudar a las personas, y el futuro parece prometedor”.

Desarrolla confianza en ti mismo

Por eso, ¿por qué estar atormentado por dudas en cuanto a tu capacidad? Líbrate de las dudas por medio de aceptar los desafíos. Ensancha tus intereses, tanto en lo que tenga que ver con las cosas como con las personas. Busca un pasatiempo. Cultiva buenas amistades por medio de hacerte útil. Proverbios 17:17 dice: “Un amigo es siempre afectuoso, y en tiempos de angustia es como un hermano” (Versión Popular). Cada logro, por insignificante que sea, aumentará tu habilidad y contribuirá a que tengas mayor confianza en ti mismo.

Es cierto que tus padres y otros adultos tienen faltas, pero también tienen mucho que ofrecer. Aprende a abordar a los adultos en vez de apartarte de ellos. Si te interesas en tus maestros, tus parientes y los padres de tus amigos, derivarás beneficios que superarán por mucho lo que hayas invertido. Y en el Salón del Reino de los testigos de Jehová, puedes aprovechar la fuente valiosa de cristianos maduros y serviciales que se interesan en los jóvenes.

[Nota a pie de página]

a Por ejemplo, en un estudio que duró 20 años se analizó la conducta de 300 hawaianos que nacieron en 1955 y se criaron en hogares donde imperaban condiciones de privación extrema. Sin embargo, aproximadamente 10 por 100 de ellos llegaron a ser adultos excepcionalmente competentes. Se informa que “trabajan bien, juegan bien, saben amar y tienen expectativas razonables”.

[Recuadro en la página 12]

¡Eleanor, Albert y Thomas sorprenden a los expertos!

‘Eleanor era una niña poco atractiva que había sido rechazada por su madre’, decía a su auditorio de estudiantes graduados en pedagogía el doctor Victor Goertzel. Además, su padre, alcohólico, estaba separado de la madre de Eleanor. Se sabía que de niña ella robaba dulces y mentía... en cierta ocasión hasta se tragó una moneda para llamar la atención a sí misma. Después que su padre murió, la enviaron a vivir con su abuela, que era viuda. Allí vivían cuatro tíos y tías jóvenes. Uno de los tíos bebía y se fue de la casa. Una tía que tenía el corazón desgarrado por un fracaso amoroso, se encerró en su habitación. La abuela no permitía a Eleanor tener compañeritas de juego, no la matriculó en la escuela primaria y la vestía de manera rara.

‘Ahora pronostiquen cómo le iría en cinco años a Eleanor, quien entonces tenía 16 años de edad’, decía en tono desafiante al auditorio el doctor Goertzel, siquiatra investigador. Le fue mucho mejor de lo que se había esperado... Eleanor Roosevelt, célebre escritora y conferenciante estadounidense, y esposa de uno de los presidentes de los Estados Unidos.

El doctor Goertzel también mencionó al joven Albert [Einstein] y al joven Thomas [Edison] como ejemplos de jóvenes que se sobrepusieron a una niñez deprimente. La lección no es que los jóvenes deberían imitar irreflexivamente a estos personajes famosos, sino que sí pueden sobreponerse a un comienzo incierto en la vida. La Biblia dice: “Aun por sus prácticas el muchacho se da a conocer”. (Proverbios 20:11.)

[Ilustración en la página 11]

Muchos jóvenes se preguntan si pueden sobreponerse a las circunstancias de su hogar y su comunidad

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