De nuestros lectores
Cómo hacer frente al desempleo
El artículo “Cómo hacer frente al desempleo” (22 de julio de 1984) me ha sido una ayuda más que eficaz para ingeniarme un empleo. Había perdido mi trabajo. Pero, tomando en cuenta las sugerencias que se alistan en el artículo, compré una bicicleta, la cual uso para repartir mercancía de tienda en tienda.
G. N. C., Nigeria
Ayuda en la escuela
Tengo 13 años de edad. Hace unos meses tuve que presentar en la escuela una composición sobre los insectos. Me preocupaba mucho el que solo me quedaran dos días para prepararla. Entonces vi el artículo “Los insectos... ¿amigos, o enemigos?” (22 de junio de 1984). Decidí usar esta información. La maestra apreció mucho la información de la revista que ustedes publican y me dio una buena calificación. Gracias por haber impreso ese artículo.
D. P., Italia
Esposas que tienen trabajo asalariado
Después de haber leído el número que trata sobre “El salario de la esposa... ¿vale la pena?” (22 de febrero de 1985), la impresión que recibí fue que ustedes están en contra de que las esposas trabajen. No debería distribuirse un artículo como este. Ustedes no parecen darse cuenta de las realidades de la vida cotidiana. El ingreso del hombre apenas cubre los gastos para mantener el hogar. Sin la pequeña cantidad que la esposa trae a casa, el matrimonio se desintegraría.
F. R., Inglaterra
Sí reconocimos que a veces pudiera ser necesario que la esposa trabaje para que se pueda disponer de un ingreso mayor. Pero esto puede someter el matrimonio a mayor tensión e impedir la crianza adecuada de los hijos. Hay que reconocer y afrontar estos problemas, como se mostró en nuestro artículo “Parejas que trabajan... la clave del éxito” (8 de febrero de 1985). La pareja tiene que determinar cuáles son sus necesidades, calcular el costo y, entonces, tomar su propia decisión.—La dirección.
Los artículos sobre ‘Parejas que trabajan’ (8 de febrero de 1985) y “El salario de la esposa... ¿vale la pena?” (22 de febrero de 1985) reflejaron equilibrio en el modo de abordar el asunto y en las sugerencias con relación al esposo y la esposa que creen que necesitan trabajar a fin de hacer equilibrios para vivir. Mi esposo trabaja por cuenta propia reparando máquinas de coser, y recientemente me enseñó a limpiar y aceitar las máquinas para que él pudiera concentrarse en las reparaciones. Así puede aceptar más trabajo sin tener que dedicar más horas a este, y podemos trabajar juntos en casa. Quizás otros esposos que trabajan por cuenta propia pudieran enseñar a sus esposas o hijos mayores algún aspecto útil del negocio de modo que puedan ganar más dinero mientras trabajan juntos.
E. P., Texas, E.U.A.
Acabo de leer el artículo “El salario de la esposa... ¿vale la pena?” y las dos entrevistas. Como la madre que renunció a su empleo porque necesitaba dedicar más tiempo a su hija, yo también trabajé por tres meses y entonces renuncié porque noté en mis dos hijitos un cambio (que no era favorable). Ahora trabajo de media jornada y puedo dejar a mis hijos con su padre mientras trabajo.
D. C., Ohio, E.U.A.