¿Por qué se mueren los niños?

En el tiempo que usted tarde en leer esta frase, morirán innecesariamente tres niños.

PERO no son inundaciones, ni hambre, ni sequía lo que está segando vidas infantiles a la alarmante proporción de una cada dos segundos. En el informe titulado State of the World 1986 (Estado del mundo en 1986), del Instituto Worldwatch, William U. Chandler escribe: “Mueren más niños porque se les desteta a destiempo que por el hambre. Mueren más niños porque sus padres no saben cómo tratar una diarrea que por las epidemias. [...] Los analistas generalmente concuerdan en que unos diecisiete millones de niños mueren todos los años por causa de los efectos combinados de una nutrición defectuosa, diarrea, paludismo, neumonía, sarampión, tos ferina y tétanos. Prácticamente todas esas muertes ocurren en el Tercer Mundo”.

La tragedia de tales pérdidas se ve intensificada por una terrible ironía. Chandler sigue diciendo: “Entre la mitad y las dos terceras partes [de esas muertes] podrían evitarse si se tomaran medidas relativamente sencillas”. (Las cursivas son nuestras.) Efectivamente: en los países en desarrollo, los padres no tienen que esperar extensos programas gubernamentales o proyectos sanitarios a gran escala. Ya existen los conocimientos para ayudar a los padres a salvar la vida de sus hijos. Todo lo que se necesita es buena disposición por su parte para aprender y poner en práctica algunas medidas relativamente sencillas y económicas. Por esa razón, le invitamos a leer los informes de los corresponsales de ¡Despertad! en dos países africanos. Se espera que estos artículos no solo sean informativos, sino que también contribuyan a salvar vidas.