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  • El arrepentimiento y el valor van de la mano

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  • El arrepentimiento y el valor van de la mano
  • Seamos valientes al andar con Dios
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    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 2011
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Seamos valientes al andar con Dios
wcg cap. 35 pág. 158-pág. 161

35 MANASÉS

El arrepentimiento y el valor van de la mano

Edición impresa
Edición impresa

MANASÉS había nacido gracias a un milagro que había hecho Jehová. Cuando el rey Ezequías estaba enfermo y a punto de morir, Jehová lo curó. Después de eso, Ezequías tuvo a Manasés. Tristemente, él murió cuando Manasés tenía 12 años, y entonces este jovencito subió al trono. Pero no tardó en demostrar que él no se parecía en nada a su padre, quien había sido un buen rey.

Manasés gobernó durante décadas y, por mucho tiempo, hizo cosas terribles. Cayó en pecados graves como la apostasía, la idolatría y la hechicería... ¡Hasta llegó a asesinar a sus propios hijos! Además, mató a muchas otras personas. Por su mal ejemplo, la gente de Jerusalén se volvió muy cruel. A Jehová no le gustó nada ver a su propio pueblo haciendo cosas tan malas. Aunque le dio advertencias a Manasés mediante sus profetas, él se negó a escuchar. Ahora bien, quizás usted se pregunte por qué se incluye aquí a Manasés como un ejemplo de valor. Veamos la respuesta.

Resulta que la vida de Manasés cambió de repente. Como no escuchó las advertencias de los profetas, Dios dejó que Judá fuera invadida por los asirios, quienes “capturaron a Manasés con garfios, lo sujetaron con dos grilletes de cobre y se lo llevaron a Babilonia”. ¡Qué humillación para este orgulloso rey! Imagínese el terrible dolor que debió sentir en aquel largo trayecto. ¡Qué pesadilla!

Manasés era de lo peor, pero Jehová le dio la oportunidad de cambiar

Durante la época en la que estuvo preso en Babilonia, Manasés tuvo tiempo de reflexionar en su vida. Estaba hundido. Probablemente nunca se había sentido tan solo, impotente y vacío. Seguro que se dio cuenta de que los dioses a los que había adorado —y a los que incluso les había ofrecido a sus hijos— no iban a hacer nada por ayudarlo. Reconoció que tenía que cambiar y, para empezar, le oró a Jehová. En vez de tener una actitud orgullosa, “estuvo humillándose profundamente delante del Dios de sus antepasados”. Y Jehová lo escuchó porque vio que había cambiado. A medida que Manasés fue mostrando más humildad, seguro que Jehová se fue acercando más a él (Sal. 138:6). Le suplicó a “Jehová su Dios” que le mostrara misericordia. Y fue constante, de hecho, “le siguió orando” con humildad.

¿Cómo se sintió Jehová al escuchar esas oraciones? La Biblia dice que “se sintió conmovido por su ruego y escuchó su súplica”. El Dios verdadero le mostró misericordia e hizo algo impresionante por él: “lo devolvió a su reinado en Jerusalén”. Esto le dio la oportunidad de demostrar con sus acciones cuánto había cambiado.

Ya en Jerusalén, Manasés se enfrentó a una prueba que iba a requerir muchísima confianza en Jehová. La gente llevaba muchos años haciendo cosas terribles. Y Manasés tenía la culpa; él mismo había promovido ese comportamiento. ¿Cómo reaccionaría la gente? ¿Lo rechazaría por haber cambiado? Quizás eso le daba miedo a Manasés, pero fue valiente y se puso a trabajar para reparar sus errores. Primero fortificó Jerusalén por si la atacaban. Luego hizo toda una limpieza: quitó los ídolos que había en el templo de Jehová y en el resto de la ciudad. También preparó el altar de Jehová y ofreció sacrificios en él. Y le dijo a Judá “que sirviera a Jehová, el Dios de Israel”. Quizás eso fue lo más difícil para Manasés, porque era todo lo contrario a lo que él había enseñado por años. Está claro que ya no quedaba rastro del pasado tan oscuro de aquel hombre. Su historia le da gloria a Jehová, porque confirma las palabras del salmista, que dijo: “Tú, oh, Jehová, eres bueno y estás dispuesto a perdonar” (Sal. 86:5).

Manasés dirigiéndose a la gente de Jerusalén en un mercado bullicioso donde hay puestos llenos de ídolos. Unos soldados derriban un poste sagrado y destruyen los ídolos.

Por desgracia, Manasés no pudo arreglar todos los problemas que él mismo había causado. Jehová lo perdonó, pero no pudo pasar por alto los crímenes que se cometieron durante su gobierno ni todo el daño que sufrió su pueblo. A diferencia del rey, el pueblo no quiso arrepentirse ni cambiar. Ni siquiera el propio hijo de Manasés, Amón, quiso arrepentirse y aprender del ejemplo de su padre. A pesar de eso, seguro que Manasés hizo todo lo posible por enseñarle a su nietecito Josías a amar a Jehová. Sin duda, este pequeño nunca olvidó que su abuelo tuvo el valor suficiente para humillarse y arrepentirse. Aunque Manasés había cometido pecados muy graves durante años, logró cambiar por completo y murió con la seguridad de que su bondadoso Padre lo había perdonado.

Lea el relato bíblico

  • 2 Reyes 21:1-26

  • 2 Crónicas 33:1-25

¿Qué diría?

¿De qué maneras demostró valor Manasés?

Investigue un poco más

  1. 1. Los amorreos habían sido los habitantes de la tierra de Canaán. ¿Por qué llama la atención que la Biblia diga que Manasés se portó “peor que todos los amorreos antes de él”? (2 Rey. 21:11; w00 15/10 16 párrs. 5, 6; gl 10 párr. 5, nota).

  2. 2. ¿Qué hallazgo arqueológico demuestra que Manasés fue alguien real y que Asiria era una poderosa potencia durante su reinado? (it “Manasés” núm. 4 párr. 2). A

    © The Trustees of the British Museum. Licensed under CC BY-NC-SA 4.0. Source

    Imagen A: Prisma de Esar-Hadón, donde aparece el nombre de “Manasés, rey de Judá”.

  3. 3. ¿Qué pruebas hay de que los asirios les clavaban garfios a sus prisioneros? (2 Crón. 33:11; it “Garfio, anzuelo, corchete” párr. 4). B

    Un relieve antiguo que representa a un rey asirio sujetando con cuerdas a tres prisioneros. Las cuerdas tienen garfios enganchados en los labios de los tres. El rey deja ciego a uno de ellos con una lanza.

    Imagen B: Dibujo de un relieve hecho en Asiria entre los años 800 y 700 a. e. c.

  4. 4. ¿En qué sentido extendió Jehová un “cordón de medir” sobre Jerusalén y usó en ella un “nivel”? (2 Rey. 21:13; it “Nivelar, instrumento de” párr. 2).

Piense en las lecciones

  • ¿Qué nos enseña este relato sobre el arrepentimiento?

  • Aunque Jehová perdona a quienes pecan y se arrepienten, quizás ellos tengan que vivir con las consecuencias de lo que hicieron. ¿Cómo refleja esto la historia de Manasés? (Jer. 15:3-5). C

    Serie de imágenes: 1. Un joven bebiendo cerveza con sus amigos mientras conduce un auto en la noche. 2. Años después, él mismo comenta en una reunión de congregación sentado en una silla de ruedas. Su mano izquierda tiene un tatuaje.

    Imagen C

  • ¿De qué maneras puede usted copiar el ejemplo de valor de Manasés?

Vea el cuadro completo

  • ¿Qué me enseña este relato sobre Jehová?

  • ¿Cómo se relaciona este relato con el propósito de Jehová y el tema principal de la Biblia?

  • ¿Qué me gustaría preguntarle a Manasés cuando resucite?

Para saber más

Vea cómo el relato de Manasés le ayudó a un hermano a volver a Jehová.

Estar preso me hizo libre (5:10)

Si alguna vez ha sentido que no merece el perdón de Dios por las cosas que hizo en el pasado, ¿cómo puede ayudarle la historia de Manasés?

“Ablandó el rostro de Jehová” (w11 1/1 18)

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