Pueblos y naciones subiendo a Sión
1. ¿De qué modo no se está cumpliendo Zacarías 8:20-23 sobre Jerusalén ahora?
NO SE encuentra en la república de Israel ni en su Jerusalén el cumplimiento de la profecía: “Así dice Jehová de los Ejércitos: Aun ha de suceder que vengan pueblos, y los habitantes de muchas ciudades; y los habitantes de una irán a la otra, diciendo: ¡Vayamos con empeño a implorar el favor de Jehová, y a buscar a Jehová de los Ejércitos! y se les contestará: ¡Yo también iré! Además, muchos pueblos y poderosas naciones vendrán a buscar a Jehová de los Ejércitos en Jerusalem, y a implorar el favor de Jehová. Así dice Jehová de los Ejércitos: En aquellos días sucederá que diez hombres de todas las lenguas de las naciones se asirán, sí, se asirán de la falda del manto del Judío, diciendo: ¡Iremos con vosotros, porque hemos oído decir que con vosotros está Dios!” (Zac. 8:20-23) La Jerusalén terrestre no es el lugar a donde suben todas las naciones hoy día para buscar y adorar a Jehová de los Ejércitos, sino que las naciones mundanas mediante el dictar de qué modo se dispondrá de Jerusalén son las que invitan a la república israelita a venir a esa ciudad. De modo que la profecía ha de tener un cumplimiento mayor y superior a uno relacionado con el judío natural y su Jerusalén terrestre.
2. ¿Sobre quién se está cumpliendo? ¿Después de qué experiencia por ellos?
2 Cristo Jesús, el Rey que ahora reina sobre el monte de Sión celestial, es el gran Judío o Alabador de Jehová Dios. Él y sus seguidores consagrados, ungidos con el espíritu de Dios, son el verdadero Israel de Dios. A ellos el apóstol Pablo escribe: “Os habéis acercado al monte de Sión, y a la ciudad del Dios vivo, Jerusalem celestial, . . . y a Jesús, mediador del nuevo pacto.” (Heb. 12:22-24) Estos son judíos interiormente teniendo la circuncisión del corazón, cosa espiritual. Es sobre el resto de este verdadero Israel de Dios que esta profecía de Zacarías así como todas las demás profecías relacionadas con la restauración hallan su cumplimiento hoy día. Jehová los ha tomado de entre las naciones como un “pueblo para su nombre”, y fieles a este nombre ellos han estado actuando como “testigos de Jehová”. (Hech. 15:14; Isa. 43:10, 12) Durante la Guerra Mundial I, de 1914 a 1918, ellos fueron grandemente vituperados y perseguidos por ser Sus testigos, y los enemigos religiosos y las potestades políticas de este mundo conspiraron para suprimir y destruirlos. Mediante la imposición de restricciones enérgicas sobre su obra de testimonio ellos llegaron a ser cautivos de la Gran Babilonia, la organización mundial del Diablo. Siglos después que fué derribada la antigua Babilonia a las orillas del río Eufrates, el último libro de la Biblia profetizó acerca de la gran Babilonia antitípica y sus operaciones opresivas contra los testigos de Jehová.—Apo. 14:8; 16:19; 17:5 a 18:21.
3. ¿De qué modo han sido restaurados? ¿Como una señal de qué cosa hoy día?
3 Especialmente en la primavera de 1918 esa poderosa organización desoló la condición terrestre de los testigos de Jehová que se simbolizó por la tierra antigua de Judá, y ellos desfallecieron en una condición de destierro del servicio de Dios y de la libre adoración pública. Pero en 1919 Jehová Dios, por su Ciro Mayor, Cristo Jesús, los soltó del destierro y de las restricciones babilónicas. Los restauró a su “tierra”, es decir, a su condición legítima sobre la tierra en su servicio. Los restauró al servicio en su templo espiritual. Su restauración, el recogimiento de ellos a la organización teocrática de Jehová, esto, y no el regreso de los judíos carnales a Palestina, es una parte prominente de la gran “señal” que Jesús predijo sería evidencia de su segunda presencia y del fin de este mundo. El resto del verdadero Israel, los testigos de Jehová, son los “escogidos” a quienes él dijo que congregaría enviando a sus ángeles para juntarlos “de los cuatro vientos, del un cabo del cielo hasta el otro”.—Mat. 24:30, 31.
4. ¿Cómo difiere el curso de ellos al de los israelitas políticos?
4 Distinto a los judíos de la república de Israel, los de este resto ungido han sido congregados lejos de este mundo. Están limpios de la amistad y de la contaminación con este mundo, su política, su comercio egoísta y su religión. Han obedecido el mandamiento de Dios dirigido al fiel resto del tiempo antiguo: “¡No toquéis cosa inmunda! ¡salid de en medio de ella [Babilonia]! ¡sed limpios, los que lleváis los vasos de Jehová!” (Isa. 52:11) De modo que desde 1919 le ha agradado a Jehová usarlos como sus testigos restaurados.
5. Por años, ¿cómo considerábamos y tratábamos la restauración judía?
5 Por muchos años hemos considerado con bondad el regreso de los judíos a Palestina, particularmente desde la publicación de nuestro artículo “Restauración Judía” en el Wátchtower de marzo de 1880. Durante todos los años desde entonces hasta 1932 los testigos de Jehová han aceptado el parecer tan común en la cristiandad de que las profecías de la restauración eran aplicables al judío natural y a su regreso a la tierra literal de Palestina. Por medio de mucha literatura destinada especialmente para lectores judíos y distribuída entre ellos, y por muchas conferencias públicas teniendo que ver con temas de interés para el judío, los testigos de Jehová han tratado amorosamente de ayudar a los judíos naturales a ver y aceptar al verdadero Mesías, Jesucristo. Con gusto podemos decir que algunos judíos han respondido, aun cuando han sido pocos comparativamente. Negamos que durante todo este tiempo nos hayan apoyado banqueros judíos y organizaciones judías. Al tiempo debido se principió un estudio concentrado de la profecía de Ezequiel a la luz de los eventos modernos, y la Sociedad Watch Tówer Bible and Tract publicó una serie de tres libros (en inglés) intitulados “Vindicación”. En el segundo tomo, publicado en 1932, Vindicación discutió versículo por versículo las profecías de Ezequiel concernientes a la restauración, y luego, en las páginas 257, 258 dijo lo siguiente:
6. ¿Cómo corrigió este asunto en 1932 el tomo dos del libro Vindicación?
6 “Hubo un cumplimiento parcial de esta profecía sobre Palestina en los días de Ezequiel y Nehemías. El cumplimiento cabal no podía aplicar a la tierra literal de Palestina. Los judíos fueron echados de Palestina y ‘su casa fué dejada desierta’ porque rechazaron a Cristo Jesús, el amado y ungido Rey de Jehová. Hasta el día de hoy los judíos no se han arrepentido de este acto injusto que fué cometido por sus antepasados. Muchos de ellos han regresado a la tierra de Palestina, pero han ido allí inducidos por el egoísmo y razones sentimentales. Durante el largo período que ha pasado desde el tiempo de su expulsión hasta el día presente los judíos no han aguantado la ‘afrenta de los gentiles’ a causa de Jehová, ni por el nombre de Cristo. Durante todo este período de tiempo, y particularmente durante la Guerra Mundial [N.° I], los verdaderos seguidores de Cristo Jesús dedicados a Dios, y a su reino, han estado aguantando la afrenta de los gentiles y han sido aborrecidos por todas las naciones a causa de Cristo y a causa del nombre de Jehová. (Mat. 24:9; Mar. 13:13) En contraste con esto, durante la Guerra Mundial [N.º I] los judíos recibieron reconocimiento de las naciones gentiles. En 1917 la Declaración Balfour, fomentada por los gobiernos gentiles de la organización de Satanás, fué dada a luz, reconoció a los judíos, y les concedió grandes favores. En esto el séptimo poder mundial [angloamericano] tomó la delantera. Ahora el Negocio en Gran Escala y otras divisiones de la organización de Satanás colocan a los judíos al lado de y en la misma categoría que los gentiles. Hasta ahora aun el pueblo de Dios ha pasado por alto el hecho de que los asuntos del reino de Dios con referencia a las cosas de la tierra son de mucho mayor importancia que la rehabilitación de esa pequeña porción de tierra al lado oriental del mar Mediterráneo. Los judíos han recibido más atención de ellos de lo que han merecido. De modo que esta profecía ha de recibir su cumplimiento principal sobre los del verdadero pueblo del reino de Dios que ahora están sobre la tierra.”
EL MILAGRO DE CONSERVACIÓN
7. ¿Hacia quién ha obrado Dios un milagro de conservación? ¿Cómo?
7 ¡Ciertamente que los desarrollos mundiales desde la publicación de la antes citada declaración de 1932 han probado su veracidad! Esto debe servir sólo para corregir cualquier concepto incorrecto que hayamos tenido sobre el tema. En un tiempo se dijo: “Entre las reliquias de la antigüedad que se han conservado hasta nuestro día, no existe otro objeto de tan gran interés como el pueblo judío.”a La conservación de los judíos naturales desde los días de Jacob también se ha presentado frecuentemente como un milagro de Dios. Pero el verdadero milagro es la conservación de los testigos de Jehová desde los días del primer mártir Abel hasta nuestro día. Ese milagro recibe énfasis en la conservación por Jehová del “verdadero Israel de Dios” como pueblo suyo y como sus testigos durante los diecinueve siglos desde los días de Jesús. Ellos, más bien que los judíos naturales que fueron cegados por el “dios de este siglo”, han sido el blanco principal de Satanás el Diablo. Por todos los poderes y organizaciones de su mundo inicuo él ha tratado de exterminar a este Israel espiritual, a estos testigos cristianos de Jehová el Dios vivo y verdadero. Por medio de la violencia, la fuerza y la intimidación su gran organización, la Babilonia moderna, los llevó al cautiverio y al destierro durante la Guerra Mundial I, pero en 1919 Jehová Dios obró por causa de su propio nombre y los libró y los restauró como el pueblo para Su nombre.
8. ¿A dónde y con quién deben subir los de buena voluntad hoy día?
8 Ya es tiempo para que todas las gentes de buena voluntad, tanto los judíos naturales como los gentiles, despierten para reconocer esta gran verdad espiritual, dejando que ésta sea la guía segura y verdadera para su conducta en la actualidad. Si los judíos repatriados en Palestina estuviesen allí por la voluntad de Dios como el núcleo de la “nueva tierra” de su justo nuevo mundo, entonces la debida cosa sería que toda la gente de buena voluntad de todas las naciones se agarrara de los ciudadanos de la república de Israel y subiera con ellos a su organización. Pero ya percibimos que el ir con ellos quiere decir unirse a la “abominación asoladora”, las Naciones Unidas, cosa que aseguraría nuestra destrucción junto con esa abominación en la batalla venidera del Armagedón. El fiel resto de los seguidores ungidos, de Cristo, “el verdadero Israel de Dios,” son los judíos interiormente que ahora están subiendo a la Jerusalén celestial, donde Cristo Jesús reina como el Rey de Jehová. A pesar de toda la persecución que reciben de este mundo, los hechos manifiestan que Dios está con ellos porque tienen su aprobación como pueblo para su nombre y testigos suyos. Están completamente dedicados al reino de Dios, y no a la antagónica Naciones Unidas. Por lo tanto es de la falda de éstos que son judíos interiormente del Israel espiritual que todos los hombres de buena voluntad, ‘diez hombres de todas las lenguas de las naciones,’ deben ahora asirse y decir: “¡Iremos con vosotros, porque hemos oído decir que con vosotros está Dios!” Para que puedan hacerlo así, el resto del Israel espiritual continuará ‘predicando este evangelio del Reino en todo el mundo para testimonio a todas las naciones’.
9. ¿Cómo son más aceptables a Dios que los israelitas carnales? ¿Con qué fin?
9 Que la gente de buena voluntad de todas las naciones muestre una fe en Dios como la que mostró Abrahán y que suba con el resto espiritual a Su organización teocrática. Mediante la manifestación de dicha fe ellos muestran que son más judíos interiormente que los judíos naturales que están reunidos en Palestina en incredulidad. Ellos manifiestan tener más fe abrahámica que los israelitas carnales. Esta fe de las personas consagradas de buena voluntad vale más con Dios que el Vínculo carnal que une a los israelitas naturales con Abrahán de la antigüedad. Por eso que se asocien con el Israel espiritual y que digan a los demás habitantes de todas las naciones: “Vamos á implorar el favor de Jehová, y á buscar á Jehová de los ejércitos. Yo también iré.” (Zac. 8:20-23, Valera) Esto los pondrá en armonía con el Dios viviente por medio de su Rey Jesucristo. Resultará en su conservación a través de la batalla del Armagedón y a la vida eterna en el nuevo mundo bajo el Reino eterno de justicia.
[Nota]
a La página 243 de Thy Kingdom Come, publicado por nuestra Sociedad en 1891.