Experiencias al anunciar el Reino de Jehová
“OVEJAS” EN EL ÁFRICA ECUATORIAL FRANCESA
El hermano Bernard Gaouranga, uno de los nuevos publicadores celosos de la compañía de Bangui, hizo una visita de dos meses a Dekoa. Es su tierra natal. Salimos a dar el testimonio juntos, y, como casi puede decirse que este distrito se compone enteramente de personas de buena voluntad, grandes grupos de personas nos siguen y les damos el testimonio. Las asambleas protestantes, animadas principalmente por Jacques Samba, pastor nativo de esa región, nos invitan constantemente, aunque se lo prohiben los pastores europeos. En una ocasión le predicamos a una asamblea de 988 personas ansiosas de oír. Muchas más personas de buena voluntad se detienen de participar en la “obra extraña” de Jehová porque no han visto a un director de la raza blanca encargado del trabajo aquí. Los africanos no ingresan en una organización sin temor a menos que vean un europeo encargado de ella. Por lo tanto nos regocijamos mucho cuando leímos en un número de La Atalaya que la Sociedad va a enviar algunos hermanos.—Publicador de Dekoa.
TODOS ESTÁN PREDICANDO MENOS EL “PREDICADOR”
Al trabajar nuestro territorio nos encontramos con un grupo que se llama la “Iglesia de Dios y Cristo”. El primero con quien hablamos fué el clérigo. Recibió el mensaje favorablemente y nos invitó a volver. En el intervalo informó a su congregación que iba a tomar lecciones para poder predicarles mejor, y pidió que pagaran las lecciones. Gustosamente convinieron. Aparentemente este predicador no pudo imaginarse que algo pudiera ser gratis. Al seguir trabajando en el territorio logramos visitar a todos los miembros. Ellos también recibieron el mensaje favorablemente y con gusto participaron en un estudio regular. Dió como resultado que la iglesia cerró sus puertas y todos los que en un tiempo eran miembros, ahora proclaman el reino de Jehová. El predicador sigue estudiando hasta la fecha pero no ha participado activamente en la obra.—A. H., Alabama.