“Con labios tartamudos y otra lengua”
Sin importar cuán extraño le parezcan al misionero el país y el idioma extranjeros, las bendiciones del Señor estarán sobre sus sinceros esfuerzos, como se hace patente de la siguiente experiencia del Perú: “Al principiar la obra en un nuevo territorio con un nuevo idioma, pensé que nunca llegaría con vida al fin de mi primer día de tratar de predicar el mensaje en el idioma español. Pero salí ileso, y una sorpresa muy grata me esperaba a la vuelta de la esquina. Mientras llamaba a la puerta durante el segundo día de trabajo, pronuncié una corta oración con la esperanza de que estas pobres gentes entendiesen algo del testimonio que yo había de darles en un español muy pobre. En este hogar la madre y su hija mostraron muchísimo interés, especialmente cuando se les enseñó de la Biblia el verdadero significado de la palabra ‘infierno’, la condición de los muertos, etc., y se hicieron los arreglos para un estudio bíblico de casa para la siguiente semana. Imagínese mi sorpresa cuando volví y encontré no a dos personas sino a diez listas para estudiar. Este estudio ha continuado sin interrupción desde entonces, y a veces hasta trece personas han asistido a un solo estudio. Después de tres meses de estudio y asociación con esta querida familia, cinco de ellos llegaron a ser activos predicadores del mensaje y algunos otros se unirán a ellos dentro de corto tiempo. Para nuestro regocijo, varias otras personas en este vecindario han venido a ser activos publicadores del Reino también, y ahora este hogar es un punto regular de reunión donde grupos de ministros se reunen para las actividades de la predicación del evangelio.”