Preguntas de los lectores
● ¿Volverán en la resurrección las personas que se suicidaron para conservar el honor del nombre de familia, o por alguna otra razón conforme a la costumbre del Japón? También, ¿serán resucitados los asesinos?—K. H., Japón.
La nación judía estaba en pacto con Jehová Dios, y su ley decía: “No debes aceptar rescate por el alma de un asesino que merece morir, porque sin falta debe ser muerto.” Tampoco podía un cristiano asesinar a alguien y vivir: “Todo aquel que aborrece a su hermano es un homicida, y ustedes saben que ningún homicida tiene vida eterna permaneciendo en él.” Puesto que el suicidio es autoasesinato, se le puede considerar sobre la misma base que el asesinato. Por eso si alguna persona que ha dedicado su vida a Jehová Dios cuerdamente se quita la vida suicidándose, o deliberadamente asesina a otra persona, es dudoso que Jehová recuerde a tal persona en la resurrección.—Núm. 35:31; 1 Juan 3:15, NM.
Sin embargo, en el caso de una persona que no conoció la ley de Jehová y no fué un siervo dedicado de Dios sería diferente; Si murió como suicida o como asesino seguramente murió culpable de pecado atroz; pero hay muchos otros pecados atroces, y para ellos es posible el arrepentimiento. En cierto tiempo Pablo escribió a algunos cristianos que en otro tiempo habían sido sumamente inmorales y depravados, pero que habían sido lavados y estaban limpios debido a su arrepentimiento y abandono de dicho pecado y debido a su aceptación del arreglo de Jehová mediante Cristo. En otra parte la Biblia habla de asesinos que no se arrepintieron, lo cual denota que el arrepentimiento les era posible bajo ciertas condiciones. (1 Cor. 6:9-11; Apo. 9:21, NM) Los pecados de suicidio y asesinato no siempre son pecados contra el espíritu santo, y, si no lo son, podrían ser perdonados. El pecado es pecado, no importa qué clase de pecado sea, y la resurrección de un suicida o de un asesino que no está en la verdad dependería más de cuán profundamente estuvo impregnado de paganismo o demonolatría, o de su habilidad para arrepentirse y ser recobrado de las profundidades del paganismo, más bien que del pecado o pecados específicos perpetrados anteriormente. Jehová Dios y Cristo Jesús son quienes juzgarán esta capacidad para arrepentirse y esta habilidad para recobrarse y quienes decidirán resucitar o no a ciertos individuos. Estamos contentos con dejar que el asunto descanse en las manos capaces, justas y misericordiosas de ellos.