Tiene que haber un cambio de corazón
¿CUÁNTO tiempo durará la lucha entre la tiranía y la libertad? En respuesta a esa pregunta Dag Hammarskjold, secretario general de las Naciones Unidas, dijo: “Tanto tiempo como sean seres humanos los seres humanos.” ¿Y por qué expresó tal opinión pesimista el Sr. Hammarskjold acerca de la lucha? Porque, según él, “esta lucha no es básicamente una entre sistemas políticos e ideologías, sino una lucha entre y por los corazones de los hombres, incluso el nuestro propio.” “Aun en un sentido político restringido de la palabra democracia,” hizo notar adicionalmente el Sr. Hammarskjold, “todavía estamos lejos de la meta.”—El Times de Nueva York, 14 de febrero de 1954.
He aquí, entonces, la razón por la cual hoy hay guerra en Indochina, estancamiento en Corea, el problema racial en la Unión del África del Sur, relaciones poco armoniosas entre la India y Pakistán y entre las naciones árabes e Israel, y por la cual la guerra sorda entre Oriente y Occidente, con su carrera de bombas atómicas y de hidrógeno, empeora. La organización de las Naciones Unidas tal vez sea una estructura imponente, pero ¿qué puede esperarse de ella cuando los materiales que entran en su compostura carecen de resistencia de tensión, no tienen corazón sano, cuando no hay ninguna propiedad cohesiva entre ellos, ningún altruismo, ningún amor al prójimo?
La Biblia, la Palabra de Dios, correctamente da énfasis a la importancia del corazón. “Con toda vigilancia guarda tu corazón, porque de él brotan las fuentes de la vida,” nos dice ella. Y por medio de ella Dios nos dice: “Dame, hijo mío, tu corazón, y tus ojos mis caminos observen.” Dado que “Dios es amor,” el que le demos nuestro corazón y observemos su camino quiere decir apartarlos de un proceder egoísta a uno altruísta.—Pro. 4:23; 23:26, BC; 1 Juan 4:8.
Esto se puede hacer y se está haciendo, y los frutos de dicha manera de proceder muestran que el Sr. Hammarskjold tiene razón al darle énfasis al corazón como la clave al problema. Los observadores objetivos que asistieron a la asamblea nacional que los testigos de Jehová celebraron en Rhodesia del Norte en 1953 se quedaron asombrados a causa de lo que vieron: miles y miles de representantes procedentes de muchas diferentes tribus bélicas del África reunidos en paz, unidad y amor. ¿Cómo se explica esto? Es un entendimiento y aprecio de la verdad de la Palabra de Dios lo que les da el deseo y la habilidad de rehacer su mente, de quitarse su vieja personalidad bélica y pagana con su vuduísmo, poligamia y costumbres tribales semejantes, y ponerse la personalidad cristiana, personalidad limpia, pacífica y altruísta. Y la verdad acerca de Jehová Dios y sus propósitos está efectuando este cambio de corazón tan notable no sólo en Rhodesia del Norte sino también en otros 142 países.
Cierto, estas personas no pueden ponerle fin a la lucha entre la libertad y la tiranía que se lleva a cabo en este mundo, pero al rehacer su personalidad y efectuar un cambio de corazón, ellos están demostrando que son dignos de vivir en el nuevo mundo que Jehová creará por medio de acabar con todos los tiranos, lo cual él hará en el Armagedón. Puesto que ahora viven juntos en paz, amor y unidad, y tienen la esperanza del justo nuevo mundo de Dios en el cual los justos habitarán la tierra para siempre, éstos son ahora la gente más feliz sobre la faz de la tierra.—Sal. 72:4; Isa. 14:4-7; Sal. 37:29.