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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová

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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1956
w56 1/6 págs. 347-349

La actividad ministerial de los testigos de Jehová

Informe tomado del “Yearbook” para 1956 (en inglés)

EL SALVADOR

Número máximo de ministros predicando

1945: 10

1955: 357

Población: 2,150,000

El programa de entrenamiento ha producido buenos resultados en El Salvador, según informa el siervo de sucursal. Los ministros ordenados que van de casa en casa están mejor capacitados para presentar el mensaje del Reino. El año de servicio de 1955 fué uno de excitación para toda la sociedad del Nuevo Mundo en este país debido al nuevo hogar sucursal y Salón del Reino que se construían en la ciudad capital. Ahora se ha completado y está en uso, y todos creen que esta nueva adición ayudará grandemente a la obra de expansión. El siervo de sucursal hizo un informe interesante en conexión con la construcción y también otros detalles de interés del cual citamos lo siguiente:

“Primero quiero dar un informe respecto a nuestro nuevo edificio. Un ingeniero civil pasó un año entero llegando a su casa y saliendo de ella sin notar a la misionera que, durante ese tiempo, conducía estudios con su esposa. Finalmente él insistió un día en que su esposa pidiese a la misionera que le diera a él lecciones de inglés. Él no se interesaba en la religión, porque se había disgustado con las injustas prácticas políticas de la Iglesia católica. La misionera consintió en darle las lecciones de inglés como favor a la esposa, pero ya que era un hombre muy deseoso de saber, pronto estaban hablando en inglés acerca de la Biblia y la verdadera religión.

“Cuando surgió la idea de construir un nuevo hogar sucursal aquí, el ingeniero ofreció diseñarlo y construirlo y llevar a su fin todos los rasgos de la empresa sin cobrar por sus servicios profesionales.

“Llegó a ser amigo de toda la familia de la sucursal, y en el curso de las muchas tardes que él pasó con los misioneros diseñando el alumbrado, los baños y otros rasgos misceláneos del hogar, él pudo absorber mucho más que su cuota normal de radiación de la verdad; pero no lo demostraba. Todos deseábamos saber si él se afirmaría en la verdad o si sólo llegaría a ser otra persona de buena voluntad. Pero cuando llegó el tiempo, el 18 de junio, para la inauguración del edificio, él nos impresionó mucho en su discurso de diez minutos al decir que ‘Jehová Dios era responsable por este edificio.’ Esta fué la primera vez que él confesara creer en Jehová como poseedor de autoridad suprema y todos nos emocionamos, pero él partió inmediatamente por avión para Wáshington por asuntos del oficio. Antes de volver él extendió su visita a los EE. UU. una semana más, para incluir la asamblea de Nueva York. Cuando volvió y colocó todos los periódicos de Nueva York en el regazo de los misioneros de la sucursal que nos habíamos quedado en El Salvador y nos hallábamos ansiosos de recibir noticias, nos sentimos realmente felices, pero cuando—incapaz de retener más la noticia—exclamó que él se había bautizado en el estadio Yanqui, quedamos enajenados de alegría. Nuestro ingeniero ya no era ‘el ingeniero’ sino el hermano P———.

“Tal como dirigió la Sociedad, se estableció un hogar misionero en la ciudad de Sonsonate, la cual, pensamos, sería una asignación ‘tranquila’, pero apenas habían empezado a trabajar los misioneros cuando cuatro sacerdotes italoamericanos residentes comenzaron una campaña de odio y oposición amarga contra los misioneros. Especialmente el líder del grupo se portó de una manera bulliciosa y no cristiana al abrasar con su crítica a los testigos de Jehová cada noche en su programa de radio de quince minutos, con la esperanza de resecarlos y de excitar la opinión pública en contra de ellos; pero los misioneros permanecieron firmes y aguantaron. Los sacerdotes se habían ganado la amistad de la gente porque eran de Brooklyn y mucho más liberales que los sacerdotes locales; solían fraternizar con la gente comiendo, bebiendo y fumando con ella, pero cuando comenzaron su campaña de odio en contra de los testigos de Jehová, algunos de sus mejores amigos y también la gente más prominente de Sonsonate les dijeron que ‘dejaran eso.’ Los sacerdotes fueron hasta el extremo de excomulgar al dueño de la casa misionera porque rehusó expulsar de su casa a los misioneros. Esta acción les costó mucho prestigio con la gente—prestigio que ellos jamás podrán recobrar. La persecución en Sonsonate ha sido vencida, y las personas de buena voluntad que desean un nuevo mundo y que lo anhelan con todo su corazón están poniéndose una por una de parte de la sociedad del Nuevo Mundo.

“Experimentamos con la película de la Sociedad en nuestra congregación más grande, mostrándola en los centros de servicio en un esfuerzo por aumentar la concurrencia y encontrar otras personas que se interesaran. Cada martes se mostró la película en un estudio de congregación diferente hasta que todos la habían visto. Se esperaban grupos pequeños y se hicieron planes para ellos, pero el número de concurrentes varió desde ochenta hasta 170 en estas proyecciones en los hogares. Los centros de servicio han mejorado grandemente en cuanto a asistencia y ha aumentado el número de personas que asisten a las reuniones en el Salón del Reino.”

GUATEMALA

Número máximo de ministros predicando

1945: 17

1955: 510

Población: 3,200,000

Hace sólo once años que comenzaron a llegar a la Sociedad informes procedentes de Guatemala. En ese tiempo había dos publicadores de congregación y un precursor. Desde entonces se ha mandado varios misioneros al país. Ahora hay veintiún misioneros trabajando en diferentes ciudades, y éstos junto con los publicadores de congregación están teniendo experiencias muy alegradoras. Los testigos de Jehová todavía tienen bastante que hacer en Guatemala y se están esforzando por hacer la obra asignada. El siervo de sucursal cuenta algunas interesantes experiencias que han ocurrido y conmovido los corazones de los publicadores, y de su informe citamos lo siguiente.

“Muchas veces los testigos de Jehová han ido de puerta en puerta buscando a las otras ovejas de Jehová, pero a veces también resulta del otro modo. En Tiquisate una hermana precursora de edad madura estaba limpiando su casa una mañana cuando vino una llamada a la puerta. Fué a la puerta y vió a una señora con un bebé en los brazos que le preguntó: ‘Perdone usted, ¿viven aquí los testigos de Jehová?’ ‘Sí,’ contestó la precursora, ‘¿puedo servirle en algo?’ ‘Por fin,’ dijo la mujer sonriéndose. ‘He estado yendo de puerta en puerta buscándolos.’ Parece que un hombre le prestó un folleto y un ejemplar de la revista La Atalaya y ella deseaba aprender más acerca de la obra de los testigos de Jehová. Ni siquiera vivía en este pueblo pero había oído decir que había algunos testigos de Jehová en Tiquisate, de modo que hizo el viaje para buscarlos. La precursora comenzó un estudio bíblico de casa con ella, y en más o menos un mes la mujer se bautizó y se hizo una publicadora regular. Aunque no hay ningún otro publicador en el pueblo donde ella vive, sale regularmente de casa en casa ofreciendo el mensaje del Reino. Tiene que cuidar a sus dos bebés, pero, con uno sobre el lomo y el otro en los brazos, sale de todos modos en el servicio.

“En la Ciudad de Guatemala, un guardia de la penitenciaría nacional que disfrutaba de su día libre un domingo entró por casualidad en el Salón del Reino de la Unidad Palmita mientras se presentaba una conferencia pública. Se le saludó afectuosamente y escuchó con interés la información que se presentaba. Un hermano alerto notó que era persona recién interesada y, después de la reunión, hizo arreglos para comenzar un estudio con él. Fué un poco difícil hacer arreglos para que el guardia tuviera el estudio y asistiera a las reuniones locales, sin embargo, porque los guardias tienen sólo un día libre al mes, pero siempre que le era posible asistía. Debido a que su trabajo en la penitenciaría no le permitía asistir a las reuniones él dejó su empleo, a pesar de que esto quiso decir que tendría que aprender otro oficio. El hermano que estudió con él le enseñó el oficio de zapatero, y alrededor de seis meses desde el tiempo en que oyó su primera conferencia, la oveja recién encontrada comenzó a publicar. De todos los empleos en Guatemala el de zapatero es tal vez uno de los menos remuneradores, sin embargo el hermano comenzó a ahorrar de sus escasas ganancias lo que pudo con una meta definida. Por fin estuvo listo, y con gran gozo llenó una solicitud para ser precursor de vacaciones, pidiendo ir a uno de los estados del norte y testificar a su familia y amigos.

“Mientras trabajaba en un pueblo pequeño un precursor supo que dos ministros pentecostales estaban leyendo el libro ‘Sea Dios veraz’. Buscando por allí, pronto descubrió a los dos predicadores. Les explicó cómo podrían estudiar el libro con sus Biblias. Ellos escucharon ansiosamente y les gustó tanto la explicación que invitaron al precursor a pronunciar una conferencia esa noche en la iglesia. Poco después la gente se reunió en el pequeño edificio y los dos predicadores dijeron: ‘Usted tiene la iglesia a su disposición.’ Varias semanas más tarde el precursor recibió una carta de los dos predicadores en que se le pedía que volviera a visitarlos porque querían aprender más. Al volver, el precursor encontró una capilla nueva, porque algunos de los ‘patriotas’ locales pensaron que unos comunistas estaban usando el edificio para celebrar reuniones subversivas, de modo que lo redujeron a cenizas. Esa noche se hicieron arreglos para presentar la conferencia: ‘¿Volverá Cristo?’ Uno de los predicadores se levantó y se dirigió a la gente diciendo: ‘Hermanos, escuchen por favor con mucha atención lo que el conferenciante les va a decir.’ Cuando terminó la conferencia, él se levantó y dijo: ‘Ustedes han oído cómo vuelve Cristo, y tan claro que sería imposible hacerlo más sencillo. En lo pasado he estado con ustedes, pero en lo futuro estaré con los testigos de Jehová.’ Esta decisión valiente, por supuesto, les acarreó oposición, pero los dos expresan su deseo de aprender más y ser buenos testigos de Jehová.

“El día después del Memorial un pastor protestante que había enseñado en un seminario evangélico dijo: ‘Yo estaba en la reunión de ustedes anoche. Sé que muchas personas dicen que ustedes los testigos de Jehová niegan a Cristo, pero ahora yo sé que los que dicen eso están equivocados. Ustedes predican a Cristo como se halla en la Biblia, y la cena del Señor me impresionó mucho.’”

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