La actividad ministerial de los testigos de Jehová

PUERTO RICO

Número máximo de ministros predicando

1945: 47

1955: 1,024

Población: 2,229,000

El caluroso sol tropical brilla sobre esta hermosa isla todo el año, y hace que la mayoría de la gente afloje el paso y evite hacer gran esfuerzo. Pero esto no es cierto respecto a los testigos de Jehová. Ellos se dan cuenta de que hay una gran obra que hacer ahora que Jehová está en su santo templo, y que aunque ellos tengan que guardar silencio delante de él, ciertamente tienen la responsabilidad de dar a conocer que están presentes en este viejo mundo aunque no forman parte de él. En la misma isla de Puerto Rico se logró progreso maravilloso en la obra de dar el testimonio, y el siervo de sucursal de allí mandó un informe interesante del cual citamos lo siguiente:

“Los hermanos puertorriqueños no están ni un ápice detrás de sus hermanos de otras partes de la tierra en lo que toca a asambleas. Se celebraron cuatro asambleas de circuito en diversas partes de la isla, dándose un buen testimonio en cada lugar. A una asamblea asistieron más personas que las que habíamos esperado, gracias a la ayuda de un sacerdote católico. Él hizo que un miembro de su iglesia pasara por las calles en un automóvil equipado con altoparlantes gritando invectivas contra los testigos y aconsejando a la gente que no tuviera nada que ver con esos ‘falsos profetas.’ El número de asistentes se remontó desde 178 el viernes hasta 570 la noche del sábado y 607 el domingo. El sacerdote se encontró con una de los testigos en una casa y arrogantemente le mandó que saliera de la casa. El dueño de la casa le dijo con indignación al sacerdote que si alguien había de salir de la casa sería él.

“Los hermanos recibieron con entusiasmo las instrucciones que la Sociedad despachó respecto a la actividad de abril y se dió un tremendo testimonio desde un rincón hasta el otro de la isla. Se presentaron setenta y cinco conferencias públicas sólo en ese mes aunque hay solamente veintidós congregaciones. La conferencia pública ‘La cristiandad o el cristianismo—¿cuál es “la luz del mundo”?’ fué transmitida por ocho estaciones radiodifusoras. Más de 50,000 copias del mismo mensaje se colocaron en manos del público durante abril y mayo.

“Debe mencionarse que una de las numerosas actividades que han mantenido tan ocupados a los testigos de Jehová en Puerto Rico durante el año pasado ha sido la exhibición continuada de la película. Se mostró cincuenta y tres veces a 11,171 personas que observaron con interés la sociedad del Nuevo Mundo en acción.”

URUGUAY

Número máximo de ministros predicando

1945: 62

1955: 753

Población: 2,500,000

Los testigos de Jehová en el Uruguay están dando buen uso a la libertad que ahora tienen, y están predicando las buenas nuevas dondequiera que es posible. En el informe anual del siervo de sucursal él señaló que el gran evento fué la asamblea de distrito y la exhibición de la película “La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción.” Esta recibió mucha publicidad en los periódicos, e hizo que muchas personas preguntaran acerca de la verdad. Las islas Falkland, ubicadas muy al sur del Uruguay, también están bajo la jurisdicción de la oficina de sucursal en Montevideo. Este año pasado se hizo una segunda visita a estas islas con excelente éxito. El siervo de sucursal nos envió un informe interesante sobre la obra en el Uruguay del cual citamos lo siguiente:

“Siempre es bueno llamar la atención de la gente a artículos especialmente interesantes en las revistas. Una hermana dió énfasis al artículo ‘El Uruguay va a las urnas’ que apareció en ¡Despertad! Al volver dos semanas después con el próximo número halló que todos manifestaban una actitud especialmente amistosa y que se sentían complacidos con el artículo. Un empleado del gobierno dijo que a él le había sorprendido la exactitud de la información acerca de las elecciones del país y el hecho de que no se manifestaba absolutamente ningún prejuicio o parcialidad; que lo que se dijo era la verdad. Él pasó la revista a otros empleados de la oficina y a todos les dejó la misma impresión.

“El marido de una hermana, el cual se opone a nuestra obra, repetidamente rehusó llevarla consigo a su trabajo de cortar árboles en un sector aislado, porque él temía que ella predicara a los otros trabajadores y a sus familias. Ella siguió insistiendo hasta que por fin él la llevó. ¿Qué hizo ella mientras él trabajaba? Con una bolsa de literatura, su Biblia y un palo grande para defenderse de los animales y culebras venenosas que se hallaban en ese sector, salió para visitar a las esposas de los hombres que trabajaban con su marido. Imagínese el gozo que debe haber sentido ella cuando la aceptaron gozosamente, a ella y al mensaje del Reino, y tomaron revistas, libros, folletos y Biblias. Ella empezó estudios con las señoras. El gozo de esta hermana fué tan grande, y el interés de la gente tan obvio que su marido consintió en llevarla periódicamente para que ella pudiera seguir conduciendo los estudios. Como resultado de esta predicación dos personas de esos estudios ahora han llegado a ser publicadores del Reino.

“Una hermana misionera encontró a una señora que escuchó pacientemente su sermón bíblico en castellano chapurrado. La señora confesó que ella siempre había sido católica pero que estaba desilusionada con la iglesia, ya que nunca habían tratado de enseñarle a leer, para que pudiera estudiar su Biblia. Esta misionera ofreció sus servicios para enseñarle a leer e hizo arreglos para darle lecciones semanales, usando como libro de texto ‘Sea Dios veraz’. En un año la señora aprendió a leer su Biblia, y ha sacado mucho consuelo y gozo de las cosas que ha aprendido. Ahora ella asiste a las reuniones regularmente y sale de casa en casa a predicar el Reino. Recientemente, ella comenzó a enseñar a leer a una hermana menos madura.

“Otra suscriptora que vivía lejos en el campo supo que el hermano y su esposa estaban trabajando en un pueblo aislado, de modo que ella decidió caminar al pueblo y encontrarlos. Al mismo tiempo en que los hermanos trataban de enterarse del domicilio de esta misma suscriptora para visitarla, ella se presentó al escritorio del hotel con Biblia y revistas en mano preguntando por ellos. Estaba tan ansiosa de estudiar y aprender que insistió en tener un estudio de La Atalaya ese mismo día. Se hicieron arreglos para seguir estudiando diariamente con ella durante todo el tiempo que los misioneros pudieran quedarse. Ella tuvo doce estudios en doce días.

“Después de unos cuantos estudios el hermano mencionó la importancia de la obra de predicar, y ella inmediatamente manifestó su deseo de participar. El territorio más cercano estaba a cuatro kilómetros (dos millas y media), pero el día siguiente ella caminó hasta llegar a él, llevando en los brazos a un pequeño bebé y guiando a sus tres otros hijos pequeños. Después de esto ella deseaba predicar otra vez. La segunda vez ella preparó y presentó su propio sermón y colocó unas cuantas revistas, y continuó progresando.”

VENEZUELA

Número máximo de ministros predicando

1945: 1

1955: 1,025

Población: 5,552,000

En Venezuela los publicadores han estado usando sabiamente su tiempo, logrando los publicadores de congregación un promedio de 13.4 horas. Ellos gozan con el programa de entrenamiento, y esto ha resultado en un gran aumento en el número de revisitas que se hacen y de estudios bíblicos que se conducen. Siguen el buen consejo que Pablo dió a los efesios (5:15, 16, NM): “Así que vigilen estrechamente que su manera de andar no sea cual personas imprudentes sino cual personas prudentes, comprando el tiempo oportuno que queda para ustedes mismos, porque los días son malos.” Es verdaderamente maravillosa la manera en que la verdad se extiende a lugares de que uno quizás pensaría que sería imposible alcanzarlos regularmente con la verdad. Sin embargo, las experiencias interesantes que el siervo de sucursal de Venezuela manda muestran cómo se hace.

“Un siervo de circuito de la parte occidental del país escribe esta experiencia. ‘A veces al volar sobre el yermo que hay entre Maracaibo y San Cristóbal, que da la apariencia de permanecer intransitado, me había preguntado cómo sería posible que las personas que viven por esas partes llegaran a saber de la verdad, pues desde el aire pueden verse muchas granjas y aldeas pequeñas. El único modo de llegar a ellas es ir en bote por el lago y entonces seguir río arriba y luego ir a burro por un sendero. ¡Recientemente, cuando estuve sirviendo en la congregación de Maracaibo, me enteré de cómo aun en aquellas partes estaban aprendiendo la verdad! Una hermana que vive en Maracaibo tiene una hija cuyo esposo tuvo que ir por asuntos de negocio a una granja a distancia de dos días completos de viaje por bote por el lago Maracaibo y uno de los ríos que desembocan en él. La hija acompañó a su esposo. Ella tenía algún interés en la verdad, pero no lo suficiente para explicarla bien. De todos modos ella entabló conversación con un señor que también trabajaba en una granja aislada en el yermo y colocó su propia copia de “Sea Dios veraz” con él, ya que él manifestó interés en la Biblia. El hombre leyó el libro y le hizo muchas preguntas a ella, pero ella no pudo contestárselas cabalmente, de manera que sugirió que él escribiera a la madre de ella en Maracaibo. Luego ella misma volvió a Maracaibo. El hombre le escribió a la madre. No obstante, la madre no puede leer ni escribir; así que, estando la hija con ella de nuevo en Maracaibo, ella es la que se encarga de leer y escribir. Ahora llevan a cabo por correo un estudio semanal de “Sea Dios veraz”. Recientemente el hombre fué a Maracaibo para vender arroz y mientras estuvo allí aprovechó la oportunidad de visitar a madre e hija. Asistió a las reuniones mientras estuvo en el pueblo y volvió a su casa con más literatura. Está muy feliz con lo que está aprendiendo y dijo que trataría de asistir a la próxima asamblea de circuito.’

“El siervo de circuito de la parte oriental del país cuenta lo siguiente, que ocurrió mientras él trabajaba en una aldea aislada. ‘La primera casa que visité fué por casualidad la del sacerdote. Él no sabía qué decir, pero al fin estalló, gritándome que saliera de su casa. Así que lo hice, y llamé a la puerta de la próxima casa, pero el sacerdote comenzó a gritar y decir a sus vecinos que no escucharan ni aceptaran cosa alguna. Mientras más gritaba el sacerdote, más interés manifestaba la gente en ver lo que yo tenía. Después de tres horas, a pesar del sacerdote y los niños que él utilizó para hacer bulla, yo había colocado doce libros y varios folletos y revistas. Esa tarde me encontré con unos protestantes o evangélicos y ellos quisieron saber acerca de las doctrinas de los testigos de Jehová; de modo que se hicieron arreglos para una reunión esa noche. Veinticinco personas asistieron y se comenzó una consideración de puntos bíblicos. Se explicaron la trinidad, el alma, fuego del infierno, etc. Cuando uno de los pastores trató de ridiculizar el mensaje de verdad, se le pidió que probara con la Biblia su manera de ver el asunto. Se le pidió que explicara acerca de Lázaro y el hombre rico, y, al no poder dar detalle alguno, su propio rebaño pronto lo censuró. Se dió una explicación verídica de la parábola, y un hombre de edad madura dijo: “Verdaderamente, nunca antes había oído una explicación como ésta, pero tan clara está que me imagino que todo el mundo puede entenderla.” Todos consintieron y aun el pastor cambió su actitud. Varios aceptaron publicaciones y expresaron gusto de haber conocido a un testigo de Jehová. Me pidieron que concluyera con oración, lo cual hice con mucho gusto. Será un placer volver a encontrarme con estos venezolanos humildes que mostraron tanto amor a la justicia y quisieron ser alimentados de la santa Palabra de Jehová en lugar de las tradiciones hechas por hombres.’”