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  • “Él hizo de un solo hombre toda nación”
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
w57 1/2 págs. 67-68

“Él hizo de un solo hombre toda nación”

EL SACERDOTE Juan A. O’Brien escribió acerca de los testigos de Jehová en el semanario nacional de la acción católica, Our Sunday Visitor, del 20 de mayo de 1956. Para mostrar que los testigos como grupo son indeseables y sin atractivo, el sacerdote O’Brien dijo que básicamente constan de personas pobres, personas que viven de socorro, jornaleros y los desamparados mental y económicamente. Siguiendo con su argumento O’Brien añadió:

“Según el periódico The Christian Century de julio de 1955, cada quinto testigo es de color. Las masas de recién transplantados puertorriqueños de Nueva York y los mejicanos de California y del sudoeste [de los EE. UU.] han contribuído substancialmente al número de miembros de la secta. De hecho, la organización está logrando algunos de sus adelantos más grandes en países atrasados donde abunda el analfabetismo.”

Principalmente los “países atrasados donde abunda el analfabetismo” son países católicos donde la Iglesia católica ejerce gran poder y tiene dominio de las facultades educativas. Cuando los testigos de Jehová predican allí ellos le enseñan a la gente a leer y escribir y a estudiar la Biblia. Entonces estas personas empiezan a progresar. Aprenden de la Biblia que la Iglesia católica no les ha enseñado las verdades de la Palabra de Dios. Llegan a ser testigos de Jehová.

Tal vez muchos de ellos sean personas de color o puertorriqueños o mejicanos, pero eso no los hace indeseables a los ojos de los testigos de Jehová. Jehová Dios los llama deseables, al predecir el tiempo en que comenzarían a entrar en su organización, proviniendo de todas las naciones y razas: “Y sacudiré todas las naciones, y las cosas deseables de todas las naciones vendrán, y llenaré esta casa de gloria, dice el SEÑOR de los ejércitos.” La cantidad de ellos aumenta el volumen de las voces que cantan las alabanzas de Jehová y llenan la tierra de palabras que ensalzan su gloria.—Agg. 2:7, Versión Inglesa Revisada.

Estas gentes tal vez no parezcan deseables a las religiones orgullosas de la cristiandad ortodoxa, pero lo son al verdadero cristianismo, y la Biblia predijo que la mayoría de los cristianos verdaderos sería escogida de entre los humildes más bien que de entre los encumbrados: “Pues observen su llamada de ustedes, hermanos, que no muchos sabios según la carne fueron llamados, no muchos poderosos, no muchos nobles; sino que Dios escogió las cosas insensatas del mundo, para avergonzar a los sabios, y Dios escogió las cosas débiles del mundo, para avergonzar las cosas fuertes; y Dios escogió las cosas innobles del mundo y las cosas despreciadas, las cosas que no son, para anonadar las cosas que son, con el fin de que ninguna carne se jacte a la vista de Dios.”—1 Cor. 1:26-29, NM.

Los testigos de Jehová no creen en el prejuicio ni en la discriminación ni en la segregación por causa de raza o color. Donde las comunidades son lo suficientemente democráticas como para permitirlo, los testigos de Jehová de diferentes razas y colores se reúnen juntos en una misma congregación. Personas de color, puertorriqueños y mejicanos, junto con todas las otras razas y colores, componen la novia de Cristo y están en el cielo con Dios. No se hace una segregación de ellos en el cielo; no se debería hacer sobre la tierra. Pero en la tierra se hacen muchas cosas que no deberían hacerse. Estos males serán borrados de la tierra en la guerra de Jehová que se llama Armagedón y no existirán en su Nuevo Mundo de justicia. Los testigos de Jehová no pueden convertir al mundo y no tratan de hacerlo, sino que esperan la destrucción de él por Dios. Sólo en el nuevo mundo que sigue terminarán por completo el prejuicio y la discriminación y la segregación.

Lo que predican los testigos de Jehová son las buenas nuevas acerca de este nuevo mundo entrante. Cuando ellos vienen a su puerta con este mensaje, ¿les escucha usted? ¿Los recibe en su hogar para tener con ellos una conversación bíblica? Si usted es católico ciertamente debería hacerlo, según el sacerdote O’Brien. Él dice que es el deber del católico hacerlo:

“Los sencillos miembros sinceros y faltos de instrucción que constituyen las masas de los testigos tienen hambre de alimento pero se les da de comer hollejos. Su celo es digno de una causa mejor. Debemos recibirlos en nuestros hogares, dejar que citen su docena de textos aprendidos de memoria, entonces mostrarles en las Escrituras la evidencia deslumbrante acerca de la divinidad de Cristo, el establecimiento de Su Iglesia en la tierra, Su otorgamiento a ella de autoridad para enseñar a toda la humanidad y Su promesa de estar con ella todos los días ‘aun hasta la consumación del mundo.’ No importa cuán pestíferos y quimeristas sean los testigos descarriados, ellos son los hijos por quienes murió Cristo y a los cuales Él ama y desea tener en Su rebaño. Son nuestros hermanos, y tenemos que amarlos, tenemos que ser pacientes para con ellos, orar por ellos y ayudar a conducirlos a Cristo.”

Los testigos de Jehová esperan que la gente católica tome en serio este consejo. Los testigos considerarán un privilegio el entrar en los hogares católicos y presentar su mensaje y también escuchar la evidencia bíblica que los católicos quieran presentarles. Es por medio de considerar verdades de tal manera que se aprende la verdad y que Jehová junta dentro de su rebaño a todas las personas de buena voluntad hacia él, sin hacer caso de nación, raza, lengua o color. Todos los hombres que buscan a Dios son iguales y deseables a su vista y a vista de su pueblo verdadero, porque “él hizo de un solo hombre toda nación de hombres, para habitar sobre la entera superficie de la tierra.”—Hech. 17:26, NM.

Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su entendimiento es infinito. Jehová ensalza a los humildes, y echa por tierra a los inicuos. ¡Cantad a Jehová con acciones de gracias!—Sal. 147:5-7.

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