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  • La actividad ministerial de los testigos de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1957
w57 15/6 págs. 380-383

La actividad ministerial de los testigos de Jehová

Informe tomado del “Yearbook” para 1957 (en inglés)

GUATEMALA

Algunos clérigos de Guatemala predican constantemente en contra de los testigos de Jehová como su blanco principal. Ellos han separado para ataque concentrado el libro “Sea Dios Veraz”, llamándolo “el libro de la perdición.” Les dicen a los que pertenecen a sus congregaciones que cualquiera que lo lea está en peligro de extraviarse de la iglesia y el que lo estudie todo tiene un pie puesto en el lago de fuego y azufre. A pesar de esta oposición de parte del clero, los testigos de Jehová siguen visitando a la gente y las personas de corazón honrado se están dirigiendo a la organización de Jehová. Los publicadores de Guatemala hicieron más revisitas y condujeron más estudios bíblicos de casa y pronunciaron más conferencias públicas durante 1956 que durante 1955. Se ha logrado un excelente aumento en la distribución de revistas. Los hermanos están gozando de buenas experiencias, y aprecian grandemente las lluvias de bendiciones que Jehová está derramando sobre ellos. El siervo de sucursal nos informa lo siguiente:

“Los resultados benéficos de la distribución de las revistas se ven en una carta que la oficina sucursal guatemalteca recibió de un ex ministro protestante. Él escribe: ‘En 1953 tuve la oportunidad de conocer por primera vez a los testigos de Jehová por medio de la revista La Atalaya. No había oído acerca de los testigos de Jehová antes, pero ese mismo día escribí a la Sociedad. No tenía absolutamente ningún entendimiento de estas verdades gloriosas. Un precursor y un siervo de circuito me visitaron y permití que pronunciaran conferencias en mi iglesia. En octubre de 1954 un superintendente visitador de la Iglesia evangélica central informó a los despachos principales que yo estaba trabajando con los testigos de Jehová. Me expulsaron inmediatamente y llegaron a ser mis peores enemigos. En abril de 1956 empecé a ir de casa en casa ofreciendo las buenas nuevas del Reino. Esta obra me ha ocasionado verdadero gozo.’

“Pero no todos los ministros de la cristiandad reaccionan así. En un pueblo portuario uno gimió: ‘¿Por qué vienen aquí ustedes los testigos de Jehová y van de casa en casa, esparciendo literatura por todos lados? Entonces yo tengo que ir de casa en casa tras ustedes recogiéndola otra vez. Tengo un montón de sus libros y de vez en cuando tengo que quemarlos públicamente.’ Nada de servicio gozoso de casa en casa para este hombre. El precursor replicó: ‘Su quema de libros me recuerda a Franco en España. Él hizo que se destruyeran 110,000 Biblias sólo para impedir que la gente aprendiera la verdad. Por el mismo motivo usted está destruyendo libros que anuncian el reino de Dios.’

“Fiel asistencia a reuniones de congregación y profundo aprecio a ellas se reflejan en una experiencia de una pequeña congregación. Mientras participaba en el ministerio del Reino un domingo por la mañana un publicador joven le ofreció un libro a un hombre, el cual respondió: ‘Ya tengo ese libro. Lo he tenido hace algún tiempo y lo he leído repetidas veces, pero nunca he podido averiguar exactamente dónde celebran sus reuniones.’ El ministro con gusto le dió la dirección del Salón del Reino de la localidad y esa misma tarde el hombre estuvo presente en el estudio. Luego su esposa también comenzó a asistir a las reuniones, y los dos se bautizaron en la asamblea de distrito que se celebró este año. Asisten regularmente aunque viven a más de diez kilómetros del Salón del Reino y frecuentemente tienen que caminar de ida y de vuelta para poder ir. El ministro que descubrió a este hombre y su esposa vive a unos ocho kilómetros de distancia del Salón del Reino y él también asiste fielmente.

“Recientemente se hizo necesario dar una nueva asignación a un precursor especial, pero ¿adónde asignarlo? Pasaron varios días. La sucursal recibió inesperadamente una carta firmada por más o menos veinticinco personas pidiendo ayuda. Estaban estudiando entre sí pero deseaban que alguien se quedara con ellas y les diera más instrucción. Hasta habían arreglado una pieza para la persona que viniera. Esto parecía contestar la pregunta respecto a dónde mandar al precursor especial. Él fué. Algunos habían progresado tanto con su propio estudio que seis publicadores nuevos informaron en el primerísimo mes.

“La obra está extendiéndose fuera de la capital ahora y están surgiendo más congregaciones en las regiones rurales.”

HONDURAS

Con corazón agradecido los testigos de Jehová en Honduras continúan predicando las buenas nuevas del Reino. Aunque el año de 1956 ha estado lleno de actividad, aun así se ha hecho limpieza adicional dentro de la organización. Los hermanos recordarán que hace algunos años se le acarreó a la organización un mal nombre debido a la conducta del anterior siervo de sucursal, y los hermanos todavía están combatiendo esto. Varias personas que en un tiempo se asociaban con la verdad han vuelto a la inmundicia del viejo mundo, y su amor se ha enfriado. Pusieron confianza en personas que ellos pensaban les pondrían el ejemplo correcto y dieron con fracaso, de modo que se han descarriado. Recae sobre los que son superintendentes la responsabilidad grande de hacer senderos rectos para sus pies, para que no hagan tropezar a otros, porque tal vez no sólo pierdan su propia vida, sino también impidan que otros consigan vida. Así que 1956 presenció otro decrecimiento definitivo en el número de publicadores en Honduras. Esto se debe a la suciedad y se atribuye a un mal ejemplo. Por eso es tan importante que los superintendentes se pongan definitivamente de parte del Reino y trabajen con los hermanos, no sólo con palabras, sino con hechos. No hay lugar en el reino de Dios para hipócritas. El siervo de sucursal relató estas experiencias interesantes:

“Todas las noticias no son de decrecimientos; son muchas las experiencias maravillosas y enternecedoras que han tenido los hermanos y misioneros durante el año. La película ‘La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción,’ ha sido un muy buen testimonio en sí misma, a medida que sigue exhibiéndose en los pueblos más pequeños de este país. El siervo de circuito informa que grupos de entre 300 y 400 personas se han presentado para ver la película en muchos pueblitos.

“Un pueblo, accesible solamente por avión, fué trabajado por primera vez por el siervo de circuito. Durante su primera noche allí algunas personas vinieron a su cuarto de hotel para preguntar si él era el caballero de los libros bíblicos y para tomar literatura. Se colocó mucha literatura y se están mandando cartas a la gente de buena voluntad allí para mantener vivo el interés hasta que él vuelva.

“Para mostrar la necesidad que hay de más trabajadores, y especialmente de precursores especiales, quisiera mencionar una de las varias cartas que se recibieron aquí en la oficina. Dice en parte: ‘Hace varios años que hemos estado leyendo su literatura y sabemos que es la verdad. Hemos leído con mucho interés los libros “Equipado para toda buena obra”, Salvación, “La verdad os hará libres”, y hace dos años que estamos suscritos a La Atalaya. Quisiera saber si pudiéramos estudiar, aun si fuera por correo, aunque no somos miembros de su organización, ya que queremos aprender más acerca del reino de Dios. Sinceramente esperamos que su obra llegue a este pequeño pueblo y nos ayude.’ Esta era una llamada macedonia, la cual fué contestada por una visita del siervo de circuito. ¿El resultado? Un publicador aislado que ahora informa tiempo, y para la próxima visita buenas posibilidades de que haya un grupo pequeño de publicadores compuesto de la familia.

“Un misionero informa acerca de una gozosa experiencia que tuvo cuando entregó una revista a un chino a quien revisitaba. ‘Una joven escuchó atentamente, y luego, con el poco español que sabía, pues había llegado recientemente de Hong Kong, y ayudada por su primo, mi revisita, que sirvió de intérprete, explicó que ella también creía en la Biblia. Mi sorpresa aumentó cuando mencionó que ella tenía dos libros que explicaban la Biblia, los cuales resultaron ser Riquezas y Salvación en chino. Se comenzó un estudio, mientras ella leía en el ejemplar chino de La Atalaya y yo en el ejemplar en español. Los textos bíblicos también se leían de esta manera. Ella se ha mudado a otro pueblo de Honduras y una misionera cuida de ella allí.’

“El trabajo que se ha hecho en remotos campamentos bananeros de la costa septentrional ha dado buenos resultados. Lo llamamos trabajar La Vía, porque el único medio de transporte es el ferrocarril. Se ha colocado mucha literatura y la gente quiere estudiar.”

MÉXICO

La sociedad del nuevo mundo en México tuvo muchas experiencias felices durante 1956 a medida que miles de publicadores nuevos avanzaron en conocimiento y crecieron a la madurez. Ciertamente se trajeron los diezmos al almacén de Jehová, y Jehová abrió las ventanas del cielo y derramó una gran bendición sobre su pueblo. Hubo un buen aumento en el promedio de publicadores en el campo durante 1956 y se hizo una maravillosa distribución de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! Todavía queda mucho por hacer en todas partes de esta gran nación, y los testigos de Jehová, por la bondad inmerecida de Jehová, tratarán de hacerlo. El siervo de sucursal nos hace unos relatos interesantes:

“Una de nuestras bendiciones fué la de ayudar a muchas personas con las clases de leer y escribir, con la autorización del gobierno. En dos meses, enero y febrero, un total de 2,793 publicadores y personas de buena voluntad fué matriculado en 191 clases. Los informes enviados por los siervos de circuito a la sucursal respecto a estas clases fueron muy animadores. Un informe, después de decir que diez hombres, nueve mujeres y quince niños, un total de treinta y cuatro, se habían matriculado, relata: ‘Todos los estudiantes están agradecidos por esta provisión. La mayoría de los estudiantes ya (dos meses después de comenzadas las clases) sabe leer diptongos y deletrear. Se celebran las clases dos veces a la semana y si continúan como lo han hecho hasta ahora en poco tiempo todos los estudiantes sabrán leer y escribir.’

“El número especial del 1 de abril de La Atalaya dió un tremendo testimonio en este país y fué un instrumento eficiente para hallar a personas de buena voluntad. Un publicador informa que mientras él trabajaba de casa en casa en su territorio una persona de buena voluntad que había leído La Atalaya del 1 de abril lo detuvo y le hizo varias preguntas. Después de contestadas satisfactoriamente sus preguntas siguió con el publicador en la obra de casa en casa, consiguiendo una suscripción ese día. El mismo día se comenzó un estudio bíblico en el hogar de esta persona. Quedó tan impresionada con la verdad que invitó a todos sus amigos y parientes a oír una conferencia pública que había de ser pronunciada en su casa el domingo 27 de mayo después del servicio en el campo.

“Sin embargo, todo el trabajo que se hace no se hace sin oposición. Un siervo de circuito informa que mientras se trabajaba en un pequeño pueblo minero el presidente del grupo de la acción católica de ese pueblo formó una turba y fué a la escuela y canceló las clases e hizo que los niños se unieran a la turba, para que todos juntos pudieran apedrear a los publicadores y echarlos del pueblo. Algunos publicadores tuvieron que correr barranco arriba por más o menos media hora para escaparse de la turba, mientras que otros publicadores obtuvieron protección en las casas de personas de buena voluntad que vivían en ese pueblo. Este atropello no espantó a estos publicadores. Más tarde volvieron a visitar a estas personas de buena voluntad en el pueblo, estudiaron con ellas y luego les ayudaron a emprender el servicio.

“Los publicadores están creciendo a la madurez, e igualmente está creciendo su aprecio de la organización. Las asambleas de circuito están desempeñando un papel importante en cuanto a esto y los publicadores lo reconocen. Un grupo de publicadores del estado de Sonora viajó a caballo y otros caminaron ocho días para asistir a su asamblea de circuito. En otra asamblea de circuito una persona de buena voluntad asistió por primera vez. El domingo se le informó que un pariente cercano de ella había muerto, de manera que tuvo que volver a su casa; pero recordando las palabras de Jesús: ‘Deja que los muertos entierren a sus muertos,’ permaneció en su casa sólo unos pocos minutos y volvió a la asamblea y no se perdió parte alguna del programa. El año pasado el conserje del salón donde se estaba efectuando una asamblea de circuito estuvo en todas las sesiones de ésta y vió la película ‘La Sociedad del Nuevo Mundo en Acción.’ Después de la asamblea los publicadores lo visitaron y estudiaron con él y su esposa. Los dos comenzaron a asistir a las reuniones y a participar en el servicio y ambos asistieron a la última asamblea de circuito, no en calidad de un conserje y su esposa, ni de personas de buena voluntad, sino como publicadores y simbolizaron su dedicación.”

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