La vida es valiosa
SE PUEDE reparar una máquina averiada. Una luz extinguida puede volverse a prender. Pero, ¿quién puede reparar un cuerpo sin vida? ¿Quién puede volver a encender su chispa de vida? En lo que concierne al poder humano, la vida es irreemplazable. Una vez que haya cesado es humanamente imposible revivificarla. Esto hace que la vida sea de sumo valor.
El Creador de la vida recalcó su valor cuando dictó esta ley: “En caso de que un hombre hiera fatalmente a alguna alma del género humano, debe ser muerto sin falta.” (Lev. 24:17) Esta ley divina demandaba la posesión más valiosa del asesino—su propia vida.
El mundo moderno tiene una escala móvil para evaluar la vida humana. Cuando sucede un asesinato, buscan al asesino con gran diligencia y al aprehenderlo lo castigan. Pero cuando los gobernantes políticos declaran la guerra, el respeto que se le tiene a la vida humana baja en picada. Entonces se destruye la vida con indiferencia insensible. ¿Ha de tenérsele respeto sólo en ciertas circunstancias? ¿Debería considerarse como si fuera algún artículo en la bolsa de acciones cuyo valor fluctúa según las tensiones mundiales?
Tanto ha repugnado a algunas personas la manera en que el mundo avalúa la vida humana que han adoptado la idea extremada de que la vida es algo que debe reverenciarse o venerarse. Alberto Schweitzer expresó este punto de vista en la revista Atlantic de noviembre de 1958. Dijo: “Meditando acerca de la vida, siento la obligación de respetar como igual a la mía cualquier voluntad para vivir que se halle en mi derredor y de reconocer que tiene un valor misterioso. Una idea fundamental del Bien consiste entonces en el preservar la vida, en favorecerla, en desear elevarla a su más alto valor, y el mal consiste en aniquilar la vida, dañarla, e impedir su crecimiento. El principio de esta veneración de la vida corresponde al del Amor.” Es correcto considerar la vida como de gran valor, pero la veneración pertenece al gran Manantial de la vida, Jehová Dios, y no a la vida misma.
¿Cómo puede la gente aprender a fijar a la vida humana el valor que Dios se propuso que se le fijara cuando el mismo entretenimiento de esta generación moderna depende de historias que la deprecian? ¿Puede edificársele respeto así?
A pesar del ensañamiento de nuestro mundo moderno, con sus amenazas de matanzas nucleares, se acerca el tiempo en que Jehová Dios hará que los habitantes de la tierra vivan en paz y tengan el más alto respeto a la vida humana: “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en todo mi santo monte; porque la tierra ciertamente estará llena del conocimiento de Jehová como las aguas están cubriendo el mismísimo mar.”—Isa. 11:9.