Preguntas de los lectores
● ¿Es correcto o incorrecto el que el cristiano dedicado se ponga de pie cuando se toca el himno nacional? ¿Por qué?—R. S., EE. UU.
El himno nacional constituye en substancia una oración a Dios a favor de una nación que pertenece al sistema de cosas de Satanás e invariablemente pide prosperidad material y larga vida para esa nación. Como cristianos que seguimos el ejemplo de Jesucristo no podemos orar por parte alguna del mundo de Satanás ni por ninguna de las cosas que están en él. (Juan 17:9) Note también que al profeta Jeremías, quien se halló en una posición comparable a la nuestra, se le mandó por lo menos tres veces que no orara por su nación y pueblo. Véase Jeremías 7:16; 11:14; 14:11.
De modo que, como cristianos, no podemos unirnos concienzudamente a los sentimientos de oración de un himno nacional a favor de un sistema de cosas que Jehová Dios ha condenado a destrucción. Tampoco podemos bíblicamente hablar o actuar de acuerdo con sus palabras que piden las bendiciones de Dios sobre guerras de las naciones mundanas. Nuestra jactancia no está en ninguna de las naciones mundanas, sino en Jehová y en su Rey y reino.
Según la costumbre, uno indica que simpatiza con los sentimientos de esta canción mediante el meramente ponerse de pie. Este hecho se hizo destacar mediante la acción de ciertos oficiales aliados que se negaron a ponerse de pie al tocarse el himno nacional de Alemania algún tiempo después de la II Guerra Mundial. Puesto que el cristiano no simpatiza con los sentimientos de ningún himno nacional de este viejo mundo, él no puede dar a otros la impresión de que sí lo hace mediante el levantarse cuando lo estén tocando o cantando. Él no puede concienzudamente tomar esta acción especial hacia el himno nacional de su país de residencia así como los tres hebreos no pudieron tomar la acción especial que el rey Nabucodonosor demandó de ellos hacia la imagen.—Dan. 3:1-23.
Debería notarse, sin embargo, que hay diferencia entre el ponerse de pie para el himno nacional y el que se requiera que niños escolares se pongan de pie para la ceremonia del saludo a la bandera. No parece haber más objeción a que ellos se pongan de pie en tales casos que la que hay a que adultos se pongan de pie cuando entra un juez en su sala de tribunal. La ceremonia del saludo a la bandera consta de ciertos movimientos de las manos y un juramento oral. Mientras que se abstiene de éstos, el niño puede ponerse de pie por respeto a la bandera y a los principios buenos que ella representa y no obstante no estar participando en la ceremonia del saludo a la bandera.
● ¿A qué se refiere el apóstol en Romanos 8:39 por medio de la expresión “altura ni profundidad”?—F. G., EE. UU.
Aquí el apóstol Pablo habla de la altura y la profundidad como una creación, diciendo: “Ni altura ni profundidad ni ninguna otra creación.” La altura y la profundidad son creaciones en un sentido relativo como resultado de compararlas con alguna otra cosa. Por lo tanto, el apóstol Pablo señala aquí que ni una posición alta ni una posición baja de los hijos de Dios engendrados del espíritu podrá separarlos de su amor.
Pero se puede referir a la altura y la profundidad no solamente en un sentido abstracto, como refiriéndose a posición. Pueden entenderse también en un sentido concreto como queriendo decir algo que ocupa una posición alta o algo que ocupa una posición baja. Así que, ni lo que ocupa una posición baja y tiende a degradar a uno ni lo que ocupa una posición alta y tiende a ejercer sobre uno una influencia superior podrá separar a los hijos engendrados del espíritu, quienes son herederos de Dios y coherederos con Jesucristo, del amor que Dios les tiene, ni aun del amor que Cristo les tiene. El mismo principio, por supuesto, aplica respecto a la “grande muchedumbre” de “otras ovejas” hoy en día.
Note que en esta consideración Pablo no se refiere a su propia resolución firme de no permitir que nada haga que su propio amor para con Dios se enfríe, sino a la inversa. Él está recalcando el hecho de que absolutamente nada en todo el universo puede frustrar el amor que Dios les tiene a sus hijos engendrados por el espíritu. La convicción inmovible de que esto es así constituye un consuelo para todos estos hijos.
● En Daniel 10:13 se hace referencia a Miguel como “uno de los principales príncipes.” ¿Hemos de entender que hay otros principales príncipes en el cielo además de Miguel?—M. P., EE. UU.
Sí, hay otro Principal Príncipe en el cielo, Jehová Dios mismo. Se hace referencia a él como el “Príncipe de los príncipes” en Daniel 8:25, Mod. Véase “Your Will Be Done on Earth,” páginas 218, 219, 316 (o La Atalaya del 15 de diciembre de 1959, página 758 y la del 15 de mayo de 1960, página 314).
Sin embargo, aunque Jehová es el único otro Principal Príncipe en el cielo, Satanás el Diablo también tiene a sus principales príncipes, los cuales actualmente están en la vecindad de la tierra, dado que fueron echados hacia abajo junto con Satanás al fin de la guerra que se peleó en el cielo y que se describe en el capítulo 12 de Apocalipsis. Véase el libro “Nuevo cielos y una nueva tierra,” página 30.