La actividad ministerial de los testigos de Jehová
Informe tomado del Yearbook para 1961 (en inglés)
URUGUAY
Número máximo de Población: 2,500,000
publicadores: 1,386 Proporción: 1 a 1,804
Los testigos de Jehová en el Uruguay nuevamente han hecho un buen trabajo en cuanto a recoger las otras ovejas. Tuvieron un aumento del 10 por ciento en publicadores, y esto se debió evidentemente a los muchos más estudios bíblicos que condujeron con regularidad cada semana. Al aclarar la Palabra de Dios en la mente de individuos se les señala la manera correcta de proceder, y antes que concluyese el año hubo 191 ministros nuevos bautizados que ahora se asocian con la sociedad del nuevo mundo y han comenzado a predicar las buenas nuevas en este territorio. El siervo de sucursal nos da un informe de algunas experiencias interesantes que se tuvieron en el Uruguay y también en las Islas Malvinas del Atlántico Sur, las cuales se presentan a continuación.
“Sobresaliente en los acontecimientos del año estuvo la visita del hermano Knorr en diciembre, durante las celebraciones paganas anuales del fin de semana del 25 de diciembre. Más de 2,000 personas estuvieron presentes para el discurso público que presentó el hermano Knorr el sábado 26 de diciembre por la noche. Esta fue por mucho la mayor asamblea jamás celebrada en el Uruguay. Los publicadores recibieron muchas bendiciones en el servicio, incluyendo las siguientes experiencias.
“Un hombre joven, estudiante de un seminario durante cinco años para hacerse sacerdote católico, leyó entre los libros de la biblioteca uno que señalaba las doctrinas y expresiones antagónicas de los ‘infalibles’ papas. Se contestó a sus indagaciones con amenazas de expulsión de la escuela. Finalmente lo despidieron junto con otros cinco condiscípulos. Pronto un hermano lo encontró al visitar en su obra de predicar el hogar de la madre del joven. Él inmediatamente tomó literatura, comenzó a estudiar, y entendió la verdad con rapidez. Esto molestó a su madre, que pidió ayuda a un teólogo erudito para que la ayudara a ‘salvarlo de su error.’ Cuando los visitó el teólogo, preguntó: ‘¿Cuánto hace que está con los testigos de Jehová?’ A la respuesta: ‘Un mes,’ el sacerdote exclamó: ‘¡Gracias a la Vírgen!’ Sin embargo, pronto tuvo confuso al sacerdote, leyendo todos los textos de la Biblia en apoyo de su nueva fe. Hábilmente incluyó a su madre en la discusión asignándole la lectura en voz alta de todos los textos de la Biblia, pero por fin ella se avergonzó tanto de la derrota que esto infligía a su sacerdote que cerró la Biblia y se negó a leer más. Después de horas de tales esfuerzos por convertir al joven de nuevo a la fe católica, el sacerdote dijo jadeante a la madre: ‘Está envenenado. ¡No puedo hacer nada por él!’ La madre entonces le preguntó al hijo dónde había aprendido todas estas cosas que le había dicho al sacerdote. Su respuesta: ‘En solo un mes con los testigos de Jehová.’ De igual manera hizo frente a otros ataques que se le hicieron para hacerle cambiar de parecer, incluyendo una oferta de su padrino de ir al campo y administrar una de sus grandes estancias y recibir una participación grande de todas las ganancias. Se matriculó en la escuela local del ministerio teocrático antes de transcurrir el mes siguiente y preguntó acerca de los requisitos para ser un predicador de las buenas nuevas de casa en casa.
“La edad no es barrera para estar activo en el ministerio. Una hermana de más de sesenta años trabaja en la biblioteca de un hospital. Usa bien su tiempo para hablar con otros empleados a medida que tiene oportunidad. Para estudiar con una joven, fue muy temprano para celebrar el estudio desde las 5 hasta las 6 de la mañana, y luego estar en el trabajo en la biblioteca a la hora de comenzar. Esta joven es ahora una publicadora, y piensa bautizarse en la próxima asamblea. Los otros cuatro estudios de la hermana con compañeros de trabajo progresan bien. Dijo uno: ‘Debo prepararme mejor, porque sé que el propósito de esto es que yo se lo predique a otros.’ Esta misma hermana testifica a muchos médicos que frecuentan la biblioteca del hospital y les ha explicado a muchos nuestra posición con respecto a las transfusiones de sangre.”
ISLAS MALVINAS
Número máximo de Población: 2,100
publicadores: 7 Proporción: 1 a 300
“Los hermanos en las muy meridionales Islas Malvinas progresaron bien durante el año de 1960. Son muy activos en la obra de estudios bíblicos, teniendo dos estudios por cada publicador. Les han sido muy útiles las visitas anuales de un hermano que la sucursal del Uruguay les envía. Este año se concentró en ayudarlos en la obra de casa en casa y con las revistas.
“Hay mucho interés entre la gente, pero ésta vive bajo un sistema de ‘pueblo de compañía’ y existe mucho temor de perder el empleo si no se amolda a lo que es popular. El clero se ha asegurado de que no seamos populares allí. La película ‘La asamblea internacional “Voluntad divina” de los testigos de Jehová’ se exhibió a una concurrencia de 101, muchos de los cuales eran hombres. Esto fue estimulante, pues es ésta la primera manifestación de interés perceptible de parte de la población masculina.”
VENEZUELA
Número máximo de Población: 6,320,000
publicadores: 2, 111 Proporción: 1 a 2,994
Jesús les dijo a sus seguidores: “El que ejerce fe en mí, ése también hará las obras que yo hago, y hará obras mayores que éstas.” (Juan 14:12) Cuando Jesús predicó limitó su ministerio a la tierra de Palestina, pero hoy en día sus fieles seguidores están predicando alrededor de todo el mundo. Ciertamente se han cumplido las palabras de Jesús de que sus fieles seguidores harían grandes obras. La voluntad de Dios se está haciendo en Venezuela de modo que muchos más ejercerán fe en el amado Hijo, Cristo Jesús, y conseguirán la vida eterna mediante él y tendrán el glorioso privilegio de rendir verdadera adoración al Gobernante Soberano del universo por toda la eternidad. La obra ha progresado muy bien en este país, y muchas de las otras ovejas han sido recogidas a la sociedad del nuevo mundo, para continuar haciendo allí la obra que Jesús dijo que tiene que hacerse en estos últimos días. A continuación se presentan algunas experiencias que el siervo de sucursal incluyó en su informe.
“Un misionero escribe: ‘Al trabajar el cerro que hay en nuestro territorio nuevo, coloqué un libro con una señora en la última casa de la última calle. Cuando la visité no demostró mucho interés, pero era amistosa y escuchó. Después de varias visitas se inició un estudio bíblico. Al comienzo no tomó seriamente el estudio y a veces permitía que otras cosas sirvieran de estorbo. Sin embargo, cuando estábamos por la mitad del libro comenzó a apreciar que esto era algo importante, algo distinto—¡era la verdad! Comenzó a concurrir regularmente al estudio de La Atalaya, aunque esto quería decir una caminata larga hasta el Salón del Reino. Cada semana trabajábamos el territorio alrededor de su casa de puerta en puerta. Pronto otras familias comenzaron a estudiar, y a medida que crecía su interés hablaban a sus vecinos y parientes, quienes entonces se unían al estudio, hasta que ahora hay veintiséis personas que estudian en nueve hogares distintos. Ocho de ellas son publicadores y otras siete ya han salido a trabajar con nosotros, aunque solo han estudiado poco tiempo. Están deseosos de hacer la obra de predicar también, de modo que desean acompañarnos para aprender cómo se hace. La primera señora que comenzó a estudiar ha tenido la satisfacción de ver a su esposo e hijo, que se oponían a la verdad, comenzar a estudiar y concurrir regularmente al estudio de La Atalaya, y su hija es ahora una publicadora. El próximo mes se usará su hogar como nuevo centro de servicio para el grupo del cerro. Muchos de ellos están esperando ansiosamente la próxima asamblea para bautizarse.’
“La obra con revistas tiene su parte en producir nuevos publicadores en Venezuela, como lo demuestra esta experiencia: ‘Una mañana durante la obra con revistas coloqué una ¡Despertad! con una mujer joven que no sabía leer pero que dijo que su hija se la leería. Al revisitarla hallé que todos habían disfrutado de la revista, y pidió otro ejemplar. En la segunda visita conocí a sus dos hijas, de doce y quince años de edad. Todas mostraron una disposición verdaderamente semejante a ovejas y se inició un estudio con el folleto “Buenas nuevas.” Como un mes más tarde concurrieron a la reunión de servicio durante la visita del siervo de circuito, y después las dos hijas me sorprendieron al preguntarme si ellas también podían salir al servicio. Por supuesto se les invitó a acompañarnos, y han sido publicadoras regulares desde entonces. La madre está progresando maravillosamente en su estudio de lectura y escritura y recientemente ha comenzado a salir al servicio. Sus tres hijos menores están presentes en los estudios. Esperan el tiempo en que ellos también puedan participar en el ministerio. De modo que la colocación de una revista ha resultado en tres publicadores nuevos en solo diez meses, con posibilidades de tres más.’
“Un siervo de circuito relató otra experiencia de una niñita de una de sus congregaciones. La niña tiene ocho años y vive con su tía, que es precursora especial. La niñita ha estado implorándole a la tía que la lleve al servicio, pero por largo tiempo la tía pensó que era muy pequeña. Un día le dijo a su tía: ‘Usted sabe que para salvarse en el Armagedón hay que predicar, y si no me permite salir y soy destruida, será por culpa suya.’ La tía aún no le prestó mucha atención y siempre la dejaba en casa para lavar los platos, limpiar la casa y cocinar para el almuerzo. Un día después que todos habían salido al servicio, la pequeña sobrina tomó algunas de las revistas de su tía y se paró a la puerta; cuando la gente pasaba, la llamaba y le explicaba las revistas, colocando ocho en un breve rato. Se animó a ir a la esquina de la calle para hablar con un hombre que le hizo muchas preguntas, y durante la conversación le llegó el olor de las habichuelas que había puesto a cocinar y que estaban quemándose. Le preocupó algo, pero dijo que decidió que era más importante testificarle al hombre y luego ir a retirar las habichuelas. Cuando el hombre finalmente se fue, como la mitad de las habichuelas estaban arruinadas y, algo asustada, esperó el regreso de su tía. Cuando la tía volvió estuvo a punto de darle una buena tunda, pero la niña explicó su buena experiencia, y la tía no tuvo el valor de hacerlo. De cualquier modo, ése fue el punto decisivo para la pequeña niña. Sale regularmente al servicio con su tía, coloca su cuota de revistas, da un sermón muy bueno y coloca un número considerable de libros.”