La durabilidad de la Biblia
El profesor Oscar Paret, en su libro The Bible, Its Preservation in Print and in Writing, atribuye la conservación de la Biblia al cumplimiento de la propia promesa de Dios: “El dicho de Jehová dura para siempre.”—1 Ped. 1:25.
“Brevemente, éstos son los resultados de nuestra consideración: La Biblia es, entre los libros de la antigüedad, el que mejor se ha conservado. Es cierto que las Escrituras de la Biblia fueron escritas por hombres y transmitidas por ellos y por lo tanto han sido afectadas por errores e imperfecciones humanas. Pero, como cristianos, percibimos la mano dirigidora de Dios tras los destinos humanos de la Biblia, pues a pesar de todos los ataques de los hombres, ésta ha conservado la Biblia por dos mil años a través de un período de las clases más severas de persecución. Innumerables creaciones valiosas de mentes humanas se han perdido y olvidado. La Biblia, no obstante, que hoy está todavía a la delantera en marcha victoriosa por todo el mundo y todavía se imprime y distribuye por millones de ejemplares anualmente y se traduce toda o en parte en mil cien idiomas, ni se perderá ni se olvidará, pues, como testigo a la revelación de Dios, subsiste bajo la promesa: La Palabra del Señor dura para siempre. Debido a que esta Palabra de Dios encierra, como si dijéramos, deleitables tesoros dentro de vasijas de barro, lo que explica la mucho más grande influencia que ha tenido en la civilización humana en toda su extensión y amplitud que cualquier otro libro de la literatura mundial, expresada en los campos de la poesía (cánticos por Lutero y Pablo Gerhardt, el lenguaje de los clásicos), o el arte pictórico (Grünewald, Dürer, Riemenschneider) y de la música (Juan Sebastián Bach), además, ¡la Biblia ha durado y siempre durará como EL LIBRO DE LOS LIBROS!”