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  • Horrenda persecución religiosa en Malawi
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
  • Subtítulos
  • ¿Quiénes son las víctimas?
  • ¿Por qué la persecución?
  • ¿Quiénes son los perseguidores?
  • Como la caída de un rayo
  • Conocidos por pagar impuestos
  • Ninguna evidencia de provocar
  • Testigos proscritos
  • Cambian los cargos
  • El presidente de Malawi
  • El público y la proscripción
  • Peleando contra Dios
  • A otros les importa
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
w68 15/3 págs. 183-192

Horrenda persecución religiosa en Malawi

SÚBITAMENTE ha habido un nuevo brote de persecución contra una celosa minoría religiosa. Ha flameado con una violencia y brutalidad que más se asocia con la edad del oscurantismo que con el último tercio de este siglo veinte. Durante el año pasado centenares de cristianos dedicados han visto sus hogares, tiendas y lugares de adoración reducidos a cenizas o destruidos de otras maneras por esforzarse ellos por vivir en armonía con la Biblia. Les han robado sus pertenencias, más de mil mujeres han sido violadas, los hombres han sido golpeados hasta quedar inconscientes y varios de ellos han sido muertos. ¿Dónde? En Malawi, un país estrecho y encerrado en tierra continental en el África central, hacia el sudeste.

Sí, es en esta nueva nación de unos cuatro millones de habitantes, anteriormente conocida como Nyassalandia, que acontece esta horrenda persecución religiosa. En Lilongwe, en Malawi central, 170 hogares de estos cristianos fueron quemados en tres noches. En el distrito de Fort Johnston, un poco hacia el sur, 34 hogares y 18 lugares para almacenaje de alimento fueron quemados a fines de octubre. En Mbalame, el 27 de octubre, las casas de los cristianos de dos congregaciones fueron quemadas mientras a ellos, incluso a las mujeres, se les quitaba la ropa y se les golpeaba brutalmente. En algunos de estos lugares los perseguidores usaron camiones para llevarse el mobiliario confiscado de estos cristianos antes de destruir sus casas.

Un ministro viajante en aquel país escribió: “El 27 de octubre me robaron todas mis posesiones. . . . A mi esposa y a mí nos golpearon malamente. A centenares de nuestros hermanos cristianos les han destruido sus casas. Muchos lugares de adoración han sido demolidos.”

En cierto lugar, a instigación de un miembro del parlamento de Malawi, a varios de estos cristianos los golpearon hasta quedar inconscientes, y a uno de ellos lo colocaron sobre un apilamiento de leña, al cual entonces le pegaron fuego. Pero entonces este político empezó a recapacitar y por lo tanto hizo que apresuradamente arrancaran de la pira al cristiano inconsciente.

En otro lugar, cierta noche un grupo de estos cristianos fue despertado por oficiales del Partido del Congreso. Los hombres fueron golpeados y cortados con varas y pangas [machetes] y entonces obligados a mirar mientras diez de sus mujeres eran violadas. Dos de las mujeres estaban encintas, y como resultado una de ellas tuvo un aborto más tarde.

Más tarde en octubre un gran número de cristianas de la zona de Mlanje fueron atacadas y violadas, y el 25 de octubre de 1967 a una muchacha de quince años de edad de la aldea de Mkuwila, por rehusar transigir en cuanto a sus creencias religiosas, la ataron a un árbol y la violaron seis veces. Lo sádico de estos perseguidores se puede ver por el hecho de que hasta introdujeron a la fuerza un taco de madera en una cristiana.

Esta horrenda persecución ha enviado a muchos de estos cristianos a los hospitales, y para el fin de noviembre de 1967 por lo menos cinco de ellos habían sido muertos. Centenares han huido a la maleza en busca de seguridad, mientras que literalmente otros millares se han refugiado en la vecina provincia portuguesa de Mozambique, donde se les ha provisto alimento y abrigo.

El número del 9 de noviembre de The Times, de Blantyre, la principal ciudad industrial de Malawi, situada en el sur del país, dijo que 3.000 de estos cristianos comparecieron ante los tribunales de Lilongwe, acusados de ser miembros de una sociedad ilegal. Para investigar este informe, dos misioneros visitaron a Lilongwe. Allí hallaron a 2.400 de ellos en prisión y se enteraron de que cinco nenes habían nacido allí y que había 800 cristianos detenidos en el cuartel de la policía. Aunque la mayoría de éstos habían pasado la noche durmiendo a la intemperie y había llovido, estaban de buen ánimo, resueltos a mantenerse firmes. Verdaderamente, tal fe es digna de encomio, pero, ¿no se está haciendo un objeto de vergüenza delante del mundo el gobierno que los trata tan duramente?

¿Quiénes son las víctimas?

Estas víctimas perseguidas pertenecen a una minoría religiosa conocida como los testigos cristianos de Jehová, quienes son conocidos por todo el mundo debido a su fuerte fe basada en la Biblia. Sin duda usted conoce a algunos de los testigos de Jehová de su comunidad y ha observado que ellos dan a su religión el primer lugar en su vida, así como Jesús ordenó a sus seguidores que hicieran cuando dijo: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia.” (Mat. 6:33) Eso mismo hacen los testigos de Jehová en Malawi.

Ha habido de estos cristianos en Malawi desde la I Guerra Mundial y la Sociedad Watch Tower los ha organizado desde 1933 para predicar “estas buenas nuevas del reino.” (Mat. 24:14) Para agosto de 1967 había 18.519 testigos cristianos de Jehová en Malawi, efectuando activamente su obra educativa con comparativamente poco estorbo. Cuando celebraron sus Asambleas de Distrito “Haciendo Discípulos” en el verano de 1967, un total de 25.830 personas, o más de 7.000 sobre el número de Testigos que había en el país, asistió y escuchó con interés. Entre los presentes hubo observadores gubernamentales que no pudieron menos que quedar impresionados por el amor, la unidad y la paz que manifestaron los Testigos, pues miles de personas de diferentes tribus se entremezclaban como si fueran una sola gran familia.

¿Por qué la persecución?

Puesto que los testigos de Jehová se comportan así, ¿por qué, entonces, toda esta persecución violenta contra ellos en Malawi? Una de las razones principales es que los Testigos rehúsan comprar tarjetas de miembro del Partido del Congreso de Malawi, así como rehúsan comprar y llevar distintivos con el retrato del presidente de Malawi, el Dr. H. Kamuzu Banda. Otras organizaciones religiosas, católicas, protestantes y musulmanas, han cedido a la presión en estos respectos, pero los testigos de Jehová no. ¿Por qué? Porque se adhieren estrictamente a la Palabra de Dios.

Como testigos cristianos de Jehová siguen el ejemplo del Hijo de Dios, Jesucristo, quien se mantuvo libre de la política de su día. Él dijo de sus seguidores que ellos “no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” (Juan 17:16) Y delante del gobernante político romano de Judea, Poncio Pilato, él testificó: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado para que yo no fuera entregado a los judíos. Pero, como es el caso, mi reino no es de esta fuente.” (Juan 18:36) Anteriormente, cuando los judíos trataron de apoderarse de él para hacerlo rey, los evadió y se retiró solo a una montaña.—Juan 6:15.

Sí, Jesús predicó y dio su homenaje al “reino de los cielos,” “el reino de Dios.” Al seguir los pasos de Jesús como cristianos sinceramente dedicados, los testigos de Jehová no tienen más alternativa que mantenerse separados, “sin mancha del mundo.” Puesto que solo pueden dar su homenaje a Jehová Dios y su reino, se sienten obligados a retraerse de participar en cualquier acción que dé tal devoción a caudillos políticos. Por lo tanto, permanecen neutrales en cuanto a los asuntos políticos de Malawi, como lo hacen en cuanto a los asuntos políticos de todo otro país en el cual viven. Es por esta neutralidad cristiana que se les persigue en Malawi.—Mat. 4:17; Mar. 1:15; Sant. 1:27.

¿Quiénes son los perseguidores?

Al pueblo de Malawi se le conoce como un pueblo que ama la paz, y ellos saben que los testigos cristianos de Jehová también aman la paz. Entonces, ¿por qué la persecución? Se debe al espíritu de nacionalismo que ha agitado a tantas personas de este país, especialmente a los jóvenes que son miembros de la Liga Juvenil. Estos se parecen a la juventud nazi que cometió tantos atropellos contra los judíos cuando Hitler estuvo en el poder en Alemania, y a la Guardia Roja de la China comunista que ha aterrorizado a tantas personas de quienes ha creído que no han sido lo suficientemente nacionalistas. Para ser buenos ciudadanos, según el punto de vista de estos grupos, no basta con pagar los impuestos y obedecer todas las leyes del país, cosa que los testigos de Jehová han estado haciendo fielmente, sino que cada uno debe llegar a ser ahora miembro del Partido del Congreso de Malawi y probarlo por medio de comprar una tarjeta de miembro y llevar un distintivo con el retrato del presidente H. Kamuzu Banda.

Aun meses antes de que Malawi obtuviera su independencia el 6 de julio de 1964, desde enero a marzo de 1964, los testigos cristianos de Jehová experimentaron una oleada de violencia brutal y persecución despiadada debido a su posición en cuanto a este asunto. En aquel tiempo 1.081 de sus hogares y más de 100 de sus Salones del Reino fueron destruidos por fuego o de otras maneras. También, 588 campos de maíz, mijo, habichuelas, mandioca y algodón fueron destruidos. Muchos Testigos tuvieron que ir al hospital, algunas mujeres fueron violadas, y ocho Testigos murieron como resultado de golpeaduras o fueron muertos al momento. Por semanas muchos de estos cristianos perseguidos tuvieron que dormir sin abrigo en la maleza con poco que comer, mientras aguantaban los rigores de la temporada de las lluvias y la amenaza de culebras y otros animales silvestres.

En aquel tiempo los testigos de Jehová de Malawi, por medio de sus representantes, hicieron cuanto pudieron para tratar de razonar con personas responsables en posiciones gubernamentales para que ellos detuvieran esta violenta persecución de hombres, mujeres y niños inocentes. En cierta ocasión se reunieron con el entonces ministro de lo interior, Yatuta Chisiza (quien más tarde se rebeló contra el Dr. Banda, el presidente, y recientemente fue muerto por las fuerzas de seguridad de Malawi). El aclaró que le disgustaba mucho que los Testigos fueran los únicos que rehusaran comprar tarjetas de miembro del Partido del Congreso de Malawi y le dijo al vocero de los Testigos que a menos que él cambiara de opinión le ‘sobrevendría un muy lamentable accidente.’ Aquí de nuevo había de verse que los Testigos estaban siendo perseguidos debido a su posición neutral en cuanto a la política nacional.

Sin embargo, a pesar de la manera no satisfactoria en que terminó esta reunión con el ministro Chisiza, igual que una anterior con el presidente Banda, la situación mejoró para los Testigos en Malawi. En su mayor parte pudieron regresar a sus aldeas y reedificar sus casas y Salones del Reino. Muchos de los que antes habían maltratado a los testigos de Jehová ahora vinieron y pidieron perdón, y varios de ellos son ahora Testigos. Durante este tiempo se pudiera decir que los Testigos de Malawi ‘entraron en un período de paz, edificándose,’ muy parecido a lo que les aconteció a los cristianos primitivos en medio de circunstancias parecidas.—Hech. 9:31.

Como la caída de un rayo

En vista de las condiciones razonablemente favorables en medio de las cuales los testigos cristianos de Jehová pudieron efectuar sus actividades ministeriales en Malawi durante 1965 y 1966, verdaderamente pareció como la caída inesperada de un rayo desde un cielo completamente despejado cuando los Testigos sintonizaron sus radios el 23 de abril de 1967 y oyeron al presidente H. Kamuzu Banda atacándolos. En un mensaje que duró media hora, en el cual consideró varios problemas a los cuales se encaraba su nación, pasó la tercera parte del tiempo haciendo un ataque extenso contra los Testigos. Entre otras cosas declaró:

“Me han alarmado informes que me han llegado de casi todo distrito, de provocación premeditada por parte de los Testigos de Jehová a mis apoyadores, miembros del Partido del Congreso de Malawi, particularmente miembros de la Liga Juvenil y de los Jóvenes Pioneros. Esta provocación premeditada a los miembros de mi partido . . . se presenta de varias formas. Una forma es que los mismos Testigos de Jehová rehúsan pagar impuestos. Pero en vez de solo bastarles con rehusar pagar el impuesto ellos mismos, los Testigos de Jehová evitan o tratan de evitar que otros paguen el impuesto. Y cuando los oficiales del Partido les dicen que no les digan a la gente que no pague impuestos, de intento insultan a los Líderes del Partido. . . . Otra forma es la de tratar los Testigos de Jehová de evitar que miembros del Partido del Congreso de Malawi renueven sus tarjetas de miembro o compren nuevas tarjetas de miembro del Partido del Congreso de Malawi. De nuevo, cuando los líderes del Partido del Congreso de Malawi . . . les dicen que no eviten que la gente renueve sus tarjetas de miembro del Partido del Congreso de Malawi o compre nuevas tarjetas, los Testigos de Jehová dicen: ‘Sí, quiero que ustedes me golpeen, no pueden evitar que yo los detenga. Hago esto de intento para que ustedes puedan golpearme, de modo que yo pueda llevarlos a la policía.’ . . . El gobierno protegerá a todo ciudadano observador de la ley de ser molestado por alguna persona y toda persona . . . pero no dará licencia a los Testigos de Jehová para provocar a nadie. . . . Quiero que esto quede bien claro. Los Testigos de Jehová tienen que dejar de provocar a otros, de provocar a la gente. Y si no desisten y continúan haciendo eso, entonces no se deben quejar si los golpean y cuando los golpeen.”

Conocidos por pagar impuestos

Las acusaciones de que los testigos cristianos de Jehová no pagan sus impuestos y que tratan de evitar que otros paguen sus impuestos no son verdaderas. Repetidamente la literatura de ellos señala la obligación bíblica de los cristianos de pagar impuestos según lo exigen los gobiernos de este sistema de cosas, pues Jesús ordenó el pago de impuestos cuando dijo: “Paguen de vuelta a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios.” Y lo mismo hizo el apóstol Pablo cuando escribió a los cristianos de Roma: “Rindan a todos lo que les es debido, al que pide impuesto, el impuesto; al que pide tributo, el tributo.”—Mat. 22:15-22; Rom. 13:7.

De hecho, tan bien conocida es la reputación de los testigos de Jehová en Malawi como personas que pagan los impuestos que cuando el Dr. Banda los acusó de no pagar impuestos muchas personas francamente dijeron que no estaban de acuerdo con él. Más que eso, si algún testigo cristiano de Jehová de intento rehusara pagar impuestos o estorbara el que otros pagaran impuestos, sería expulsado o excomulgado de su congregación. Con respecto a esto es verdaderamente de interés el que uno de los falsos cargos que se presentaron contra Jesucristo, el Hijo de Dios, cuando fue arrestado fue: “A este hombre lo hallamos subvirtiendo a nuestra nación y prohibiendo pagar impuestos a César.” (Luc. 23:2) Ahora el gobierno de Malawi ha querido seguir el mismo proceder de aquellos hombres que causaron la muerte de Jesucristo.

Los que conocen a los testigos de Jehová en Malawi informan que los Testigos no solamente pagan concienzudamente sus impuestos, sino que también llevan su parte de las cargas de los llamados proyectos de ayuda propia patrocinados por el gobierno al ayudar a edificar escuelas, hospitales, y así por el estilo. De hecho, los testigos de Jehová en Malawi han sido tan ejemplares al apoyar estos proyectos que muchos cabezas de aldeas y jefes han alabado públicamente a los Testigos por sus esfuerzos concienzudos en estos asuntos. Hasta han sido alabados por muchos oficiales gubernamentales y por autoridades nativas como los mejores pagadores de impuesto del país. Y cuando un oficial portugués investigó a un grupo grande de los que se habían visto obligados a huir a Mozambique descubrió que cada uno de ellos pudo presentar su Recibo de Impuesto, quedando así expuesta como mentira premeditada la acusación de que ellos “rehúsan pagar impuestos.”

Ninguna evidencia de provocar

El cargo de que los Testigos deliberadamente provocan a otros a atacarlos también carece de fundamento verdadero. Recuerde, a estos jóvenes nacionalistas y a otros no les bastó con solamente golpear a los testigos de Jehová, sino que se llevaron las posesiones de los Testigos en camiones llenos. Quemaron las casas y los Salones del Reino de los Testigos, violaron a las mujeres y hasta mataron a algunos hombres. Ciertamente es esperar demasiada credulidad el acusar a los Testigos de premeditadamente invitar a que se cometan estos atropellos contra ellos mismos. El mismo hecho de que millares de Testigos se refugiaron en Mozambique muestra que el cargo de provocación es falso.

Además, hay evidencia legal que apoya lo contrario, porque ésta no fue la primera vez que se hizo esa acusación. Así, el juez Sr. L. M. E. Emejulu, en el juicio del Caso Criminal Núm. 46 de 1964, cuando Dafter Biziweck y otras siete personas fueron halladas culpables del asesinato de Elton Mwachande, un testigo de Jehová de Malawi, dijo:

“No veo evidencia de provocación. Es cierto que los Testigos de Jehová propagaban con resolución su fe y se esforzaban por hacer conversos, pero estaban alerta a sus deberes cívicos y hacían todo lo que se les pedía que hicieran, incluso el desarrollo de la comunidad. Solo rehusaron unirse a cualquier partido político. . . . No hay evidencia de que alguna vez obligaran o trataran de obligar a alguien a aceptar su religión. La evidencia señala a lo contrario. La Constitución les garantiza el derecho de pertenecer o no pertenecer a cualquier partido político. No hallo evidencia de provocación.”

En cuanto a este juicio particular sobre asesinato, The Glasgow Herald (de Escocia) del jueves 29 de octubre de 1964 informó:

“Ocho sentenciados a muerte. Asesinato de Testigo de Jehová. Blantyre, Malawi. Miércoles.—Ocho hombres, incluso tres oficiales del Partido del Congreso de Malawi, fueron sentenciados a muerte por el Tribunal Superior esta semana por el asesinato de un Testigo de Jehová que rehusó inscribirse para las Elecciones Generales. La evidencia mostró que el Sr. Elton Barnett Mwachande fue ‘tajado y muerto,’ en Mlanje en febrero pasado cuando Testigos de Jehová huían de hombres que estaban quemando las casas de las personas que rehusaban inscribirse.—Reuter.”

Testigos proscritos

Aunque así se había sostenido legalmente la posición de los testigos de Jehová en 1964, el 18 de septiembre de 1967 The Times de Blantyre, Malawi, llevó el siguiente titular de primera plana: “MALAWI QUIZAS PROSCRIBA A TESTIGOS DE JEHOVA.” Informó que el Partido del Congreso, en su reunión anual celebrada a mediados de septiembre (en la cual estuvieron presentes el presidente Banda y todos los ministros de su gabinete), había adoptado doce Resoluciones, la octava de las cuales declaraba: “Recomendamos firmemente que la comunión Testigos de Jehová sea declarada ilegal en este país, puesto que la actitud de sus adherentes no solo es contraria al progreso de este país, sino también tan negativa en todo respecto que pone en peligro la estabilidad y paz y calma que son esenciales para el funcionamiento expedito de nuestro Estado.”

The Times también informó los comentarios del Dr. Banda sobre esta Resolución, que fueron transmitidos por la radio a toda la nación:

“Están causando dificultad en todas partes . . . El Gobierno quizás pase una ley de tal manera que toda zona o distrito pueda decidir por sí misma si quiere Testigos de Jehová o no. Si la gente de cualquier zona dice ‘No,’ entonces no habría Testigos de Jehová allí. Cualquier zona tendría el derecho de decidir por sí misma y si los Testigos de Jehová no empacaran y se fueran, irían a prisión.”

“Causando dificultad en todas partes”... ¡cómo nos recuerda esto una acusación parecida de tiempos de los apóstoles! Al misionero cristiano y apóstol de las naciones, Pablo, se le acusó también falsamente de agitar dificultad por todas partes.—Hech. 24:2-9.

La Resolución que el Partido del Congreso de Malawi había adoptado en su reunión política en la que recomendó que se proscribiera a los testigos de Jehová no fue discutida ni debatida en el Parlamento de cincuenta miembros de Malawi, el 90 por ciento de los cuales afirman ser cristianos. Además, en vez de dejarlo a cada distrito, el gobierno decidió proscribir a los testigos de Jehová por todo el país, según se informó en The Times del 23 de octubre de 1967 bajo grandes titulares de trazos gruesos: “MALAWI PROSCRIBE ‘SECTA PELIGROSA.’” Pasó a decir:

“La organización religiosa Testigos de Jehová ha sido declarada ‘peligrosa para el buen gobierno de Malawi’ y por lo tanto es ahora una sociedad ilegal. Este anuncio se hace en un Suplemento de la Gaceta del Gobierno especial publicado en el fin de semana. La notificación Núm. 235, está firmada personalmente por el presidente Dr. Banda, y declara que la acción se toma bajo la Sección 70 (2) (ii) del Código Penal de Malawi. El efecto del anuncio es que los Testigos de Jehová ya no pueden celebrar reuniones, vender o distribuir literatura o recoger dinero . . . La ley que afecta a las sociedades ilegales declara que cualquiera que dirija o ayude en la dirección de una sociedad ilegal es culpable de un delito y puede ser enviado a prisión por 14 años. Otras secciones de la ley declaran que ningún miembro puede permitir una reunión de la sociedad o de los miembros de la sociedad en ‘alguna casa, edificio o lugar’ que le pertenezca a él u ocupe él. La pena en este caso es un término de cárcel de siete años. El Código Penal también estipula que la policía puede rebuscar en cualquier local que pertenezca a la sociedad o sus miembros o esté ocupado por éstos. Ningún miembro puede exhibir señales o ‘clamar o emitir algún lema o hacer alguna señal’ asociada con la sociedad. La ley también estipula el nombramiento de un oficial para terminar los asuntos de una sociedad ilegal.”

Dos semanas más tarde, el 7 de noviembre, los ocho misioneros europeos y norteamericanos de los Testigos, algunos de los cuales habían estado en aquel país hasta diez años, recibieron este ultimátum: “Por la presente se les ordena partir de Malawi dentro de 24 horas de la entrega de esta Notificación y Orden a menos que antes apelen a un Magistrado.” Al mismo tiempo el gobierno se apoderó del edificio moderno y bien equipado de la central de los testigos de Jehová en Malawi y lo puso bajo control de la policía. Toda la literatura publicada por la Sociedad Watch Tower Bible and Tract fue confiscada.

No obstante, los misioneros, sabiendo que no habían hecho nada malo, no dieron ningún paso para salir del país voluntariamente. Al día siguiente la policía vino y arrestó a los ocho. Cuatro fueron puestos inmediatamente en aviones bajo escolta de la policía. Los otros cuatro fueron detenidos en la Prisión de Chichiri, desde donde fueron deportados dos días después a Mauricio.

The Times del 9 de noviembre llevó un gran titular de primera plana que decía: “3.000 EN LOS TRIBUNALES MIENTRAS LOS LIDERES PARTEN,” en el cual también se publicaban fotografías y detalles de la deportación. El periódico informó además que un miembro del Parlamento de Malawi, J. D. Gunda, “durante el fin de semana advirtió a los anteriores miembros de la secta religiosa proscrita Testigos de Jehová acerca de las duras penas que se impondrían a los que premeditadamente violaran la Ley por medio de continuar siendo miembros de la organización proscrita.”

Cambian los cargos

Aunque a los testigos de Jehová se les ha acusado de ser una organización peligrosa que es desaforada y provoca a otros a actos de desafuero, ahora se les está acusando de simplemente ser “tontos y estúpidos”... ¡que ciertamente no es gran crimen! Así, The Malawi News, portavoz del gobierno, dedicó toda la tercera parte superior de la primera plana de su número del 24 de noviembre de 1967 a titulares acerca de los testigos de Jehová, tales como “LOS TESTIGOS DE JEHOVA SON TONTOS Y ESTUPIDOS” “NO MERECEN QUE NADIE SE MOLESTE CON ELLOS.”

Entre otras cosas informó: “El presidente Ngwazi [el Conquistador] dijo que estas personas eran tontas y estúpidas porque si no creían en el gobierno, sino que pertenecían al cielo, entonces por qué enviaban sus hijos a la escuela, iban a los hospitales cuando estaban enfermos, y buscaban protección de la policía después de ‘un razguñito.’” Pero la burla no es sustituto para la lógica, y no puede anular la realidad. Como personas que pagan los impuestos los testigos de Jehová tienen el perfecto derecho de enviar sus hijos a las escuelas públicas, tienen el derecho de ir a los hospitales del gobierno cuando están enfermos y recurrir a la policía en busca de protección cuando se les ataca. Pero bien se pudiera preguntar: ¿Es solo “un razguñito” cuando se saquean y queman casas, cuando se viola a las mujeres y a los hombres se les golpea hasta quedar inconscientes o hasta se les mata?

¿Por qué habría de proscribirse a los testigos de Jehová en un mes debido a ser una secta peligrosa, y entonces el mismísimo mes siguiente describirlos sencillamente como “tontos y estúpidos”? Además, si los Testigos verdaderamente “no merecen que nadie se moleste con ellos,” ¿por qué ha tomado el gobierno acción tan drástica contra ellos?

Es evidente que la posición del gobierno no es consistente. ¿Por qué? Porque los cargos no son verdaderos. La realidad es que ahora se efectúa una campaña de vituperación pública en un esfuerzo desesperado por justificar las acciones del gobierno delante del público.

El presidente de Malawi

Puesto que estas horrendas persecuciones se están llevando a cabo en Malawi, algunos lectores pudieran pensar que el presidente Banda es meramente un jefe provincial que sabe poco acerca de los principios democráticos. Pero tal opinión estaría equivocada. El Dr. Banda no solo ha tenido los beneficios plenos de una educación occidental —ha asistido a tres instituciones de enseñanza superior en los Estados Unidos de Norteamérica y practicado la medicina en Londres por varios años— sino que también ha tenido mucha comunicación con las religiones de la cristiandad. Se nos dice que fueron los metodistas quienes le ayudaron a ir por primera vez a los Estados Unidos y que hicieron posible que cursara la enseñanza secundaria. También ha sido dignatario de la Iglesia de Escocia, una de las más estrictas organizaciones religiosas protestantes. Él ha dicho: “Soy un hombre de Dios.”

En un almuerzo privado con el presidente Lyndon Johnson, de los Estados Unidos, el 8 de junio de 1967, él declaró que pensaba como el hombre que una vez dijo: “No sé el proceder que otros tomen, en cuanto a mí, denme la libertad o denme la muerte.” Además le dijo al presidente Johnson: “Quiero que sepa, señor presidente, que, cuésteme lo que me cueste, siempre hago lo que creo que es lo correcto según mi conciencia.”—United States Department of State Bulletin, 10 de julio de 1967.

Europeos han expresado gran alabanza para el Dr. Banda. Cuando Malawi obtuvo su independencia un prominente funcionario británico dijo: “Gracias al cielo por el Dr. Banda; es un hombre de integridad inmaculada, quizás el más notable africano vivo.” (The Christian Century, 17 de junio de 1964) Oficiales europeos empleados en Malawi, que son el espinazo de la administración del gobierno y el comercio, han estado muy complacidos con el Dr. Banda. Han dicho: “Aquí se puede ser todo lo que uno quiera menos comunista. Nos da pánico pensar en que algo le sucediera a Banda.” (Newsweek, 8 de julio de 1966) ¡Pero ahora no se puede ser legalmente testigo de Jehová en Malawi!

Fue al bien educado presidente de Malawi, el Dr. Banda, que el ministro presidente de los testigos de Jehová en Malawi envió una carta el 4 de noviembre de 1967. La carta llamaba la atención del presidente a la horrenda persecución de los testigos cristianos de Jehová, y respetuosamente le solicitaba que usara su poder para detener esta violencia. Le recordaba que él había dicho que “este gobierno protegerá a todo ciudadano observador de la ley de ser molestado por alguna persona y toda persona.” En conclusión, lo instaba a usar todas sus “facultades para detener tales actos de violencia contra personas inocentes.” Pero él cerró sus oídos a esta súplica.

El público y la proscripción

¿Qué ha pensado la gente común de Malawi acerca de esta proscripción? En esto, de nuevo, podemos hallar una comparación bíblica. Tal como en los días de los apóstoles de Jesús los poderes gobernantes entre los judíos proscribieron la predicación de ellos, mientras que la gente común los oía gustosamente, así sucede en Malawi. Para comenzar, los grupos nacionalistas radicales de la juventud, en vez de ser populares entre la gente, son temidos por ella. Alguna de la gente común, al oír que los testigos de Jehová estaban proscritos, exclamaron: “¡Ahora sabemos que tenemos que estar cerca del fin del mundo, cuando el pueblo de Dios está prohibido en nuestro país!” Y, cuando un prominente oficial de la policía supo de la orden de deportación para los misioneros extranjeros de los testigos de Jehová, preguntó excitadamente: “¿En qué va a parar todo esto?”—Hech. 5:28; 6:7.

Después de la primera advertencia sobre una proscripción de los testigos de Jehová, un miembro prominente del Partido del Congreso de Malawi fue a mitad de la noche, tal como Nicodemo había venido a Jesús bajo la protección de la oscuridad nocturna, y preguntó: “¿Qué debo hacer para llegar a ser testigo de Jehová? Prefiero morir en prisión con ustedes a estar afuera sin ningún testigo de Jehová alrededor.” (Juan 3:1, 2) El último día que los misioneros estuvieron en Malawi, un joven vino a la oficina central de ellos en Blantyre para pedir perdón por la manera en que había maltratado a los Testigos. Dijo que de ahora en adelante iba a cambiar su conducta y expresó un deseo sincero de estudiar la Biblia con un Testigo.

Peleando contra Dios

Los testigos de Jehová no van a dejar de servir a Dios solo porque su proceder cristiano no sea aprobado por el presidente Banda. Ellos son como los cristianos del primer siglo que ponían la obediencia a Dios por delante de la obediencia a los hombres. Cuando ellos fueron llevados delante de los gobernantes que les dijeron: “Les ordenamos positivamente que no siguieran enseñando sobre la base de este nombre, y sin embargo, ¡miren! han llenado a Jerusalén con su enseñanza, y están determinados a traer la sangre de este hombre [Jesucristo] sobre nosotros,” los apóstoles respondieron sin temor: “TENEMOS QUE OBEDECER A DIOS COMO GOBERNANTE MAS BIEN QUE A LOS HOMBRES.”—Hech. 5:28, 29.

Por otra parte, tampoco se levantarán en revuelta contra el gobierno y pagarán mal por mal. Las armas que estos cristianos usan no son carnales, sino espirituales, principalmente la Palabra de Dios. Ellos reconocen la obligación de imitar el modelo que les puso su Caudillo, Jesucristo, acerca del cual está escrito: “Cuando lo estaban injuriando, no se puso a injuriar en cambio. Cuando estaba sufriendo, no se puso a amenazar.” Ellos no procuran vengarse a sí mismos, sino que ‘ceden lugar a la ira,’ sabiendo que está escrito: “Mía es la venganza; yo pagaré, dice Jehová.”—1 Ped. 2:21, 23; Rom. 12:19.

No, no es de los testigos de Jehová que el presidente Banda y sus apoyadores tienen algo que temer, sino del Dios Todopoderoso mismo. Ellos se han puesto en oposición a Jehová Dios y se han hecho luchadores contra Dios. (Hech. 5:38, 39) Pero no tienen que continuar en este proceder. Pueden cambiar. ¿Lo harán? Esa es una cuestión a la cual tiene que encararse, no solo el Dr. Banda, sino todo miembro de su gabinete, todo miembro del Parlamento de Malawi así como todo funcionario de Malawi. Sí, a esa cuestión tienen que encararse todos los que lo apoyan como miembro del partido político de él.

A otros les importa

El presidente de Malawi quizás crea que lo que él hace como presidente de Malawi es asunto suyo, y no del resto del mundo. Pero, ¿no debería de ayudársele a darse cuenta de que el resto del mundo toma nota cuando se pisotea la justicia y se abusa cruelmente de cristianos inocentes? ¿No debería de impresionársele fuertemente con el hecho de que no se ha hecho más popular ni con su propio pueblo ni con personas de pensamiento recto en cualquier otra parte del mundo por la acción que ha tomado?

Si usted es una persona que estima la libertad, la verdad y la justicia, es su privilegio expresarse a favor de los que tan cruelmente son maltratados debido a su fe en Dios. Las cartas de protesta se pueden dirigir a:

Su Excelencia

Dr. H. Kamuzu Banda

Presidente de Malawi

P.O. Box 53

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. J. D. Msonthi, M.P.

Ministro de Transportación y Comunicación

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. G. W. Kumtumanji, M.P.

Ministro de Gobierno Local y

Ministro de Sanidad

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. M. Q. Y. Chibambe, M.P.

Ministro Regional para la Región del Norte

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. A. M. Nyasulu, M.P.

Ministro de Estado

en el Ministerio de Asuntos Exteriores

P.O. Box 943

Blantyre, Malawi, África Central

El Hon. G. Chakuamba, M.P.

Ministro de Educación

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. Aleke Banda

Ministro de Asuntos Económicos y de Trabajos

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. J. T. Kumbeweza, M.P.

Ministro Regional para la Región Central

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. J. Z. U. Tembo, M.P.

Ministro de Hacienda

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. A. A. Muwalo

Ministro de Estado en la Oficina del Presidente

Zomba, Malawi, África Central

El Hon. A. B. J. Chiwanda

Ministro del Trabajo

Zomba, Malawi, África Central

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