¿Qué pasa con la cristiandad?
LA IGLESIA EN DECADENCIA
● La Iglesia del Canadá está llena de ‘intolerancia, prejuicio e idolatría,’ declaró Kenneth McMillan, ministro y secretario general de la Sociedad Bíblica Canadiense. Él dijo que el feligrés medio en el Canadá no tiene la menor idea de lo que está envuelto en la iglesia. Él dijo: “Muchas personas se aferran fanáticamente a alguna institución, a algún edificio... identificando su fe con alguna ventana, órgano o banco de iglesia; o con algo que sucedió hace muchísimo tiempo.” Los adultos de las iglesias, comentó él, “se ven tentados a emprender la retirada a un nacionalismo intolerante, a un sectarismo, confesionismo y fundamentalismo, o algo por el estilo.” Agregó también que en el Canadá innumerables ministros están desorientados en lo que respecta al ministerio. “Tantos de ellos son hombres verdaderamente desalentados, tratando de seguir adelante, no habiendo perdido la fe pero desesperadamente preocupados y frustrados. Están sumamente alarmados en cuanto a ello.” Dijo además: “Tienen que arrostrar la trivialidad de la vida religiosa, y las insignificancias depresivas de ésta.”
EN PRO DE LA HOMOSEXUALIDAD
● En vista de lo que la Biblia dice en Romanos 1:27-32 acerca de la homosexualidad, que es inicuo a la vista de Dios y que “los que practican tales cosas son merecedores de muerte,” son alarmantes los pronunciamientos de clérigos que dicen servir a Dios pero que públicamente aprueban y toleran tales prácticas inmorales. El 28 de noviembre de 1967, noventa sacerdotes episcopales en el estado de Nueva York y alrededores clasificaron los actos homosexuales entre adultos por consentimiento mutuo como “moralmente neutrales” y declararon que en algunos casos tales actos pueden aun ser provechosos. El canónigo Walter D. Dennis, de la catedral de San Juan el Divino, dijo: “Una relación homosexual entre dos adultos por consentimiento mutuo debería ser juzgada por el mismo criterio como un matrimonio heterosexual... es decir, si la intención es fomentar una relación permanente de amor.” ¿Pero es eso lo que dice Dios? Dios la describe como una vil perversión que finalmente acarrea la muerte.
AGITACIÓN ENTRE LOS ADVENTISTAS
● El Times de Los Ángeles declaró el 17 de enero de 1968 que voces liberales de dentro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día están pidiendo que la iglesia se desprenda de “su carácter fundamentalista.” R. E. Taylor, asociado con Perspective, una revista trimestral no autorizada, dice que él quiere que los adventistas se unan al diálogo ecuménico con otras religiones. “Tenemos que darnos cuenta de que no tenemos la verdad total,” dijo. Por medio de artículos en la revista, dijo el redactor de Times, se ha sugerido que la iglesia debe dar mayor libertad a las congregaciones individuales, examinar de nuevo sus objeciones a la teoría de la evolución y restar énfasis a las advertencias tradicionales en cuanto a naipes, lápiz labial, tintes para los párpados, novelas y películas. “Quisiéramos que hubiera una nueva dirección de pensamiento, de modo que la iglesia adquiriera importancia en medio de los tiempos actuales,” dijo Taylor.
AMENAZAS A LA UNIDAD CATOLICA
● El 10 de enero de 1968 doscientos obispos católicos romanos de los Estados Unidos expresaron preocupación profunda en una carta pastoral colectiva de 25.000 palabras por lo que llamaron actitudes destructivas y hostiles dentro de la Iglesia Católica. Los obispos dijeron: “Notamos que algunos hoy . . . ridiculizan a la iglesia, y bajo el disfraz de ser contemporáneos, parecen hostiles a todo lo que no sea sus propios puntos de vista.” Aproximadamente una cuarta parte de la carta se dedicó a informes de que hay malestar y falta de satisfacción a grado serio entre el clero estadounidense; que algunos sacerdotes hoy día están afligidos por la soledad, dudas acerca de la importancia de su ministerio y otras preocupaciones. Católicos progresivos y sus periódicos, tales como Commonweal y The National Catholic Reporter, generalmente consideraron que la carta de los obispos era tímida y de tono débil y defensivo. La revista Commonweal la llamó un ejercicio en “cautela por la proyección del temor,” añadiendo: “Uno busca optimismo, pero en su lugar hay nostalgia, latente pero real, por los días de docilidad de ayer. El catolicismo estadounidense merecía algo mejor.”