¿Te haces tú disponible?
“TODO el de corazón dispuesto” comenzó a traer su sacrificio y don al lugar de adoración de Jehová. Eso fue en los días del buen rey Ezequías de Judá. ¡Tan espontáneo fue el movimiento de la gente para darse ella misma y dar sus posesiones que hubo razón para que todos se regocijaran en un Dios que podía mover a que se hiciera tal dedicación y se demostrara tal generosidad! (2 Cró. 29:31-36) Tenían mucho por lo cual estar agradecidos.
El mismísimo Dios preside su congregación de adoradores en la Tierra hoy día. Los ha separado para sí mismo y los ha protegido. Les ha concedido servicio honorable como representantes suyos en la Tierra. Ha provisto un abastecimiento continuo de sustento espiritual. No ha retenido ninguna cosa buena. ¡Ciertamente, ellos también tienen motivo para estar agradecidos y regocijarse, ofreciéndose ellos mismos y ofreciendo sus posesiones, haciéndose disponibles para Su servicio!
¿De qué modo ve usted estos asuntos? ¿Tiene usted una visión clara de la congregación mundial de Dios? ¿Puede usted ver la obra magnífica de proclamación pública que él está haciendo que se efectúe en la Tierra? ¿Ha visto usted las evidencias de Su bendición sobre los que diligentemente se ofrecen en ese ministerio público? Si su respuesta es Sí a esas preguntas, entonces, ¿cómo ha respondido usted? ¿Está contento con pensar en la congregación de Dios como la mejor religión que usted ha visto, o se siente impelido a ofrecerse, de corazón y alma, para las actividades y el modo de vivir que ella apoya?
JUVENTUD Y AMBICIÓN
La juventud, la mocedad, es el tiempo de la vida en el cual comenzar a hacerse disponible para el servicio de Dios. Es cuando muchos jóvenes empiezan a hacer planes para el futuro, cuando se forman las ambiciones. ¿Estás en esa etapa del vigor físico? Entonces, ¿qué estás haciendo? ¿Compartes con las personas mundanas los sueños de un futuro que no será, o tienes presente siempre que este inicuo sistema de cosas actual está condenado a pasar en un tiempo de gran dificultad? Todas sus abundantes promesas, sus atractivos trabajos bien remunerados, sus actividades populares... todo está por desvanecerse de la escena terrestre ya muy pronto.
“Acuérdate, ahora, de tu magnífico Creador en los días de tu mocedad,” es el consejo inspirado al cual haces bien en prestar atención. (Ecl. 12:1) Eso no significa pensar en él como último recurso, o cuando no haya otra cosa que hacer. No, significa tener presente al Creador y su voluntad en lo que toca a todos los pensamientos y planes de uno. Si vas a tener un futuro, éste está inseparablemente enlazado a los propósitos de Dios y su congregación.
El “dios de este sistema de cosas,” Satanás el Diablo, hará cuanto pueda para desviarte de un derrotero de devoción a Dios. (2 Cor. 4:4) Te atraerá por medio de “los deseos incidentales a la juventud,” por medio de ambiciones mundanas, preocupación con el sexo, persuasiones para que emplees demasiado tiempo en la música o en el teatro o para llenar tu mente de interés en los deportes. Él es maestro en el arte de ocupar la mente de la gente y de apropiarse de lo mejor de su tiempo. ¿Serás uno de los que son atrapados en su lazo?—2 Tim. 2:22, 26; 1 Ped. 5:8.
Básicamente, solo hay dos alternativas abiertas para ti: El servir a Dios o el servir a este inicuo sistema de cosas dirigido por el enemigo de Dios. El abrigar ambiciones enlazadas al sistema condenado a destrucción de Satanás en realidad es una pérdida de tiempo y hasta puede perjudicar tu propio futuro. Es proceder mucho más sabio escoger la vida por medio de hacerte disponible para el servicio de Dios.
¡TANTAS OPORTUNIDADES!
La congregación del pueblo de Dios en la Tierra se interesa en el entrenamiento de ministros... la clase de ministros que pueden ir de casa en casa predicando eficazmente las buenas nuevas del Reino. ¿Te haces disponible para tal entrenamiento? Todos los cristianos verdaderos, jóvenes y de mayor edad, hombres y mujeres, querrán satisfacer los requisitos como ‘ministros capacitados de las buenas nuevas.’—Col. 1:23.
Ciertamente no estarías haciéndote disponible si adoptaras un punto de vista negativo y dijeras: “¡Oh, yo jamás podría hacer esa clase de trabajo!” Dios puede capacitar plenamente a los que quieren ser sus ministros, y lo hace. (2 Cor. 3:5) De modo que la pregunta vital es: ¿Quieres ser uno de sus ministros, y te harás disponible emprendiendo el entrenamiento que se suministra en toda congregación de cristianos verdaderos?
¡Hay tantas otras oportunidades de servir a Dios y su congregación, además del ser entrenado para el servicio ministerial y realmente llevarlo a cabo! A veces se pide que alguien ofrezca su servicio voluntario con relación a un discurso estudiantil desde la plataforma o que participe en demostrar cómo pudieran efectuarse ciertos rasgos del ministerio. ¿Ofreces tus servicios? ¿Te haces disponible?
También hay otros privilegios que están disponibles. Por ejemplo, a menudo has notado lo limpio y aseado que está el lugar donde se celebran las reuniones, ¿verdad? ¿Has pensado en ofrecer tus servicios? Casi todo el mundo puede quitar el polvo, barrer el piso, limpiar los cuartos de aseo, etc. ¿Por qué no te haces disponible respecto a este servicio?
También, de vez en cuando hay que efectuar trabajo de mantenimiento para que la estructura del salón de reuniones no se deteriore. ¿Sabes algo acerca de tal trabajo? ¿Puedes ofrecer sugerencias y ayudar para que se lleven a cabo estos trabajos? Quizás los hombres responsables de la congregación no sepan que tú estás disponible. ¿Les has dicho que estás disponible? Sería apropiado darles a saber que estás dispuesto a participar al grado que puedas.
También hay muchos servicios que es preciso llevar a cabo en asambleas más grandes del pueblo de Jehová. Se necesitan acomodadores, trabajadores voluntarios para dotar la cafetería, un personal para la limpieza y para muchas otras actividades. ¿Te has hecho disponible con respecto a alguno de estos servicios? Tu participación personal producirá un efecto maravilloso en acercarte más estrechamente a tus hermanos y hermanas espirituales. Al mismo tiempo habrás servido para hacer más cómodas y convenientes las cosas para todos.
También, ¿has notado a ciertos hombres responsables de la congregación que están muy ocupados debido a los deberes que desempeñan a favor de la congregación? Quizás se encarguen de suministrar revistas y otra literatura bíblica, ayudando a los miembros de la congregación de una variedad de maneras. ¿Se te ha ocurrido que podrían efectuar mucho más si tuvieran ayuda? Si eres varón, podrían decirle al superintendente que estás dispuesto a ayudar en cualquier momento que te necesiten.
LOS DISPUESTOS SON BENDECIDOS
Obtendrás muchos gozos y satisfacciones al hacerte disponible para toda buena obra relacionada con el Señor. Cuando tu mente y tus manos están ocupadas en los servicios que promueven los intereses del reino de Dios, no están disponibles para actividades tontas o hasta malas. Todo lo que haces a favor de la asociación de tus hermanos y hermanas espirituales es una demostración del amor genuino que Jesús declaró que sería la marca sobresaliente de sus discípulos. (Juan 13:35) Sentirás la felicidad superior que proviene de ver a otros en torno tuyo felices y contentamente ocupados en el servicio de Jehová debido a tu cooperación diligente. (Hech. 20:35) Sentirás gran gozo, también, al ver que aquellos a quienes has ayudado a hacerse fuertes en la fe ahora pueden extender su ayuda a otros jóvenes de la congregación.
Además, tienes la alegría de comprender que tu disposición para el servicio sigue el modelo de aquel ejemplo perfecto, Cristo Jesús mismo. ¿No se hizo él disponible para el servicio de su Padre celestial, negándose comodidades y, a veces, hasta descanso para efectuarlo? (Juan 4:5-34; Mar. 6:31-34) Le bastaba saber que estaba haciendo la voluntad del Padre. Tú también puedes tener esa satisfacción.
¡Qué maravilloso, también, sentir ese compañerismo más estrecho con los apóstoles de Cristo Jesús: Pedro, Pablo y otros, todos los cuales dejaron las ambiciones e intereses de este viejo sistema de cosas, llegando a ser su gozo el identificarse con el Hijo de Dios! ¡Cuán celosamente trabajaron en toda clase de circunstancias penosas, haciéndose disponibles como apoyos para los débiles y como consoladores para los atribulados! Te hallarás en estrecha unidad con ellos al hacerte disponible en la congregación de Dios.
Y el más grandioso galardón de todos... “Dios no es injusto para olvidar la obra de ustedes y el amor que mostraron para con su nombre, en que han servido a los santos y continúan sirviendo.”—Heb. 6:10.