Ponderando las noticias
Fantasías espaciales
● Recientemente, por medio de libros, informes de periódicos y películas, se han hecho esfuerzos por enlazar la Biblia con una imaginaria “visita espacial” a la Tierra hace unos miles de años. Ponen de relieve el capítulo uno de Ezequiel, que contiene una visión de un carro celestial, en su empeño por probar que hace milenios existían naves espaciales. Supuestamente basados en esto, se han publicado dibujos “científicos” de tal nave espacial.
Una comparación de las alegaciones con los hechos muestra lo absurdo de toda la idea. En un caso, las “cuatro criaturas vivientes” que describió Ezequiel llegan a ser —en la mente del “científico”— ¡cuatro motores de propulsión para la nave espacial! Ezequiel, capítulo diez, muestra que no eran motores de propulsión metálicos... sino “querubines,” mensajeros angélicos vivientes de Dios. La visión profética es claramente simbólica, no de una aventura espacial, sino de la destrucción divina que entonces se acercaba a la Jerusalén apóstata.
De modo similar, muchos enigmas del pasado —construcciones asombrosamente inmensas que se han encontrado en civilizaciones antiguas; su trabajo notablemente fino en los metales; sus cálculos astronómicos— son amontonados en un esfuerzo por apoyar la teoría de una visita de personas superinteligentes del espacio ultraterrestre. Pero el hecho de que hoy se ignoran las aptitudes de la antigüedad no prueba la teoría de los libros y películas lucrativos. El problema estriba en gran parte con la idea falsa de que el hombre ha estado “evolucionando,” una teoría que no les atribuye a los hombres del pasado la inteligencia que la Biblia muestra que poseían.—Gén. 4:21, 22.
Todo lo cual sirve para mostrar que lo que hoy es lucrativo no necesariamente tiene sentido.
Cambios en el confesionario
● La Iglesia Católica Romana está efectuando cambios en el confesionario. El cancel que separa al penitente del sacerdote que escucha está por desaparecer. Los nuevos ritos de la “penitencia” requieren una conversación de “sala de consulta” entre unas cuantas o muchas personas y un sacerdote. ¿A qué se deben los cambios?
Entre otras cosas, la popularidad de la confesión, que nunca fue grande, ha estado menguando por algún tiempo. Se espera que los pasos actuales revivan el interés en dicha práctica. Pero, ¿por qué ha disminuido la popularidad de este requisito fundamental católico?
Sin duda hay una variedad de razones. Pero ¿pudiera ser que las actitudes de la gente para con los sacerdotes sea una de las razones principales? Se ha visto a sacerdotes participando en actos de desobediencia civil. Sus puntos de vista liberales que toleran el adulterio y la homosexualidad han recibido extensa publicidad. Y, como sabe la mayor parte de la gente, los sacerdotes han apoyado revoluciones y guerras, y comúnmente han bendecido las armas de los que han participado en ellas. Con un conocimiento de esas cosas, ¿pudiera ser que muchos católicos razonen: ¿Por qué debería yo acudir a esos hombres para que me perdonen mis pecados?
Pero sean cuales sean las razones para la revisión, este cambio en cuanto a la confesión está teniendo el efecto de desbaratar más la confianza de muchos católicos en su iglesia. Se recuerda que solo recientemente se suprimieron “santos” reverenciados, la misa fue modificada, se puede comer carne los viernes, y ahora este cambio. Puede que los católicos estén preguntándose: Y después, ¿qué vendrá?