BIBLIOTECA EN LÍNEA Watchtower
Watchtower
BIBLIOTECA EN LÍNEA
español
  • BIBLIA
  • PUBLICACIONES
  • REUNIONES
  • w75 15/12 págs. 739-741
  • ¿Es ésta la manera de honrar a Jesucristo?

No hay ningún video disponible para este elemento seleccionado.

Lo sentimos, hubo un error al cargar el video.

  • ¿Es ésta la manera de honrar a Jesucristo?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
  • Subtítulos
  • Información relacionada
  • ¿QUÉ HAY DE OBSERVAR EL NACIMIENTO DE JESÚS?
  • POR QUÉ NO SE MANTIENE LA SEPARACIÓN
  • ¿QUÉ HARÁ USTED?
  • La Navidad... ¿una celebración cristiana?
    ¡Despertad! 1988
  • La Navidad... ¿qué significa para usted?
    ¡Despertad! 1974
  • Las raíces de la Navidad moderna
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1997
  • La Navidad... ¿por qué es peligrosa?
    La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1984
Ver más
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1975
w75 15/12 págs. 739-741

¿Es ésta la manera de honrar a Jesucristo?

“EL QUE no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió.” (Juan 5:23) Estas palabras de Jesucristo aclaran que el estar en relación aprobada con Dios depende de que se honre a su Hijo.

Si queremos esta relación aprobada, hay razón para que nos preocupemos en cuanto a si estamos dando o no al Hijo la honra que su posición merece. Y ¿qué posición ocupa él? De la autoridad que le confió su Padre, Jesucristo dijo: “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra.” (Mat. 28:18) Siglos antes se había predicho acerca de él lo siguiente: “Un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; y el gobierno principesco vendrá a estar sobre su hombro. Y por nombre se le llamará Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.”—Isa. 9:6.

¿Considera usted a Jesucristo como el Rey nombrado de Jehová, con autoridad celestial y terrestre? Esto es bastante diferente de pensar en él como simplemente un bebé acostado en un pesebre. Solo cuando consideramos a Jesucristo como rey cuyos mandamientos debemos obedecer podemos honrarlo verdaderamente.

¿QUÉ HAY DE OBSERVAR EL NACIMIENTO DE JESÚS?

En vista de la posición y autoridad de Jesús, ¿pudiera el honrarlo incluir también el conmemorar la fecha de su nacimiento como hombre? Muchos que afirman ser cristianos dirían: Sí. Por toda la Tierra, el 25 de diciembre, celebran “la Navidad,” el alegado aniversario del nacimiento de Jesucristo. Pero, ¿verdaderamente honra a Cristo el observar la Navidad? ¿Está en armonía con sus mandatos y el espíritu de sus enseñanzas?

Para que esa celebración honrara a Jesucristo, ¿no debería presentar los asuntos de la manera más verdadera posible? Eso debería esperarse, pues Jesús mismo dijo: “Yo soy . . . la verdad.” (Juan 14:6) Por lo tanto, todo aquello a lo que se fije su nombre debe ser verídico, estar apoyado por hechos reales. ¿Es ése el caso en lo que toca a la celebración de la Navidad?

Considere la fecha misma... el 25 de diciembre. La Biblia no suministra la fecha exacta del nacimiento de Jesús. Pero muestra claramente cuándo no pudo haber acontecido. Jesús nació en Belén en un tiempo en que los pastores “vivían a campo raso y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños.” (Luc. 2:8) ¿Encaja esta circunstancia con el mes de diciembre? No. En la zona de Belén, durante ese mes hay heladas frecuentes de noche. Sí, ya con el inicio de la época de las lluvias en la última parte de octubre, los pastores no continúan viviendo a campo raso por la noche. De modo que la fecha del 25 de diciembre en realidad representa falsamente los hechos en cuanto al nacimiento de Jesús en Belén. ¿Se había dado cuenta de eso usted?

Sin embargo, eso de ninguna manera es todo. Ni siquiera las fiestas que se celebran el 25 de diciembre tienen su origen en el cristianismo. Dice la Encyclopædia Britannica: “La fiesta de la Navidad es la revisión cristiana del día romano del solsticio invernal... la fiesta del Dies Invicti Solis (el Día del Sol Invencible) el 25 de diciembre.” (Macropædia, tomo 4, pág. 499, edición de 1974) De modo similar, el escritor religioso Louis Cassels declaró: “Los cristianos modernos que deploran las intrusiones de las costumbres seglares en el significado religioso de la Navidad deben tener presente que la Navidad no es una fiesta cristiana que haya sido paganizada parcialmente. Fue desde el principio una fiesta pagana, cristianizada en parte.”—Free Press de Detroit, 10 de marzo de 1974.

¿Le parece a usted que Jesucristo consideraría un honor el que fijaran su nombre a una “fiesta pagana, cristianizada en parte”? ¿Cómo podría ser posible esto cuando sus discípulos fieles reconocían que no debería haber mezcla de la oscuridad del paganismo con la luz del cristianismo? El apóstol Pablo, por ejemplo, recordó esto a compañeros cristianos de Corinto: “¿Qué participación tiene la luz con la oscuridad? Además, ¿qué armonía hay entre Cristo y Belial? ¿O qué porción tiene una persona creyente con un incrédulo? ¿Y qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? . . . ‘Por lo tanto sálganse de entre ellos, y sepárense,’ dice Jehová, ‘y dejen de tocar la cosa inmunda.’”—2 Cor. 6:14-17.

POR QUÉ NO SE MANTIENE LA SEPARACIÓN

Eso ciertamente fue fuerte admonición contra envolverse con el paganismo. ¿Cómo, entonces, fue posible que una fiesta pagana se celebrara como el nacimiento de Jesucristo? ¿No revela esto que debe haber habido algún debilitamiento en la posición de los cristianos con relación al paganismo? ¿Qué pudo haber sido la causa de esto? Señalando un fuerte factor, la Encyclopædia Britannica declara: “La Navidad, la fiesta del nacimiento de Jesucristo, se estableció con relación al debilitamiento de la expectativa del retorno inminente de Cristo.”—Macropædia, tomo 4, pág. 499, edición de 1974.

El perder así de vista la inminencia del retorno de Cristo fue contrario a la amonestación de Jesús a sus seguidores de que estuvieran despiertos y vigilantes a todo tiempo. No habrían de preocuparse tanto acerca de las inquietudes cotidianas de la vida que no quedara lugar para los intereses espirituales en su vida. Habrían de vivir de manera que demostrara fe en el regreso de él para ejecutar juicio contra los impíos y traer alivio del sufrimiento a los cristianos como sus seguidores verdaderos. Solo si mantenían una posición apropiada delante de Jesucristo como su Señor podrían esperar sobrevivir cuando viniera la ejecución del juicio divino.—Luc. 21:34-36; 2 Tes. 1:6-9.

Sin embargo, desde el segundo siglo en adelante muchos que afirmaban ser cristianos no prestaron atención al consejo de Jesús. Su venida en poder del Reino con huestes angelicales cesó de serles de interés inmediato. De modo que vino el tiempo en que ya no apreciaron la necesidad vital de mantener una apariencia limpia y sin mancha delante de su Señor. Este “debilitamiento de la expectativa del retorno inminente de Cristo” debilitó su resistencia a envolverse con el paganismo, y resultó en la adopción de fiestas paganas, las cuales recibieron entonces una etiqueta de “cristianas.”

¿QUÉ HARÁ USTED?

En vista de todo esto, ¿no queda manifiesto que la celebración de la Navidad no honra a Jesucristo? Por eso, entonces, ¿qué cree usted en cuanto a observar la Navidad? ¿Sería apropiado continuar celebrándola por causa de la tradición? ¿Es correcto perpetuar una fiesta que llegó a aceptarse entre los que afirmaban ser cristianos cuando el hecho del retorno de Cristo se hubo desvanecido en el olvido? ¿No debería usted, en cambio, tratar de honrar a Jesucristo viviendo cada día en pleno reconocimiento de que es el Rey y Ejecutor nombrado de Dios? Es urgente que no postergue el tomar una decisión acerca de esto, porque lo que usted haga suministra evidencia de su actitud para con Dios mismo así como para con su Hijo.

Si decidiera dejar de celebrar la Navidad, sin duda querrá explicar esto a parientes y conocidos. Bondadosamente ayúdeles a ver por qué ha tomado esa decisión. Aclare que usted no objeta a que ellos hagan lo que deseen y que por lo tanto apreciaría que fueran considerados en cuanto a lo que usted piensa. Esfuércese por ayudarles a entender que no desea ofenderlos, sino que se preocupa por no deshonrar a Jesucristo, hasta en lo que a otros pudiera parecer insignificancias. Hasta podría señalar que está seguro de que ellos no querrían que usted hiciera algo solo por causa de ellos si el hacerlo haría que usted se sintiera culpable.

Si usted es padre o madre, el que no participe en la celebración de la Navidad no tiene que significar que sus hijos se pierdan de un gozoso período de vacaciones. Puesto que los hijos estarán en casa y no en la escuela, toda la familia puede participar en actividades edificantes y refrescantes. El que usted procure solícitamente pasar tiempo con sus hijos puede hacer que el período de vacaciones de ellos sea mucho más memorable que uno que girara principalmente en torno de regalos.

En cuanto a regalos... usted puede dar regalos a sus hijos en cualquier tiempo durante el año, y frecuentemente los regalos se aprecian más cuando se reciben en ocasiones inesperadas. Usted estará dando, no bajo obligación o presión del mundo comercial cuando los precios son elevados, sino cuando su corazón lo mueve a hacerlo. Ese dar —por el cual sus hijos dan gracias, no a “Santa Claus” o a “Reyes Magos,” sino a sus padres— contribuye mucho más a fortalecer los vínculos familiares.

Una decisión de no celebrar la Navidad quizás también requiera dar explicaciones en el lugar donde uno trabaja o en la escuela. Quizás se planeen allí fiestas especiales. En ese caso, ¿qué podría hacer usted? Pudiera hablar con su sobrestante, patrono o maestro, explicando por qué sus creencias acerca de lo que realmente honra a Jesús requiere que usted no participe en la fiesta este año. Podría pedir sugerencias en cuanto a lo que podría hacer a fin de que sus deseos sean respetados sin que ello estorbe las festividades planeadas. ¿Pudiera ser aconsejable y posible salir más temprano ese día? ¿Pudiera usted hacer alguna otra cosa en otro sitio para no estar dando la apariencia de que echa a perder el disfrute de la celebración por otros? ¿Qué recomienda el sobrestante, patrono o maestro?

Aun en contactos casuales con la gente el no celebrar la Navidad puede traerle preguntas a la mente en cuanto a cómo manejar una situación en particular. Otras personas pudieran desearle “Feliz Navidad,” o “Felices pascuas.” En vez de entrar en un argüir inconveniente acerca de que usted no observa la Navidad, quizás usted desee simplemente expresarles las gracias. Si alguien verdaderamente quiere saber lo que usted cree, usted puede dejar que las circunstancias lo guíen en cuanto a si sería apropiado dar una explicación en ese momento o en otra ocasión.

Por supuesto, pueden surgir situaciones inesperadas. Al hacerles frente, sea bondadoso y permanezca firme en su convicción de obrar de manera que verdaderamente honre a Jesucristo. Si lo hace, puede estar seguro de la aprobación y bendición de Dios.

    Publicaciones en español (1950-2025)
    Cerrar sesión
    Iniciar sesión
    • español
    • Compartir
    • Configuración
    • Copyright © 2025 Watch Tower Bible and Tract Society of Pennsylvania
    • Condiciones de uso
    • Política de privacidad
    • Configuración de privacidad
    • JW.ORG
    • Iniciar sesión
    Compartir