Preguntas de los lectores
● ¿Qué punto de vista indica la Palabra de Dios que los cristianos deben tener acerca del suicidio?
Jehová como fuente de la vida ha decretado que la vida humana es preciosa, sagrada. (Gén. 9:5; Sal. 36:9) Por consiguiente, el suicidio, que significa quitarse uno su propia vida, o matarse uno mismo, está condenado por la Biblia. Tal acto intencional es autoasesinato. (Éxo. 20:13; 1 Juan 3:15) Los pocos suicidios que se mencionan en la Biblia son de los que fueron infieles a Jehová y que no consideraron que su vida realmente pertenecía a Dios.—1 Sam. 31:4; 2 Sam. 17:5-14, 23; 1 Rey. 16:18; Mat. 27:5.
El que intencionalmente se quita su propia vida lo hace sin hacerle caso en absoluto a la santidad de la vida; se hace culpable de homicidio. Cuando alguien se suicida mientras está en posesión de sus facultades mentales, eso muestra que está falto de moralidad, que carece de fe, que no teme a Dios. Es un acto de cobardía, en el cual el individuo rehúsa enfrentarse a los problemas y responsabilidades de la vida. Si el individuo alegaba ser cristiano verdadero, ese acto rompería violentamente su relación con Jehová. El suicidio pudiera ser el haber cedido a presiones de demonios que animaran a la autodestrucción. (Mat. 17:14-18) Este sumamente egocéntrico acto de asesinato no manifiesta ningún amor a los miembros sobrevivientes de la familia de la persona, ningún amor a la congregación y amigos de la persona, y ni siquiera amor para la comunidad circunvecina, ya que trae vergüenza y angustia mental a todos los asociados.—Mar. 12:31.
En la mayor parte de los países tiene que ser un funcionario público, llamado a veces médico forense, quien oficialmente informe la causa de la muerte. Aunque el funcionario puede presentar un informe de suicidio, pudiera ser que ese informe no estuviera en armonía con los hechos. Por ejemplo, en uno de esos informes de suicidio, tres semanas después salió a luz evidencia clara de que la muerte se había debido a un accidente raro. Por eso, siempre hay que tomar en consideración las circunstancias. ¿Hubo enfermedad mental envuelta en el caso? ¿Estaba la persona en sus cabales? ¿Pudiera culpársele o considerársele condenable? En muchos casos es difícil llegar a conocer todos los hechos.
Entonces, ¿cuál debe ser la actitud de los miembros de una congregación cristiana en cuanto a asistir a funerales de personas de quienes se haya informado que cometieron suicidio que quizás hayan estado asociadas con la congregación? ¿Qué hay de un anciano que haya recibido la solicitud de conducir un funeral de esa índole? Cuando la muerte pareciera haber sido accidental, aunque se hubiera informado como suicidio o hubiera habido enfermedad mental envuelta, la conciencia de algunos miembros de la congregación pudiera permitirles asistir al funeral para consolar a los afligidos. También, queda a la decisión personal de un anciano si conducirá o no un funeral de esa índole si se le solicita. Sin embargo, quizás la congregación prefiera no patrocinar públicamente un funeral de esa clase ni tenerlo en el Salón del Reino debido al efecto que tenga en la comunidad no informada.
Por otra parte, cuando se ha establecido claramente que es un suicidio, los miembros de la congregación y los ancianos pudieran desear no envolverse en el funeral. En esos casos se dejarían a la familia misma los arreglos para un funeral privado donde algún miembro de la casa pudiera decir unas cuantas palabras por consideración a los parientes. Además, algunos quizás no deseen asistir a un funeral de una persona de la cual se crea que se suicidó cuando el funeral lo conduce una persona que no es miembro de la congregación o el mismo empresario de pompas fúnebres a petición de la familia.
Como amadores de la justicia dejamos el asunto en las manos de un Dios misericordioso y sapientísimo en cuanto a cualquier futuro posible para algunos de los que son impelidos al suicidio. Nosotros que somos amadores de la vida, que consideramos sagrado cada día de vida, nos esforzamos por conducir nuestros asuntos y asociaciones de cada día de manera que merezca la aprobación de Aquel que dio la vida a la humanidad.