Ponderando las noticias
Italia lista para un cambio
● En 1929 el dictador fascista Benito Mussolini y el papa Pío XI entraron en un acuerdo conocido como el Tratado Lateranense, pero comúnmente llamado el “Concordato.” Ahora hay negociaciones entre el gobierno italiano y el Vaticano para revisar ese tratado de 46 años de existencia. Ha habido fuertes presiones encaminadas a esto. Empezaron a acumularse después de la II Guerra Mundial, y más recientemente la cuestión del divorcio ha añadido fuerza al movimiento que pide un cambio. El Concordato concede a la ley de la Iglesia el mismo estado legal que a la ley civil. Por lo tanto, ahora existe una clara contradicción. La legislatura italiana hizo permisible el divorcio bajo la ley civil, pero la ley de la Iglesia todavía lo prohíbe... sin embargo el Concordato dice que ambas leyes tienen igual fuerza.
El año pasado la Iglesia emprendió una gran campaña para echar abajo la ley de divorcio del gobierno, pero sufrió una derrota abrumadora. Como dice un despacho de Reuter procedente de Roma, ésta “fue la más clara señal posible de que la población estaba lista para el cambio... y que había llegado el tiempo para una revisión del Concordato.” El partido político preponderante de Italia, el de los demócratas cristianos, apoyó a la Iglesia en su campaña contra el divorcio y desde entonces ha sufrido algunas pérdidas en las elecciones. Para ellos, también, hay necesidad de un cambio si quieren recobrar algo de lo que han perdido. Realza su preocupación espectro de un partido comunista en aumento, cada vez más descollante en el escenario italiano.
Leyes modernas y antiguas
● Hace doce años Nueva Zelanda introdujo leyes mediante las cuales se compensa a las víctimas de la delincuencia. Desde entonces otros países han dado pasos similares. Esta clase de legislación hace recordar las estipulaciones que se hallan en la ley que Dios entregó por medio de Moisés. En esa ley las sanciones que se imponían por las ofensas estaban diseñadas para dar alivio y compensación a la víctima del ladrón o del que causaba daño a la propiedad. Si el ofensor no podía pagar la cantidad de la compensación determinada, podía venderse en esclavitud y entonces pagar su deuda mediante trabajo. (Éxo. 22:1-6) Sin embargo, existe una diferencia importante entre esa legislación bíblica y las leyes modernas.
Como señala el sociólogo Stephen Schafer en la revista “Psychology Today,” la legislación moderna pone sobre el Estado la carga de compensar a las víctimas; del delincuente, aunque se le encarcela, no se requiere que participe en esto. Schafer considera esto una gran debilidad. Razona que el hacer que el ofensor trabaje para compensar a la víctima, y así haga algo positivo, contribuiría en gran parte a su rehabilitación. Le ayudaría a ver su acto como un daño a su congénere y no solo como una ofensa contra ‘una cosa abstracta como “la sociedad” o “la ley.”’ Estos mismos principios están dentro de la ley mosaica... una ley que data de unos tres mil años en el pasado, pero producto de la sabiduría eterna.
La música de “rock” y las madres solteras
● Los nacimientos ilegítimos entre las adolescentes aumentaron en 50 por ciento durante un período de diez años en los Estados Unidos. En la última cuenta, de cada 1.000 madres adolescentes, 339 eran solteras. Esto está en contraste con solo 76 madres solteras por cada 1.000 mujeres que han pasado del período de la adolescencia. ¿A qué se debe la gran diferencia?
Una organización, el Instituto sobre Población, atribuiría una considerable porción de la culpa a la letra de la música de “rock,” tan popular entre los adolescentes. El Instituto señala que esta letra a menudo glorifica las relaciones sexuales y el dar a luz hijos fuera del matrimonio. Canciones populares de “rock” con títulos como “No me gusta dormir solo” y “Teniendo mi bebé” ilustran el punto. ¿Puede armonizar alguien ese material musical con lo que insta la Biblia a hacer en Filipenses 4:8 de mantener nuestra mente fija en cosas que sean ‘verdaderas, de seria consideración, justas, castas y dignas de alabanza’? Para los que prestan atención a ese consejo, el siguiente versículo promete: “el Dios de paz estará con ustedes.”