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  • Llenando a Colombia con el conocimiento de Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
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  • LOS COLOMBIANOS SE DIRIGEN A LA BIBLIA
  • LOS JÓVENES RESPONDEN
  • “PROGRESAN A VELOCIDAD ACELERADA”
  • DE PATIOS INTERIORES A COLISEOS
  • LOS SALONES DEL REINO REFLEJAN EXPANSIÓN
  • ‘ADQUIRIENDO CONOCIMIENTO DEL ÚNICO DIOS VERDADERO’
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
w77 1/6 págs. 329-332

Llenando a Colombia con el conocimiento de Jehová

COMO sus vecinos hispanoamericanos, Colombia es un país de contrastes. O, como algunos prefieren expresarlo, hay dos Colombias: la urbana y la rural. Aunque gran parte del país continúa en desentono con este siglo veinte, sus grandes ciudades, de desarrollo rápido, se identifican con las ciudades modernas de todo el mundo. Bogotá, la capital, debido a sus numerosas universidades y actividades culturales, por largo tiempo ha sido conocida como “la Atenas de la América del Sur.” En contraste, sin embargo, en las provincias rurales de Córdoba y La Guajira del 60 al 80 por ciento de la gente no domina la lectura y escritura.

Pocos años atrás los testigos cristianos de Jehová eran casi desconocidos en este país predominantemente católico romano. En 1942 solo dos colombianos nativos participaban activamente en la obra educativa bíblica que hoy identifica inmediatamente a los testigos de Jehová en todas partes. En comparación con esto, en el campo colombiano ensanchado de la actualidad hay 16.286 “colaboradores de Dios.” (1 Cor. 3:9) Sobresaliente es el hecho de que 8.902 de estos Testigos se bautizaron tan solo durante los últimos tres años.

LOS COLOMBIANOS SE DIRIGEN A LA BIBLIA

El interés en la lectura de la Biblia ha aumentado notablemente desde que el papa Juan XXIII convocó el Segundo Concilio del Vaticano en 1962. Para satisfacer la demanda de conocimiento bíblico, tan solo el año pasado la oficina sucursal colombiana de la Sociedad Watch Tower despachó 351.764 Biblias y libros que sirven de ayuda para el estudio de la Biblia. Veinte años atrás el total de todo el año fue de solo 7.815.

Pero ¿qué impele a tantas personas a estudiar la Biblia con los testigos cristianos de Jehová? Como revelan las siguientes experiencias, hay una variedad de razones. Por ejemplo, aunque estén en esclavitud a la religión falsa, muchas personas son muy sinceras en su devoción religiosa. ‘Aquello a lo cual sin conocerlo dan devoción piadosa, esto les están publicando los testigos de Jehová,’ tal como lo hizo el apóstol Pablo.—Hech. 17:23.

Imitando a Pablo, un testigo de Jehová estaba anunciando las buenas nuevas de casa en casa, y en la misma manzana de casas, pero yendo en dirección contraria, iba una católica que colectaba dinero para su iglesia. Cuando se encontraron en la misma puerta, a ambos se les invitó a entrar. Aunque el amo de casa no manifestó interés en el mensaje del Reino, la señora de la iglesia sí. Aceptó un ejemplar del libro La verdad que lleva a vida eterna, y se inició un estudio con ella aquella misma semana. Ahora, como sierva dedicada de Jehová Dios, ella todavía va de casa en casa, pero con un motivo enteramente diferente. Ahora conoce bien a Aquel a quien rinde servicio sagrado.—Mat. 4:10.

Aunque en sentido material hoy muchos colombianos tienen más de lo que sus padres jamás tuvieron, para muchos otros la vida sigue siendo fundamentalmente una existencia precaria. Esforzándose por aliviar los sufrimientos de sus conciudadanos menesterosos, muchos colombianos compasivos se dedican a trabajo social A menudo el mensaje del reino de Dios atrae a esas personas que aman la justicia.

Aquí está un caso a propósito. Una monja de la comunidad religiosa “Hijas de María la Salvadora” de San Juan, Costa Rica, dedicó seis años al estudio de la filosofía y la interpretación crítica de las Sagradas Escrituras. Pero confiesa:

“No hallé a Dios en el convento. El egoísmo, el espíritu de competencia, las actividades materialistas sin significado, todo lo cual formaba parte de la vida del convento, no correspondía con la vida sublime, deseable, que yo pensaba que debería ser el resultado de servir a Dios. Llegué a la conclusión de que no había Dios y por consiguiente que la Biblia era producto de los hombres.

“Al regresar a mi casa en Medellín, Colombia, pronto me interesé en los problemas sociales colombianos. Estudié grupos nativos en la provincia de Chocó por un año y luego decidí unirme a los movimientos izquierdistas. Pero después de ocho meses de diálogo con varios de sus líderes, pude comprender que estaban principalmente interesados en el progreso y prestigio personal. Puesto que no pude hallar sustancia y calidad en la vida, decidí abandonar el país en busca de dinero.

“Cuando llegué a Bogotá para prepararme para mi viaje, conversé con una testigo de Jehová y se desarrolló entre nosotras una amistad. Cierta vez, al visitarla, concordé en acompañarla a algunos estudios bíblicos que ella tenía cerca de su casa en el campo. Me sorprendí cuando hallé entre personas tan sencillas una notable aptitud en comprender y aplicar la Biblia en todo aspecto de la vida. Me pregunté: ‘¿Habrá sido inspirada divinamente la Biblia después de todo?’

“Cuando regresé a Bogotá, mi primer impulso fue buscar a los Testigos. Las respuestas que me mostraron en la Biblia me convencieron de que están predicando la Palabra de Dios y, por lo tanto, la verdad.”

Ahora, como sierva dedicada y bautizada de Jehová, esta ex-monja proclama felizmente el reino de Dios como la única solución para la injusticia social.

LOS JÓVENES RESPONDEN

Hace menos de cuatro años, un jipie norteamericano, de tez oscura y alto, que vivía en Cali, Colombia, sustentaba la opinión de que los testigos de Jehová desplegaban demasiada calma en su actitud para con las injusticias del mundo. La primera vez que acompañó a su compañera a un estudio bíblico con un misionero, lo hizo como si fuera en calidad de perro guardián. Sin embargo, se ablandó cuando se dio cuenta de que lo que estaba oyendo era el único remedio práctico y real para las condiciones mundiales. Él y su compañera se casaron, y, en el transcurso de diez meses a partir de su primer estudio, se bautizaron.

Estos nuevos Testigos compartieron inmediatamente con compañeros jipies lo que estaban aprendiendo. Como resultado de esto, un miembro de dieciséis años de una banda de rock de una familia acomodada pronto empezó a efectuar cambios notables en su estilo de vida. Su apariencia mejoró notablemente cuando le cortaron el pelo que se había dejado crecer por tres años y él cambió sus blusas femeninas transparentes por algo más decoroso. Su sed de la verdad eclipsó por mucho todo deseo que pudiera haber tenido de las drogas a medida que con él se condujo un estudio bíblico casi diariamente. Solo seis meses después de su primer estudio fue bautizado con los otros dos ex-jipies y, desde entonces, ha dedicado todo su tiempo a esparcir el conocimiento de Jehová.

Un joven de quince años de edad se inició en las drogas mientras estaba en la escuela secundaria en Barranquilla. Él describe cómo le afectaron la mente:

“No podía coordinar los pensamientos. Mi mente trabajaba tan aprisa que no me dejaba dormir de noche. Pensé en quitarme la vida, por lo frustrado que me sentía.

“Entonces, un sábado por la noche, queriendo leer algo, encontré en mi armario el libro La verdad que lleva a vida eterna. Un testigo de Jehová había querido estudiarlo conmigo, pero yo no le había dado la oportunidad. Mas ahora no quise soltarlo; eran las seis de la mañana siguiente cuando finalmente lo solté. Despertó en mí la esperanza de que iba a hallar algo mejor en la vida. Quedé tan entusiasmado con lo que había leído que me puse a contárselo a todo el que podía oírme. Sin embargo, el efecto de mi lectura puso muy nerviosos a mis padres y decidieron llevarme a ver a una psiquiatra el lunes.

“Aquel miércoles el Testigo regresó e inició un estudio bíblico conmigo. Sin embargo, cuando la psiquiatra lo supo me suplicó que estudiara con cualquier grupo menos con los testigos de Jehová. ‘Esos sí te volverán loco,’ dijo. Sin embargo, yo podía ver que los Testigos sinceramente querían ayudarme. Querían que yo tuviera la misma esperanza que ellos tenían. ¡Y, de veras, es una esperanza que debería impeler a toda persona a efectuar un cambio!”

El joven nunca regresó a ver a la psiquiatra, sino que continuó estudiando y asociándose con los Testigos. Ahora, dedicado plenamente ya a hacer la voluntad de Dios, está instruyendo en Su Palabra a otro joven que tiene un problema de drogas.

Muchas veces la insistencia de Testigos jóvenes y viejos en vivir en armonía con el conocimiento de Dios que adquieren resulta en oportunidades de ayudar a otros a aprender el camino de la verdad. Por rehusar poner en surtido productos de tabaco en su tienda, un Testigo de Bucaramanga tuvo esta experiencia:

A un señor que pidió cigarrillos le informó que allí no se vendían. Después de pensar un momento, el señor dijo: “Si usted no vende tabaco, debe haber alguna razón, y me gustaría saber cuál es.” El Testigo explicó que su conciencia entrenada en la Biblia no le permitía vender a su prójimo un producto esclavizador que perjudica la salud. (Mat. 22:39) Impresionado, aquel señor pidió más información. Se comenzó con él un estudio bíblico y ahora está asistiendo a las reuniones.

“PROGRESAN A VELOCIDAD ACELERADA”

Por llenar el país del conocimiento de Jehová, los Testigos han adquirido reconocimiento favorable de diversos sectores de la comunidad.

Recientemente, por ejemplo, un juez municipal, al escribir a la oficina sucursal solicitando una Biblia, envió una felicitación por lo que llamó la obra encomiable que los Testigos están efectuando entre todos los pueblos de Colombia, sin discriminación alguna y, en no pocos casos, a costa de grandes dificultades y oposición. Él envió sus palabras de estímulo para la obra de los Testigos, y expresó su esperanza de que la nueva legislación de derechos religiosos iguales facilitara el trabajo de éstos.

Y un reportero, al escribir en uno los principales periódicos de la nación, El Espectador, dijo esto:

“Mientras la religión católica, apostólica y romana sigue en decadencia, otras sectas o comunidades religiosas progresan aceleradamente.

“En Colombia, por ejemplo, la comunidad denominada ‘Testigos de Jehová’ se ensancha cada día, obtiene más seguidores. Los testigos poseen notables cualidades morales e intelectuales, y diariamente dan excelentes ejemplos a los católicos.

“Aun cuando no pertenecemos a los Testigos de Jehová, podemos afirmar que estos cristianos se distinguen por su honradez, su respeto a los semejantes, su preocupación por la adquisición de útiles conocimientos, su discreción y el deseo de hacer siempre el bien. . . . Nunca encuentran dificultades para hallar el lugar de sus reuniones porque se caracterizan, además, por su orden y limpieza.”

DE PATIOS INTERIORES A COLISEOS

El reportero hizo estas declaraciones cuando se celebró la Asamblea Internacional “Victoria Divina” de los Testigos de Jehová en Bogotá en enero de 1974. El nuevo Coliseo Cubierto se utilizó hasta el límite para que hubiera espacio para las 23.409 personas que asistieron. Anteriormente, las asambleas de los Testigos en este país se celebraban en patios interiores y talleres, cualquier lugar lo suficientemente grande para las no muy grandes muchedumbres que se esperaban. En contraste, ahora se celebran en las más grandes instalaciones para asambleas que las ciudades ofrecen.

Hasta hace diez años la ciudad de Barranquilla rehusaba conceder propiedades cívicas a los Testigos para sus asambleas. Cuando finalmente se obtuvo permiso para usar el Coliseo Cubierto de esa ciudad, el precio estipulado era prohibitivo. Sin embargo, con el tiempo otras solicitudes resultaron en que se consintiera en su uso a un costo más razonable, y se usó el Coliseo. Cuando se celebró la última asamblea en el mismo local, no se cobró nada en absoluto. ¿Por qué no? Porque, según el decreto oficial de la oficina del alcalde, ‘las reuniones no son lucrativas, la entrada es completamente gratis y, además, los testigos de Jehová habitualmente mejoran las instalaciones.’

Por la verdad que se imparte y el caluroso compañerismo de que se disfruta en sus asambleas, no es raro que los Testigos hagan grandes sacrificios por estar presentes. De la Congregación de Zapata, Antioquía, veintidós hombres, mujeres y niños anduvieron once horas para abordar un autobús que los llevara a su asamblea de circuito.

LOS SALONES DEL REINO REFLEJAN EXPANSIÓN

Es un reflejo también de la expansión de la organización en este país el que haya aumentado la construcción de Salones del Reino. Hace diez años difícilmente había una congregación que poseyera su propio lugar de reuniones. Hoy aproximadamente un tercio de ellas los poseen y muchas de éstas comparten sus salones con otras congregaciones.

Esta adquisición de Salones del Reino muy presentables y amplios ha contribuido inmensamente a que se acepte a los testigos de Jehová como parte de la comunidad. Muchas más personas se han sentido atraídas a investigar la organización. Además, puesto que no es raro que la concurrencia pase del doble del número de Testigos, los salones han provisto los muchos asientos que se necesitan. En 1976, a la celebración de la conmemoración de la muerte de Cristo asistieron 56.924 personas, ¡lo cual es casi cuatro veces el número de Testigos en toda Colombia!

Sean personas educadas de la ciudad o campesinos humildes e industriosos, todos los testigos de Jehová en este país “están firmes en un mismo espíritu, con una misma alma esforzándose lado a lado por la fe de las buenas nuevas.” (Fili. 1:27) Su celo tocante a “la fe de las buenas nuevas” está bien ilustrado en la Congregación de El Caimán, Antioquía. ¡Para enviar el informe mensual de sus actividades de testificación a la oficina sucursal colombiana, uno de ellos tiene que caminar por ocho horas, luego hacer un viaje de cuatro horas más en autobús, solo para llegar a la oficina de correos!

‘ADQUIRIENDO CONOCIMIENTO DEL ÚNICO DIOS VERDADERO’

¿Es todavía la voluntad del Señor que una medida mayor del “agua de vida” fluya a los colombianos? Hay toda razón para creer que sí.—Rev. 22:17.

Recientemente, tres testigos de Jehová viajaron por dos horas desde su casa en Barrancabermeja, Santander, hasta la pequeña comunidad de Yarima. Sabiendo que la zona era famosa como centro de actividad de guerrillas, fueron con alguna reserva. ¡Pero qué recepción les aguardaba! En poco tiempo habían distribuido toda su literatura bíblica. Al regresar mejor equipados unos cuantos días después, nuevamente agotaron su abastecimiento pronto. En solo cinco horas colocaron en las manos de aquellas personas humildes más de 300 Biblias y libros y centenares de revistas.

Después de beber del ‘agua de la verdad,’ una persona aislada de Antioquía se sintió impelida a escribir lo siguiente a la oficina sucursal:

“Les escribo para pedirles un favor, que visiten mi casa para estudiar la Biblia. He conocido muchas sectas religiosas, pero ninguna me ha dado la paz espiritual que deseo, que es conocer el camino verdadero con el fin de algún día disfrutar del galardón que nuestro Padre Celestial nos ofrece a todos nosotros los que hacemos su voluntad. Al leer uno de sus libros, Verdadera paz y seguridad, he sentido el intenso deseo de invitarlos a que nos visiten aquí en Yalí.”

Sí, Jehová continúa ‘abriendo corazones ampliamente para que presten atención a las cosas que hablan’ sus siervos verdaderos. Y mientras estos sinceros buscadores de la verdad digan: “Visiten mi casa para estudiar la Biblia,” a los testigos de Jehová les dará gusto hacerlo, porque saben que “esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo.”—Juan 17:3; Hech. 16:14, 15.

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