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  • La perseverancia recibe la bendición de Dios en Paquistán

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  • La perseverancia recibe la bendición de Dios en Paquistán
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
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  • LUCHANDO CON LOS PROBLEMAS
  • HACIENDO ACCESIBLE EL PENDJAB
  • MÁS ABAJO DE LOS MONTES HIMALAYA
  • EN KARACHI E HYDERABAD
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
w78 1/5 págs. 12-15

La perseverancia recibe la bendición de Dios en Paquistán

PAQUISTÁN, que, en el idioma urdu, significa literalmente “tierra santa,” ha sido nación por solo treinta años. Sin embargo, históricamente es una tierra antigua. En los días de Abrahán ya había una civilización adelantada en un lugar que se llamaba Moenjodaro en el fértil valle del río Indo y en Harappa en el Pendjab. Poco más de trescientos años antes del nacimiento de Cristo, Alejandro Magno condujo su ejército por la región que ahora se conoce como Paquistán. En los comienzos del siglo octavo de nuestra era común, la invasión árabe a la parte meridional de este país, conocida como Sind, trajo el islam a estas regiones, y fue sobre una base religiosa —la del islam— que vino a la existencia Paquistán.

Paquistán, situada en Asia, en las costas del mar Arábigo al oeste de la India, de ninguna manera es una nación pequeña. Para los 192 proclamadores de las buenas nuevas del reino de Dios en este país hay más de setenta millones de personas a quienes pueden testificar.

La proclamación del Reino se había estado efectuando en esta parte de la Tierra muchos años antes de que Paquistán tuviera comienzo político. Desde las regiones montañosas del norte, a través de las llanuras fértiles del Pendjab y el desierto árido de Sind, unos celosos testigos de Jehová fueron literalmente “precursores” cuando anduvieron buscando a personas de corazón sincero y honrado que estuvieran deseosas de instruirse en cuanto a las verdades de la Palabra de Dios. Utilizaban toda clase de transporte: trenes atestados de gente, caballos y vehículos tirados por caballos, carretas tiradas por bueyes y a veces hasta el camello.

Como el apóstol Pablo, estos Testigos aprendieron ‘tanto a tener pocas provisiones como a tener abundancia.’ (Fili. 4:11, 12) Mientras estaban en las aldeas, vivían con la gente local en sus casitas de adobe junto con los pollos, vacas y cabras. Mientras estaban en las ciudades se alojaban en las casas de pukka (cemento o ladrillo) de las personas que mostraban interés en su mensaje, o en deslucidos hoteles baratos. Entre los primeros que participaron en esta obra remuneradora, que a menudo se efectuaba bajo temperaturas agotadoras y la amenaza de enfermedades como la tifoidea, la disentería y el paludismo, estuvieron Edwin Skinner, Ron Tippen, Clarence Taylor y Randall Hopley, de Inglaterra. Entre éstos estuvo también Claude Goodman, quien, a pesar de las penalidades que sufrió, llama el tiempo que pasó en la obra de “precursor” los mejores años de su vida.

Para comprender por qué el progreso era y todavía es algo lento con relación a que se obre en armonía con las buenas nuevas, hay que considerar que el 97 por ciento de la población de Paquistán es de la fe islámica. El musulmán cree que el Corán es la revelación final de Dios, que reemplaza a la Biblia, la cual, dicen ellos, no está en su forma original. Para obtener un oído que oiga una presentación bíblica es necesario sugerirles, por lo tanto, que, aunque conocen su Corán, quizás nunca han tenido la oportunidad de oír lo que dicen los otros “santos escritos,” que se hallan en la Biblia, acerca de las condiciones mundiales de la actualidad y el futuro. Muchas veces, por curiosidad y un sentido natural de hospitalidad, la gente escucha y acepta literatura bíblica.

La multiplicación de los problemas económicos, patente aquí como en el resto del mundo, hace que la mayoría de las personas concuerden en que estamos en los “últimos días,” pero para ellas es algo completamente nuevo el que se les presente la idea de un paraíso terrestre. (2 Tim. 3:1; Rev. 21:3, 4) Casi todas creen, como muchas personas de la cristiandad, que la Tierra será destruida y que el paraíso estará en el cielo. Sin embargo, el hecho de que a la gente por lo general le gusta considerar asuntos religiosos hace que se disfrute mucho de hacer visitas de casa en casa. A menudo estas consideraciones pueden durar media hora o más y se puede dar un buen testimonio respecto al reino de Dios, en ambiente cómodo dentro de un hogar.

LUCHANDO CON LOS PROBLEMAS

Aunque la mayor parte de las visitas de casa en casa se efectúan entre los musulmanes, los estudios bíblicos se conducen mayormente con los de la comunidad nominalmente cristiana, que componen una parte considerablemente grande del 3 por ciento no musulmán de Paquistán. De éstos, pues, ha venido la mayoría de los que ahora participan en proclamar las buenas nuevas del Reino. En las ciudades, no es fácil hallarlos inicialmente. Pero el establecer contacto con una familia por lo general resulta en conocer a otras personas. A veces las “ovejas perdidas” tienen que hacer mucho esfuerzo por aprender la verdad, como lo ilustra lo siguiente:

Un joven católico habló en la calle a una Testigo mientras ésta iba de casa en casa y le pidió un libro que hablara de la Biblia. Obtuvo La verdad que lleva a vida eterna en urdu y voluntariamente dio su dirección, que resultó estar en un alojamiento de criados que pertenecía a una gran casa musulmana. Se empezó un estudio bíblico con él en la primera visita y se hicieron arreglos para proveerle el primer ejemplar de la Biblia que llegó a poseer. Empezó a asistir inmediatamente a las reuniones, pero solo unos meses después la señora, en cuya propiedad vivía él con su esposa y su hijito, prohibió a los Testigos visitar con regularidad la casa. Él, sin embargo, impávido y aún más deseoso de continuar sus estudios, con regularidad vino en su bicicleta al Salón del Reino local con ese propósito. Pronto manifestó celo por medio de conducir estudios bíblicos con otros y predicar públicamente de casa en casa, pues siempre buscaba oportunidades para expresar su gratitud por lo que había aprendido. A principios de 1977 llegó a ser miembro dedicado y bautizado de la congregación y ha participado en el servicio de precursor auxiliar.

Otro problema en Paquistán es el extenso analfabetismo. Si se considera la población de más de cinco años de edad, aproximadamente el 84 por ciento no puede leer ni escribir y, aunque el gobierno ha estado tratando de solucionar esto, le ha sido estorbo el aumento de población de más de 3 1/2 por ciento al año. Sin embargo, el no poder leer ni escribir no ha impedido que personas de cualidades como de oveja respondan al mensaje del Reino. (Juan 10:27) Por ejemplo:

Hace unos años en la población de Quetta, capital de la provincia de Baluchistán, y que está situada a 1.670 metros sobre el nivel del mar, una señora nominalmente cristiana oyó el mensaje del Reino cuando estaba en la casa de un testigo de Jehová. Ella era madre de diez hijos, y dedicó su vida a Dios y se bautizó, y dos hijas suyas también aceptaron la verdad poco después. Ha requerido mucha fe y mucha determinación por parte de esta Testigo el seguir proclamando las “buenas nuevas” a través de los años a otros, debido no solo a su deficiencia respecto a educación académica formal, sino también debido a no haber podido recibir la ayuda de cristianos maduros. Los inviernos son muy fríos en Quetta y, si es posible, la gente entonces se muda a partes más calurosas del país, mientras que en el verano muchos encuentran alivio allí de la extremada humedad de Karachi o el calor abrasador del Pendjab. Por muchos años esta Testigo, junto con otros, ha hecho viajes de ida y vuelta de más de 1.600 a 2.250 kilómetros tres veces al año para asistir a las asambleas anuales y semestrales de los testigos de Jehová.

Al principio de 1977 uno de sus hijos también empezó a servir de “precursor especial” a más de 1.120 kilómetros de su población natal, para ayudar a otro grupo de hermanos que estaba concentrado en una población pequeña en la región fértil del Pendjab.

HACIENDO ACCESIBLE EL PENDJAB

Un grupo de más de veinte Testigos que hablan el idioma del Pendjab proviene de aldehuelas y poblaciones pequeñas esparcidas en una zona extensa. Puesto que Paquistán es en gran parte un país agrícola, la mayor parte de la población vive en aldeas de casas hechas de adobe y no hay carreteras apropiadas para llegar a ellas. En esta zona, debido a los problemas del transporte y una semana de trabajo de seis días, los testigos de Jehová celebran sus reuniones en su pequeño Salón del Reino en el único día feriado de la semana. No ha sido fácil el progreso espiritual para estos Testigos.

El idioma presenta otro problema. Cada una de las cuatro provincias de Paquistán tiene su propio idioma y el urdu es el idioma principal, oficial, del país. Hace unos años se tradujo al urdu el libro La verdad que lleva a vida eterna, que ha sido muy útil para ayudar a la gente a obtener un conocimiento fundamental de la Biblia. La Atalaya se publica mensualmente en urdu, pero por muchos años fue difícil conseguir ejemplares de la India. Ahora, en cambio, Paquistán imprime su propia copia de la traducción que se hace en la India.

El Pendjab (que significa “Cinco Ríos”) es la zona agrícola más productiva del país. Entre las siembras principales están las de trigo, arroz, caña de azúcar y algodón. El Pendjab es también la provincia más densamente poblada, y la oficina sucursal de la Sociedad Watch Tower en Paquistán está situada en su ciudad capital, Lahore. Ubicada a solo unos kilómetros de la frontera con la India, Lahore es una ciudad muy antigua y conocida por sus monumentos, universidades y colegios de enseñanza superior antiguos. Entre los casi dos millones y medio de habitantes hay cincuenta y cinco proclamadores de las buenas nuevas del reino de Dios. Varios de éstos, aunque conocían bien el mensaje que los testigos de Jehová habían predicado por muchos años anteriormente, se han hecho miembros dedicados y bautizados de la congregación solo muy recientemente; en algunos casos, el cambio hacia lo peor en las condiciones mundiales durante los años setenta los llevó a pensar seriamente en actuar en armonía con lo que habían aprendido en el pasado, como en el siguiente caso:

Una señora empezó a estudiar con los testigos de Jehová alrededor de 1955. Le gustaba lo que aprendía y siempre se preparaba para el estudio. De vez en cuando asistía a las reuniones a pesar de los esfuerzos de su esposo por disuadirla. Sin embargo, aunque hablaba a otros y leía el texto de cada día a las muchachas nominalmente cristianas del lugar donde trabajaba, parecía que todavía estaba relacionada con la iglesia. Su esposo fomentaba esta idea. Con el transcurso de los años varios Testigos estudiaron con ella, pero finalmente descontinuaron los estudios y solo la visitaban de vez en cuando, pues a ella le agradaba leer cada nueva publicación de la Sociedad. Para sorpresa de los Testigos, cierto día preguntó si podría bautizarse, pues le parecía que ya había esperado suficiente tiempo en cuanto a llegar a ser Testigo. Se supo entonces que hacía diez años que no había asistido a la iglesia. En vista de todo esto se reanudó el estudio con ella y la señora empezó a asistir con regularidad a las reuniones y llegó a ser Testigo dedicada y bautizada en noviembre de 1976. Aunque ahora es una señora de edad avanzada, pasa mucho tiempo testificando y conduce estudios bíblicos con otros.

MÁS ABAJO DE LOS MONTES HIMALAYA

Más de 1.490 kilómetros tierra adentro al norte y a 16 kilómetros de Rawalpindi está Islamabad, la recién construida capital de Paquistán. A unas horas por carretera desde aquí hay montañas cubiertas de pinos y valles y vistas de las nevadas cumbres de los montes Himalaya elevándose a la distancia. Algunas de las más altas montañas del mundo están en Paquistán, y gran parte del impresionante paisaje está virtualmente “sin tocar” por la civilización debido a su inaccesibilidad. Sin embargo, los diez proclamadores de las “buenas nuevas” concentrados en Rawalpindi están efectuando la mayor parte de su trabajo en las dos ciudades grandes, y dos de ellos viven en Islamabad.

EN KARACHI E HYDERABAD

No hay que decir que en un país tan inmenso y en el cual hay tan pocos Testigos el mantener vivo el interés en el mensaje del Reino una vez que se manifiesta presenta dificultades. Sin embargo, si las personas realmente quieren la verdad de la Palabra de Dios, tratan de aprender más de ella. En la ciudad más grande de Paquistán, Karachi —en un tiempo una modesta aldea pesquera en las costas del mar Arábigo cerca de la desembocadura del río Indo— más de setenta Testigos tienen a una población de cuatro millones y medio de personas como su “territorio” en el cual testificar. Algunos de ellos también se han creado la oportunidad de viajar de vez en cuando a la ciudad de Hyderabad, a 160 kilómetros de allí, para sembrar las semillas de la verdad en aquel lugar. A continuación se relata un ejemplo de cómo echaron raíces algunas de esas semillas:

Hace unos cuatro años se comenzó un estudio con un ama de casa joven. Al sentir la necesidad de estudiar con mayor regularidad y asistir a las reuniones, esta joven aprovechó la oportunidad de ir a Karachi por un año para recibir entrenamiento de postgraduada en uno de los hospitales de allí. Progresó con rapidez. Pronto estuvo dedicando mucho tiempo a testificar a sus condiscípulos, y en 1974 simbolizó su dedicación a Dios mediante el bautismo. Aunque ella y su esposo ahora son los únicos Testigos que hay en Hyderabad, ella recientemente escribió y expresó su aprecio por la verdad y el estímulo que recibe de las cartas que de vez en cuando le envían los hermanos de Karachi, y de las visitas que éstos a veces le hacen. Dijo que diariamente tiene la oportunidad de testificar entre los jóvenes que estudian medicina. En particular después de presentar su conferencia médica sobre temas como la transfusión de sangre o defectos congénitos, tiene ella la oportunidad de explicar el punto de vista bíblico sobre estos asuntos. Muchos escuchan con interés, y ahora ella conduce varios estudios bíblicos.

Con la ayuda del espíritu de Jehová y bajo dirección angélica, los testigos de Jehová por la tierra de Paquistán están comunicándose con las personas que desean conocer la verdad acerca de Dios. Los Testigos en ese país se interesan en perseverar y continuar dando a conocer fielmente las “buenas nuevas” hasta que se recoja a todas esas personas.

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