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  • Construyendo para el futuro... en los Países Bajos
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
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  • EL PROGRAMA DE DEDICACIÓN
  • EXPANSIÓN EN LAS INSTALACIONES
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
w78 15/8 págs. 21-23

Construyendo para el futuro... en los Países Bajos

EL DÍA 5 de noviembre de 1977 fue un gran día para la familia de Betel en la oficina central de los testigos de Jehová en Amsterdam. Desde todas partes de los Países Bajos vino un grupo singular de testigos de Jehová. ¡Qué vista presentaron los centenares de hermanos y hermanas de cabellos grises que se reunieron en el Salón del Reino y en el espacio de los envíos en el hogar Betel de Amsterdam! ¿Por qué habían venido?

La ocasión era la dedicación del nuevo anexo o dependencia del hogar Betel. Todas las personas que se habían bautizado antes de 1941 habían sido invitadas porque estas personas de edad madura habían sido el núcleo de la organización cristiana en los Países Bajos y habían soportado las dificultades que acompañaron la obra de proclamar el Reino en los primeros días de la obra aquí. ¡Qué bueno el lanzar una mirada alrededor y ver los rostros sonrientes de todos estos hermanos y hermanas de edad avanzada! Algunos estaban lisiados, unos cuantos usaban sillas de ruedas, otros estaban encorvados por la edad, y muchos andaban con bastón... pero aquí estaban.

Escuche sus declaraciones. “Hermanos, éste es un gran día para mí. ¿Saben que en 1940 fui miembro de la familia en uno de los primeros hogares de precursores en Leersum [Países Bajos] y que a veces no teníamos dinero para conseguir alimentos hasta que colocábamos alguna literatura en manos de la gente?” “Yo fui anciano bajo el viejo arreglo [cuando se escogía por votación a los ancianos de las congregaciones]. Entonces, cuando todos aquellos ‘ancianos electivos’ se fueron, yo me fui con ellos. Llegué a ser siervo de congregación [superintendente presidente]. Ahora soy viejo, y soy anciano espiritual, y doy gracias a Jehová de haber vivido para ver este día.” Estas son expresiones típicas que se oyeron de estos amados hermanos de edad avanzada. Por supuesto, el grupo grande y feliz de los que trabajaron afanosamente en la construcción del anexo estaba presente, de modo que la muchedumbre en las festividades llegó a la cantidad excelente de 789 personas.

EL PROGRAMA DE DEDICACIÓN

El comienzo del programa de dedicación apropiadamente llamó atención al tema de que el proyecto de construcción literal fue el resultado de una edificación espiritual en la vida de miles de personas, una actividad en la cual los cristianos participan como “colaboradores de Dios.” (1 Cor. 3:5-9) Cuando C. T. Russell, el primer presidente de la Sociedad Watch Tower Bible and Tract, visitó los Países Bajos en 1891, no parecía haber brillantes perspectivas para una obra de edificación espiritual aquí. Él declaró que parecía que los holandeses estaban más interesados en buscar lo material que en cosas espirituales. Pero ¿qué sucedió? Los fuertes elementos religiosos que estaban activos en aquellos días no pudieron evitar que brotara la semilla sembrada por unos cuantos individuos que trabajaron aquí y allá. La obra de declarar las “buenas nuevas” empezó a crecer.

En 1924 solo hubo 50 personas en una asamblea nacional de los siervos de Jehová en los Países Bajos. Durante 1927 dos hermanos procedentes de Francia emprendieron la actividad de hacer discípulos en la parte meridional del país. Pero en 1932 nuestra obra cobró empuje debido a que algunos precursores alemanes, o proclamadores del Reino que trabajaban de tiempo completo, cruzaron la frontera hacia los Países Bajos y comenzaron a sembrar la semilla en abundancia. Les sirvieron de complemento los primeros precursores holandeses y otros trabajadores de aquellos tiempos. Por supuesto, la crisis económica de los años treinta hacía muy difícil ganarse la subsistencia. Algunos precursores sonrientes, al relatar alegremente sus experiencias como parte del programa de dedicación, dijeron que en aquellos días de privación a veces comían emparedados compuestos de solo ‘pan seco encima y pan seco debajo.’

Pero ciertamente Jehová bendijo aquellos esfuerzos sinceros. No se pudo detener el crecimiento. Cuando el ruido ensordecedor de la II Guerra Mundial se había desvanecido y la cruel opresión de los campos de concentración nazis había terminado, 2.184 testigos de Jehová emergieron. Con denuedo, marcharon adelante fielmente. Diez años después había más de 9.000 Testigos en esta parte del mundo, y 20 años después, en 1975, había 29.000 anunciando felizmente “estas buenas nuevas del reino.”—Mat. 24:14.

EXPANSIÓN EN LAS INSTALACIONES

La expansión en los edificios literales ha desempeñado un excelente y necesario papel en esta obra de edificación espiritual. El orador que presentó el discurso de dedicación, Lloyd Barry, miembro del Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová, señaló que este edificio se hallaba donde estaba debido a que Jehová había bendecido la obra de los edificadores y a los que habían colocado el cimiento espiritual en los Países Bajos. Se refirió a los fieles que habían comido “emparedados” de pan seco y señaló que este mismo espíritu de abnegación que existe entre los testigos de Jehová por todo el mundo ha tenido como resultado excelentes aumentos. No todos los que habían trabajado en la construcción eran profesionales, pero tenían un corazón dispuesto a efectuar la obra.—Sal. 110:3.

Si pudiéramos llevarle en un recorrido de nuestros edificios aquí en Amsterdam, quizás comenzaríamos en la nueva fábrica. En la amplia nueva extensión se pueden ver dos prensas para trabajos menores de imprenta y una pequeña linotipia. ¡Cómo nos alegró el enterarnos de que hay planes para instalar una rotativa para la impresión de revistas en esta nueva fábrica!

Nuestro recorrido nos lleva entonces a un gran sótano para almacenaje de literatura y otros artículos. El nuevo edificio anexo está colocado sobre 190 pilones hundidos profundamente en el subsuelo. El piso del sótano en realidad está a varios metros bajo el nivel del agua subterránea, y tiene precisamente el peso correcto para “flotar” a una altura constante. Es obvio que una construcción como ésta exigía mano de obra experimentada. En la sección del sótano del hogar original, que es una sección más pequeña, se ha instalado un cuarto frigorífico y una sección en la cual hay equipo moderno para preparar carnes. Un poco más arriba en el edificio se han añadido nuevos dormitorios en cada piso, de modo que ahora hay 37 de éstos, suficientes para alojar a la familia de Betel actual y otros miembros que puedan venir. Alfombras de pared a pared en las nuevas habitaciones, las oficinas y los pasillos hacen más deleitables los alrededores. ¡Qué agradable es vivir en tal hogar! Lo invitamos cordialmente a verlo usted mismo.

Con gran aprecio por las nuevas comodidades, y por el nuevo trabajo que vendrá, la familia de Betel de Amsterdam concuerda con el discursante que presentó la conferencia de dedicación, quien dijo: “Este edificio y su nuevo anexo son muestras de la bendición de Jehová y una indicación de que todavía hay que hacer más trabajo para gloria del nombre de Jehová.”

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