¿Quién puede vivir feliz y contento?
Muchas personas piensan que su búsqueda de una vida de satisfacción y contento terminaría bien si únicamente pudieran irse a una isla tropical lejana y segura. De seguro que allí podrían gozar de una vida tranquila tomando el sol, teniendo suficiente alimento y estando libres de preocupaciones.
En el libro Rascals in Paradise, James A. Michener y A. Grove Day relatan “un suceso imaginario en la historia reciente del Pacífico.” Esencialmente, el cuento dice que en los años treinta cierto australiano llego a la conclusión de que pronto habría una guerra de gran magnitud. Con el fin de evitar verse envuelto en aquel cataclismo, él comenzó a buscar metódicamente un lugar de refugio.
“Finalmente,” se nos relata, “por un proceso sumamente lógico y cuidadoso, decidió que el único refugio seguro en el cual protegerse de la locura mundial estaba en irse a alguna isla tropical. . . . cuidadosamente estudio el Pacífico y por fin redujo a una el número de islas de las cuales escoger, una que le ofrecía todas las ventajas: quedaba lejos, era segura y ofrecía buena vida . . . a fines del verano de 1939, una semana antes de que Alemania invadiera a Polonia, este australiano sabio huyó a su refugio insular específico en Oceanía. Se fue a la isla casi desconocida de Guadalcanal.” Pero, ¿logró vivir seguro y contento allí?
¡Lamentablemente para aquel refugiado, aun la isla remota de Guadalcanal se convirtió en escenario de intensas batallas en los años de 1942 y 1943! De hecho, durante gran parte de la II Guerra Mundial, esta isla fue todo menos un paraíso tropical para una vida despreocupada.
Todo eso ocurrió hace unas décadas. Pero, ¿qué hay del día actual? ¿Qué ve el observador cándido?
Huelgas, desfiles de protesta, niños que se van de la casa, jóvenes que dejan la escuela, el uso ilegal de drogas, hogares desintegrados y divorcios... todas estas cosas están haciéndose muy comunes. ¿A qué se debe esto? ¿Qué factor común tienen la mayoría de estos problemas? ¡El descontento!
Además, piense en la amenaza actual a la paz. Considere la posibilidad de destrucción total por poder nuclear. ¿Quién puede vivir feliz y contento en medio de tales circunstancias?
Hoy, como durante la II Guerra Mundial, no hay ninguna isla tropical remota y segura a la cual se pueda huir. Con el adelanto en el transporte aéreo, el sistema de comunicación —sí, y la contaminación de la atmósfera— ninguno de nosotros puede hallar un lugar que ahora ofrezca seguridad y tranquilidad completas. Pero, ¿significa esto que todos los hombres, las mujeres y los jóvenes están condenados a una vida de infelicidad e insatisfacción? No, por supuesto que no. Y nos daremos cuenta de que así es a medida que consideremos la importantísima pregunta: ¿Puede usted estar contento con su situación en la vida?