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  • ¿Ejecutará Dios a los inicuos? Habacuc contesta: ¡Sí!

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  • ¿Ejecutará Dios a los inicuos? Habacuc contesta: ¡Sí!
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1981
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1981
w81 15/12 págs. 26-30

¿Ejecutará Dios a los inicuos? Habacuc contesta: ¡Sí!

POR toda la Tierra, la gente se ha preguntado: ‘¿Ejecutará Dios alguna vez juicio sobre los inicuos?’ La profecía inspirada de Habacuc nos da plena seguridad de que Dios pronto actuará en contra de los inicuos alrededor del mundo. Entonces, y solo entonces, estará la Tierra “llena del conocer la gloria de Jehová como las aguas mismas cubren el mar.”—Hab. 2:14.

La breve profecía de Habacuc es, de hecho, una serie de tres juicios de ejecución dictados por el Dios del cielo y la Tierra. Dos de estos juicios ya se han cumplido; el tercero se cumplirá pronto. El que examinemos estos juicios nos dará confianza en la descripción que Habacuc hace de la venidera guerra global, el Armagedón, y en el resultado de ésta.

JUICIO CONTRA JUDÁ

Dondequiera que el profeta Habacuc miraba en la tierra de Judá, hallaba violencia, opresión, riña, contienda e injusticias. Esto le hizo exclamar: “¿Hasta cuándo, oh Jehová, tengo que clamar por auxilio, sin que tú oigas? ¿Hasta cuándo clamaré a ti por socorro contra la violencia, sin que tú salves?” (Hab. 1:1-4) Habacuc recibió una respuesta que parecía increíble. Incluso sobresaltó al profeta mismo. (Hab. 1:5) ¿En qué consistía el juicio de Jehová?

Jehová responde: “Estoy levantando a los caldeos, la nación amarga e impetuosa, que está yendo a los lugares amplios y abiertos de la tierra para tomar posesión de residencias que no le pertenecen. Espantosa e inspiradora de temor es.”—Hab. 1:6, 7.

Así que, los caldeos o babilonios serían el instrumento que Dios usaría para castigar a los israelitas infieles, y no había nada que pudiera impedir que los babilonios llevaran a cabo el decreto de Dios. Pues, ¡esta nación ‘capturaría todo lugar fortificado’! El reino de Judá, con su capital en Jerusalén, simplemente no podía esperar escape.—Hab. 1:10.

Conforme al mensaje que Jehová le transmitió a Habacuc, los caldeos efectivamente vinieron contra Jerusalén en la tierra de Judá. La Biblia nos dice que Nabucodonosor, el rey de Babilonia, “procedió a matar a espada a sus jóvenes en la casa del santuario de ellos, y no sintió compasión por joven ni virgen, viejo ni decrépito. . . . Además, a los que quedaron de la espada se les llevó cautivos a Babilonia.”—2 Cró. 36:17-20.

Jehová verdaderamente ejecutó juicio contra todos los inicuos de la tierra de Judá.

JUICIO CONTRA BABILONIA

Los babilonios actuaron según sus propios deseos y, aunque no lo sabían, sirvieron como el instrumento que Dios usó para ejecutar Su juicio justo contra un pueblo infiel. Pero ¿qué hay de Babilonia? A Habacuc se le había hecho difícil entender cómo Dios podía utilizar a los inicuos babilonios para ejecutar Su juicio. Además de no ser adoradores de Jehová, eran crueles y simplemente se empeñaban en conquistar naciones. Para ellos los hombres eran meramente ‘peces y cosas que se arrastran’ a quienes habían de capturar y sojuzgar.—Hab. 1:14-17.

En contestación a la objeción de Habacuc de que se utilizara a los caldeos, Dios hizo saber que, a causa de la codicia cruel y la culpa de derramamiento de sangre de los babilonios, éstos no quedarían sin castigo. Él declaró lo siguiente respecto a Babilonia: “Porque tú mismo despojaste con violencia a muchas naciones, todos los que queden de los pueblos te despojarán con violencia a ti, por el derramamiento de sangre de la humanidad y la violencia a la tierra.”—Hab. 2:8.

Además, los babilonios eran idólatras. Así que, por medio de Su profeta, Jehová dijo: “¿De qué provecho ha sido una imagen tallada, cuando el formador de ella la ha tallado, una estatua fundida, y un instructor de falsedad? ¿cuando el formador de su forma ha confiado en ella, hasta el grado de hacer dioses que nada valen y que no pueden hablar? ¡Ay del que le dice al pedazo de leña: ‘¡Oh, sí, despierta!’ a una piedra muda: ‘¡Oh, despierta!’”—Hab. 2:18, 19.

Llegaría pronto el tiempo para que Dios ejecutara Su juicio sobre los babilonios idólatras. Esto ocurrió en 539 a. de la E.C., cuando Babilonia cayó ante los medos y los persas.

Los juicios que se pronunciaron contra Judá y Babilonia parecieron increíbles, hasta espantosos a los que lo oyeron. Pero el mensaje profético que se pronunció mediante Habacuc se cumplió.—Hab. 2:2, 3.

La Biblia señala que pronto en la Tierra ocurrirán acontecimientos similares contra los inicuos.

MARCHA MUNDIAL DE DIOS CONTRA LOS INICUOS

Las Escrituras Griegas Cristianas citan de la profecía de Habacuc y sitúan su cumplimiento final en el futuro, en nuestra propia generación. (Heb. 10:36-39; Hab. 2:3, 4) Por eso estamos interesados en ella de manera especial. En el tercer capítulo de su profecía, Habacuc pide en oración que Dios haga entrar en vida Su triunfante actividad de antaño. (Hab. 3:1, 2) Habacuc entonces procede a describir la marcha de Dios contra todos Sus enemigos. Es una marcha mundial. ¡Qué variados serán los recursos que Dios usará para destruir a sus enemigos!

“Delante de él la peste seguía yendo,” dice el profeta, “y la fiebre ardiente salía a sus pies.” (Hab. 3:3-5) En el futuro cercano, cuando Jehová marche a la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Armagedón, él hará que muchos de sus enemigos mueran mediante un medio de ejecución silencioso y no violento... la peste. Entonces será peligroso, fatal, interponerse en el camino por donde Dios desfilará hacia la victoria. Pues, delante de sus pasos enviará la peste; tras sus talones quedarán víctimas que padecerán de una mortífera fiebre ardiente.—Rev. 16:14, 16.

La oración de Habacuc parecida a endecha continúa así: “Se detuvo, para sacudir la tierra. Vio, y entonces hizo que las naciones saltaran. Y las montañas eternas quedaron hechas pedazos; las colinas indefinidamente duraderas se inclinaron.”—Hab. 3:6.

El que Jehová tome su posición causa agitación en la tierra figurada que está ante él. Causa, por decirlo así, un terremoto en la organización terrestre del enemigo. Cuando se hace evidente el que en realidad es Jehová quien se ha acercado y está de pie ante ellos, la organización terrestre sufre una sacudida antes de caer en ruinas. Por fin las naciones se dan cuenta de que Dios el Todopoderoso las ‘ve.’ Están realmente sobresaltadas. Saltan, no de gozo, sino sacudidas en un estallido de agitación. Ninguna organización parecida a montaña obstruirá la marcha de Jehová hacia el triunfo. Se hará añicos a tales organizaciones. El irresistible empuje de Jehová sobrecoge de terror a los que oyen el informe de tal avance, puesto que éstos no se muestran amigables para con Jehová y su pueblo.

Para destruir a los inicuos, Jehová tiene otras clases de armas en su arsenal divino. Habacuc nos relata acerca de esto, al decir: “Una tronada de aguas pasó a través. La profundidad acuosa dio su sonido. En lo alto sus manos alzó. El sol —la luna— se pararon, en la morada elevada allá. Como luz tus propias flechas siguieron yendo. El relámpago de tu lanza sirvió para resplandor.”—Hab. 3:7-11.

El Creador tiene a su disposición inundaciones repentinas para sumergir a los enemigos. Las aguas de los cielos pueden caer copiosamente en una tronada. Además, se puede hacer que broten a chorros las aguas de lo profundo de la tierra, como si la profundidad estuviera alzando sus manos en alto para tomar parte en la destrucción de los inicuos.

Las armas bélicas sobrehumanas de Jehová aseguran que ningún enemigo escapará. Ninguno de los inicuos escapará. Truenos resonantes y destellantes relámpagos están a la disposición de Jehová. A causa del destello de los medios de muerte que Dios usará contra sus enemigos, la luz será tan intensa de día y de noche que el sol y la luna materiales creerán, por decirlo así, que no se les necesita para la iluminación. Será como si estuvieran estáticos, sin funcionar como portadores de luz, permitiendo más bien que los radiantes mísiles de Jehová desplieguen su poder iluminador. El arma de mayor poder de Jehová será enviada velozmente, como una lanza, por el aire e iluminará el campo de batalla. ¡Imagínese el efecto mental que tendrá sobre los enemigos de Jehová y su pueblo tal acción bélica!

SE SALVA A LOS VERDADEROS ADORADORES

El profeta continúa diciendo: “Con denunciación fuiste marchando por la tierra. En cólera fuiste trillando las naciones. Y saliste para la salvación de tu pueblo, para salvar a tu ungido. Destrozaste la cabeza de la casa del inicuo. Hubo un poner al descubierto el fundamento, hasta el mismo cuello.”—Hab. 3:12, 13.

El pueblo de Jehová puede tener confianza en que él acudirá a su rescate en la guerra de Armagedón. En ese tiempo. los adoradores de Jehová serán objeto de un ataque internacional efectuado por todas las naciones mundanas, todas las cuales a la sazón serán ateas. ¿A qué se debe que sean ateas? Se debe a que las naciones se habrán vuelto en contra de la religión falsa organizada y la habrán borrado de la superficie de la Tierra. Así, el ataque contra los verdaderos adoradores de Dios viene después de la sorpresiva destrucción de “Babilonia la Grande,” el imperio mundial de la religión falsa, que incluye a la cristiandad. (Rev. 17:1-5, 16-18) Las naciones irreligiosas que habrán efectuado esta destrucción concentrarán entonces sus esfuerzos en tratar de borrar de la Tierra la adoración pura del Dios vivo y verdadero, Jehová. En este momento se está preparando el escenario para esta destrucción de la religión falsa organizada. Algunas naciones, de hecho, ya han anunciado su propósito de promover el ateísmo.a

A fin de impedir que las naciones impías tengan éxito en su propósito inicuo, Jehová tendrá que salir para la salvación de su pueblo. Así, en “denunciación” de las naciones malintencionadas él marchará por la Tierra y en su cólera trillará las naciones, y las batirá bajo sus pies a igual que grano tendido en la era.

Esta acción de parte de Jehová salvará a su “pueblo.” El “pueblo” que estará bajo ataque en Armagedón es el resto de los discípulos de Jesucristo engendrados por espíritu. Ellos componen el “ungido” de Jehová en Armagedón. Junto al “ungido” de Jehová habrá una “grande muchedumbre” de compañeros de adoración que serán salvados en Armagedón.—Rev. 7:9-17.

En contraste dramático con la salvación del “ungido” y de la “grande muchedumbre,” habrá la desolación total de la “casa del inicuo.” Como una casa que se pone al descubierto y es destruida desde el techo hasta los cimientos, el inicuo sistema de cosas que se ha establecido bajo la influencia invisible de Satanás el Diablo será golpeado hasta quedar hecho añicos. La “cabeza” o liderato de esta “casa” internacional será triturada, rota en pedazos. Los que componen la parte menos importante de la estructura mundial no escaparán, ya que serán demolidos completamente hasta los cimientos. Ni siquiera se dejará cubierto el “fundamento” en el terreno para que sirva de base en la construcción de un nuevo edificio. Habrá desaparecido de la Tierra la “casa del inicuo.”

Allí, en el campo de batalla de Armagedón, se pondrá en confusión suicida a los enemigos del “ungido” de Jehová y de sus compañeros. En una visión profética de esta escena, el profeta Habacuc dice en su oración a Jehová como Guerrero:

“Con sus propias varas traspasaste la cabeza de sus guerreros cuando se movieron tempestuosamente para esparcirme. Su júbilo exaltado era como el de los que están determinados a devorar a un afligido en un escondrijo. A través del mar pisaste con tus caballos, a través del montón de vastas aguas.”—Hab. 3:14, 15.

Al hablar de la tentativa internacional de “esparcirme” con fuerza tempestuosa, Habacuc está hablando de sí mismo como representante del “ungido” de Jehová, Su pueblo que necesita ser salvado de sus atacantes. Como merodeadores en un escondrijo, que están a la espera de una víctima, naciones congregadas en completo orden de batalla en Armagedón se lanzarán con ímpetu sobre el “ungido” de Jehová y sobre la “grande muchedumbre” de compañeros de adoración para destruir a todos éstos tal como destruyeron a la religión falsa, “Babilonia la Grande.” En “júbilo exaltado,” el enemigo confía en eliminar a los adoradores de Jehová que parecen ser “un afligido.”

A Jehová no se le tomará por sorpresa de manera alguna. Él no conducirá a su “ungido” afligido y a sus leales compañeros a alguna emboscada del enemigo. Cuando las naciones enemigas de Dios ataquen tempestuosamente para esparcir a los que practican la religión verdadera, Dios volverá las armas contra las naciones atacantes mismas para que peleen las unas con las otras y contra sí mismas. Los enemigos de Jehová usarán sus propias varas militares para traspasar las cabezas de sus propios guerreros. Dios hará aun más: Él usará fuerzas sobrehumanas para llevar la destrucción de ellos hasta la consumación. Con los “caballos” de sus ejércitos celestiales bajo Jesucristo, él avanzará victoriosamente a través del “mar” y del “montón de vastas aguas” de sus embravecidos y rugientes enemigos. (Rev. 19:11-21) ¡De modo que su propio pueblo será testigo ocular de la sublime victoria de Jehová!

¡Habrán desaparecido entonces todos los inicuos! Y por toda la eternidad no habrá nadie que legítimamente ponga en tela de juicio lo justo de esta destrucción total de las hordas atacantes en contra de Jehová.

Las profecías de Habacuc nos dan razón para tener firme confianza en que Dios pronto ejecutará juicio sobre los inicuos. No hay nada que pueda impedirlo. Ya que este es el caso, ¿se pondrá usted de parte del Dios verdadero ahora, mientras todavía hay tiempo? Jehová, el Gran Guerrero, saldrá vencedor de la batalla contra los inicuos. ¡Ahora es el tiempo de tomar acción para que usted pueda estar en el lado victorioso!

[Nota a pie de página]

a La revista National Geographic de octubre de 1980 dice: “Otros países comunistas refrenan la religión; Albania la prohíbe, y en 1967 se proclamó a sí misma ‘el primer estado ateo del mundo.’ Todas las 2.169 mezquitas, iglesias, monasterios y otros ‘centros de oscurantismo y misticismo’ han sido cerrados, demolidos o transformados en centros recreativos, clínicas, almacenes o establos. . . . La nueva generación de Albania solo conoce el ateísmo.”

También, la revista Time del 17 de noviembre de 1980 dijo lo siguiente sobre Cambodia, que ahora se conoce como Kampuchea: “Los Khmer rojos [camboyanos de extrema izquierda], comenzaron una destrucción metódica de todo vestigio de religión. Hubo una matanza de los ministros cristianos y destrucción de las mezquitas musulmanas. No obstante, los mayores agravios se reservaron para los budistas, que constituían el 90 por ciento de la población de Kampuchea. Insurgentes recién salidos de la selva saquearon los 2.800 templos del país. Oum Soum, de 62 años de edad, director adjunto del Instituto Budista de Panom-Penh, recuerda que ‘arrojaron los budas en los ríos o los utilizaron como leña. Los wats [templos] que no fueron destruidos fueron convertidos en almacenes de fertilizantes.’ Se acusó a los bancos [monjes] de ‘parásitos.’ A los afortunados se les hizo salir de sus templos para que trabajaran los campos. Asesinaron a 50.000 de los 80.000 monjes camboyanos que había.”—P. 90.

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