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  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
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  • Progresa la predicación de las “buenas nuevas”
  • La página impresa ayuda a efectuar la obra
  • Muchos jóvenes participan
  • La industriosidad da resultados
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1982
w82 1/5 págs. 28-31

El bullicioso Hong Kong ve expandirse la predicación del Reino

HONG KONG, “el hermoso puerto,” es verdaderamente una vista hermosa, pero también es un lugar bullicioso y activo. Desde el elevado Victoria Peak, azotado por los vientos, se domina Hong Kong. De aquí podemos contemplar el exclusivo barrio residencial en las faldas del monte. Más allá se ve edificios de apartamentos de muchos pisos, la atestada área comercial y, al otro lado del puerto, edificios elevados y otros edificios de Kowloon. El puerto es una colmena de actividad que cada día recibe más de 50 barcos procedentes de puertos alrededor del mundo. Durante cualquier día del año, se pueden ver juncos y sampanes lado a lado de modernos transatlánticos y transbordadores veloces que surcan el puerto.

Este barullo de actividad en el puerto se repite en tierra firme. Esto es característico de Hong Kong. No solo su población ha aumentado vertiginosamente de 23.000 a más de cinco millones de habitantes en los últimos 140 años, sino que, en los pasados 20 años, la expansión en la industria y en la construcción ha sido nada menos que fenomenal.

Se nota la expansión en viviendas por las urbanizaciones y edificios de pisos que siguen apareciendo. Trenes modernos con aire acondicionado, complementados por taxis, tranvías, autobuses de dos pisos y transbordadores que cruzan el puerto, proporcionan algunos de los medios de tranportación pública mayores y más baratos del mundo. Hay en la ciudad y sus habitantes un aire de confianza, prosperidad e industriosidad.

Progresa la predicación de las “buenas nuevas”

Donde hay gente, tienen que predicarse las buenas nuevas del reino de Jehová. (Marcos 13:10) Testigos de Jehová que visitaron el lugar antes de 1949 efectuaron alguna predicación aquí. Entonces, dos misioneros de la clase once de la Escuela Bíblica de Galaad de la Sociedad Watchtower, William Carnie y Roy Spencer, llegaron a Hong Kong. Pero, ¿qué podían hacer dos personas en medio de esta bulliciosa gran ciudad que tenía una gran cantidad de casas de vecindad de cuatro o cinco pisos? Simplemente comenzaron la obra de casa en casa, y subían, una tras otra, escaleras oscuras y estrechas en busca de los que estaban interesados en el reino de Dios. Al principio, los misioneros solo pudieron testificar a los que hablaban inglés. Pero gradualmente aprendieron el cantonés y entonces pudieron hablar a cuantos se encontraban.

Algunas personas aquí y allá mostraron interés y comenzaron a estudiar la Biblia. Algunos de estos llegaron a ser testigos de Jehová y se unieron a los dos misioneros en la obra de predicar. Al ir aumentando la cantidad de los que se iniciaban en la predicación de las buenas nuevas, se hizo necesario dedicar tiempo y atención a edificar la fe de ellos en Jehová y a que desarrollasen aprecio por El y el funcionamiento de su organización. Se beneficiaron del nombramiento de ancianos para edificar las congregaciones.

Para agosto de 1973, la cantidad de publicadores que participaban en la obra de predicar había aumentado a 278. Estos habían esperado con gran anhelo que se celebrara en Hong Kong la Asamblea Internacional “Victoria Divina” que estaba programada para aquel año. El que cinco miembros del Cuerpo Gobernante estuvieran presentes en esta asamblea intensificó el aprecio de los hermanos por la organización mundial de los testigos de Jehová. Al dar comienzo la asamblea, hubo una asistencia de 462 personas. Aquello era prueba de que ahora la obra podía avanzar a un paso más rápido.

La página impresa ayuda a efectuar la obra

Aunque son pocos si se comparan con la población de Hong Kong, los testigos de Jehová no se han desanimado. Han apreciado profundamente la ayuda de las publicaciones impresas, especialmente el libro La verdad que lleva a vida eterna y las revistas La Atalaya y ¡Despertad!

Se puede ver un ejemplo del efecto de las publicaciones impresas en la experiencia que tuvo una Testigo al encontrarse a la puerta a un joven que estaba preparándose para salir. El no tenía tiempo para escucharla y fue bastante brusco, pero la Testigo le presentó las dos revistas de manera amigable. El joven se volvió a su madre de edad avanzada y le dijo: “Dale la contribución.” Cuando la Testigo le dio las dos revistas, él dijo bruscamente: “Solo póngalas sobre la mesa.” El no las leyó, pero sus dos amigos, que vinieron poco después, vieron las revistas y le preguntaron dónde las había obtenido. “Llévenselas y léanlas si quieren,” dijo él. “Yo no tengo tiempo.” Eso fue justamente lo que hicieron los dos jóvenes y después se suscribieron a ambas revistas.

En otra ocasión, un misionero animó a un joven estudiante, que estaba muy ocupado para considerar la Biblia, a suscribirse a la revista ¡Despertad! El lo hizo y durante el año leyó algún artículo de vez en cuando. Se hizo más receptivo al mensaje del Reino y renovó la suscripción a la revista. Con el tiempo comenzó a asistir a las reuniones cristianas en el Salón del Reino. Hoy día este joven y dos de sus hermanas participan activamente en la obra de predicar.

Muchos jóvenes participan

Es notable que la mayoría de los que participan en la predicación del Reino en Hong Kong son adolescentes o adultos jóvenes. Algunos son hijos de Testigos chinos dedicados, mientras que muchos otros se han dedicado a la verdad en su juventud.

En general, la juventud de hoy está menos atada a la tradición que sus padres. Por la influencia de la televisión y los periódicos, los jóvenes están más conscientes de las dificultades del mundo y las presiones de la vida. Ellos mismos han experimentado en su vida estas cosas. Aunque pueden disfrutar de un mejor nivel de vida del que disfrutaron sus padres en su juventud, a menudo los jóvenes pueden darse cuenta de que los esfuerzos humanos están destinados al fracaso.

Cuando aprenden que el reino de Dios es la única esperanza para la humanidad se dedican sinceramente a la verdad. Toman muy en serio el estudio personal, el asistir a las reuniones de congregación, el participar en la obra de predicar y también sus oraciones. Esto los ayuda a progresar rápidamente en sentido espiritual. De ese modo se fortalecen para resistir las presiones materialistas del mundo actual y mantener un grado recomendable de celo en el servicio de Jehová.—1 Juan 2:15-17.

La industriosidad da resultados

La industriosidad que caracteriza a la gente de Hong Kong también caracteriza a los testigos de Jehová allí. Están obteniendo excelentes resultados y siguen progresando. Se coloca mucha literatura. Por ejemplo, en junio de 1981, el máximo de publicadores hasta entonces, 895 publicadores del Reino, colocaron más de 34.000 revistas y condujeron 1.391 estudios bíblicos.

No se obtuvieron tales resultados por el hecho de que los residentes de Hong Kong sean más receptivos que las personas de otros lugares. En parte, hay que mencionar que los resultados son reflejo del celo que despliegan los publicadores. Aunque muchos Testigos trabajan largas horas en fábricas, aun así los más de 800 de ellos dedican un promedio de más de 15 horas al mes en ayudar a otros a aprender las verdades de la Biblia. Alrededor del 10 por ciento de éstos se dedican a la obra de predicar de tiempo completo durante todo el año, y más de la mitad del resto de los publicadores sirven como precursores auxiliares una o más veces al año. Es este celo, más su presteza a valerse de toda oportunidad de predicar a otros, lo que da resultados.

Por ejemplo, en un barrio muy exclusivo llamado “The Peak” es muy difícil encontrar las personas cuando se va de casa en casa. Dos testigos de Jehová notaron que, temprano en la mañana, la gente paseaba a lo largo de las carreteras y senderos bordeados de árboles; así que ellos también decidieron dar paseos por este sector los domingos a las siete de la mañana. Al ir paseando hablaban con la gente. Muchas de estas personas escuchaban y aceptaban las revistas. En un mes dos publicadores colocaron 300 revistas de este modo. Por lo tanto, ya se ha podido llegar a la gente que vive en este barrio exclusivo.

Otro ejemplo es el de una congregación de 60 publicadores del Reino que planearon ir en transbordador a un poblado remoto con el fin de predicar a las personas allí. En ocasiones anteriores todos los Testigos se habían sentado juntos en una sección del transbordador y habían disfrutado de camaradería cristiana. En esta ocasión, sin embargo, decidieron que hablarían de las buenas nuevas del Reino a cada pasajero que se hallara en el transbordador y le ofrecerían las revistas. Así, al abordar el transbordador en el embarcadero, más de 50 publicadores se esparcieron entre los pasajeros, cada uno leyendo una revista. No pasó mucho tiempo antes de que se iniciaran conversaciones y se colocaran revistas. Como dijo un Testigo: “El reino de Jehová fue de lo que más se habló en el transbordador aquella mañana y muchas personas llevaron consigo a sus hogares literatura bíblica.”

En Hong Kong se conduce más de un estudio bíblico por cada persona que predica el mensaje del Reino. No se ha alcanzado esta excelente cantidad de estudios bíblicos porque el comenzarlos sea fácil. De hecho, es muy difícil comenzar uno y es aún más difícil continuar conduciéndolo sobre una base regular. Pero los Testigos de Hong Kong aceptan esto como un desafío. Una de las razones por las que muchos muestran interés en servir como precursores auxiliares es a fin de poder conseguir un estudio bíblico.

Un ama de casa y madre de cuatro hijos había aprendido a leer y a escribir cuando adquirió conocimiento de la verdad. Se sentía desilusionada porque no estaba conduciendo un estudio bíblico. Pero se le animó a participar en el servicio de precursora auxiliar y a dedicar 60 horas al mes en este ministerio, ya que de este modo distribuiría más literatura a la gente, tendría más oportunidades para volver a visitar a los que mostraran interés en la Biblia y mayores posibilidades de iniciar un estudio. Con entusiasmo participó de este servicio y desde entonces conduce dos estudios bíblicos de casa.

Durante el año de servicio de 1980 solamente, hubo un promedio de 90 publicadores participando en la obra de precursor auxiliar cada mes. Durante los primeros seis meses del año de servicio de 1981, un promedio de 92 publicadores han participado en este rasgo del servicio cada mes. Así que se puede apreciar que el que haya muchos estudios bíblicos en Hong Kong es el resultado directo del celo y la industriosidad que despliegan los Testigos.

Los Testigos de Hong Kong están muy inclinados a las cosas espirituales y reconocen plenamente que aunque quizás ellos han mostrado celo en la obra de plantar y regar, es Jehová “que lo hace crecer.” (1 Corintios 3:6, 7) Este crecimiento se ve también en el hecho de que gran parte de la obra que se ha efectuado aquí ahora, la llevan a cabo Testigos chinos locales. Tienen un excelente espíritu y aprecian profundamente el privilegio de servir a Jehová en este campo. Además, son muy sinceros y genuinamente quieren hacer lo que es correcto. Es digno de notar que en los 30 años de historia de la obra de predicar el Reino en Hong Kong solo 15 personas han sido expulsadas.

Como en todas partes del mundo, los testigos de Jehová en Hong Kong también se encaran a las crecientes ansiedades y presiones. Pero muestran una actitud positiva y optimista en la obra de proclamar las “buenas nuevas,” y confían que, con la bendición de Jehová, la obra continuará progresando.—1 Corintios 15:58; 16:13, 14.

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