Cómo ser precursor... experiencias prácticas
“¿QUÉ impide que yo ...?” fue parte de una pregunta que referente al bautismo hizo un etíope a Felipe el evangelizador.—Hechos 8:36.
Pero nosotros podríamos hacer una pregunta importante parecida a ésta que tiene que ver con muchos cristianos hoy. Tal vez usted mismo ya haya considerado la pregunta. Es la siguiente: ’¿Qué impide que yo’ sea precursor?
En el caso suyo, el sentido de la pregunta tal vez sea: ‘¿Qué me impide emprender el servicio de precursor?’ O, tal vez le parezca que el verdadero asunto en cuestión es: ‘¿Cómo podría yo seguir sirviendo de precursor?’ Sea cual sea el caso, unas cuantas experiencias de la vida real de algunos cristianos pueden sernos útiles. Escuchemos, pues, los comentarios de unos cuantos precursores felices que han tenido éxito.
Se hacen ajustes... el tiempo y dinero
Para llegar a ser precursor y seguir sirviendo como tal uno tiene que sentirse impulsado por el amor a Dios y el deseo de servirle con todo el corazón, toda el alma, toda la mente y todas las fuerzas. (Mateo 22:37-39) Uno tiene que estar profundamente consciente de la importancia de esparcir el mensaje de advertencia de Dios hoy y de ayudar a las personas a ponerse en el camino de la vida mientras aún hay tiempo. Además uno ciertamente necesita el espíritu santo de Dios y Su bendición. No obstante, quizás haya ciertas cosas que le preocupen, tales como el no saber qué hacer para tener suficiente tiempo y dinero. Muchos han tenido que ajustar su vida y horario a fin de hacer tiempo para el servicio de precursor. Al respecto, tal vez tenga que hacer ajustes en su empleo de modo que pueda seguir manteniéndose mientras sirve de precursor. ¿Es posible hacerlo?
Cierto matrimonio de Pomona, California (E.U.A.), se enfrentó a tal pregunta. El esposo explica que él no había estado tomando la verdad a pecho y que “estaba extremadamente envuelto en la música del tipo que se llama ‘hard rock’ y en el beber algo excesivamente.” Pero un discurso que se pronunció en una asamblea de circuito en 1979 lo impulsó a preguntarse en serio: ‘¿Refleja mi vida un verdadero deseo de que el presente sistema inmundo de cosas sea reemplazado por otro sistema?’ Después que él y su esposa hablaron sobre el asunto, se dieron cuenta de que había varios aspectos de su vida en los que no habían estado poniendo en práctica el consejo divino, de modo que decidieron ajustar su modo de vivir y esforzarse por llegar a ser precursores. El escribe lo siguiente: “Ustedes no podrían creer cuántos ajustes tuvimos que hacer. Vendimos nuestra casa y nos mudamos a una casa remolque. Descontinuamos el entretenimiento nocturno en el que derrochábamos el dinero. Vendí mi negocio, que me había estado rindiendo una entrada bruta de más de $2.000 al mes, y conseguí un empleo en el que se me permitía trabajar sólo dos días por semana.” Ahora que los dos han estado sirviendo de precursores por casi dos años, él dice: “Me siento como si se nos hubiera quitado de los hombros un tremendo peso; como si se nos hubiera librado de un lazo en el que habíamos estado atrapados.”
Un hermano ciego de 56 años de edad, de Yucatán, México, tiene esposa e hijos que mantener. ¿Cómo se gana él la vida? Eleuterio Pinto se levanta a las 5 de la mañana para preparar cocos. Corta la cáscara con un machete y, con un punzón, hace un agujero en el coco para que los clientes puedan beber la refrescante agua que éste contiene. El hermano Pinto vende su mercancía desde las 8 de la mañana hasta después del almuerzo y entonces participa en el ministerio de precursor, del cual ha estado disfrutando por cinco años.
V. Standley de Sudáfrica había pensado cursar estudios universitarios a fin de emprender una carrera agrícola. Pero, después de llegar a ser Testigo, sirvió por años en el taller de imprenta de la Watch Tower y luego él y su esposa se hicieron precursores especiales. Entonces su esposa quedó encinta y esto exigió que hicieran ajustes. Consiguieron un apartamento económico y el hermano Standley obtuvo empleo a media jornada en una compañía de mantenimiento de oficinas. Los Standley se mudaron recientemente a una zona en la que se necesitaban precursores y él pudo abrir una nueva sucursal de la misma compañía, trabajando aún a media jornada. El informa: “Hoy tenemos un hogar muy agradable, satisfacemos adecuadamente nuestras necesidades materiales y seguimos teniendo el privilegio de servir de tiempo completo. He probado vez tras vez la veracidad de las palabras de David acerca del ser joven y envejecer y nunca ver a ‘nadie justo dejado enteramente.’”—Salmo 37:25.
¿Sería un tiempo ideal emprender la obra de precursor al jubilarse? Lo ha sido para muchas personas. Pero aun en este caso puede ser necesario hacer ajustes y un esfuerzo especial. Por ejemplo, el hermano Balmaceda se jubiló de un empleo que tenía en el gobierno de las islas Filipinas y anhelaba ser precursor. Pero, ¿cómo podía satisfacer sus necesidades financieras? El halló que el criar cerdos le daba buenos resultados, pues le proporcionaba una entrada y no obstante le permitía tener bastante tiempo libre. Este precursor de 70 años de edad dice que se ‘siente más cerca de Dios que nunca antes,’ y ha visto a tres miembros de su familia emprender este servicio privilegiado gracias al estímulo que les proporcionó el espíritu de precursor que él ha manifestado.
Tal vez sea necesario hacer ajustes aun si usted es oficial de una compañía y gana ‘buen dinero.’ Tal fue el caso de Shozo Mima, presidente de una próspera empresa japonesa que transportaba productos agrícolas por camión. Puesto que tenía el espíritu de precursor, el hermano Mima emprendió dicho servicio mientras todavía era presidente de la compañía. Pero, le empezó a “parecer que como presidente de una compañía y precursor él estaba siendo esclavo tanto de las riquezas como de Jehová.” (Mateo 6:24) Por eso, él gradualmente pasó su trabajo a otros y halló empleo que no requería tanto tiempo y atención. Con lo que ganaba y lo que había ahorrado pudo mantener a su familia y servir de precursor. Sí, le parecía que debía aplicarse, no a hacer que prosperara una compañía, sino a servir a Jehová a mayor grado.
Cooperación de parte de la familia
Tal vez le parezca a usted que el hacerse precursor o el permanecer en dicho servicio simplemente es una empresa demasiado grande para que usted la desempeñe a solas. Bueno, entonces, puede ser que con la cooperación de su familia, incluso de sus hijos, usted logre tener éxito. Muchas experiencias demuestran que el que una familia en conjunto se esfuerce por ayudar a un miembro, o más, a desempeñar el servicio de precursor resulta en éxito y en mucha felicidad dentro del círculo familiar también.
El hermano Kozo Sato del Japón está casado y tiene dos hijos en la escuela secundaria. Habló con su familia en cuanto al deseo intenso que él tenía de poner un buen ejemplo como anciano. ¿A qué decisión llegaron? El renunció al empleo que tenía con una compañía que exigía que trabajara ocho horas al día. Entonces empezó su propio negocio. ¿En qué consiste éste? Cuatro días a la semana él dedica unas cuantas horas a colectar periódicos, revistas y otros papeles usados para venderlos a compañías que vuelven a usarlos. Además, cada mañana los cuatro miembros de la familia dedican una hora más o menos a la tarea de entregar periódicos. Esto y el disminuir los gastos hacen posible que el hermano Sato sirva de precursor regular, y sus dos hijos también tienen este servicio como meta.
En el mismo país la hermana Toshiko Zenko era viuda y tenía que mantener a tres hijos que aún estaban creciendo. Consiguió algún dinero por un pequeño terreno que vendió, lo cual era suficiente para pagar el alquiler. Para pagar por el alimento y cubrir otros gastos, ella trabaja dos días a la semana y todavía puede servir de precursora. Tal vez usted se pregunte: ‘¿Qué tiene que ver esto con la cooperación dentro del círculo familiar?’ Ella explica que sus dos hijos “cooperan mucho en hacer las compras y los quehaceres de la casa, y hasta saben cambiar la mecha de la estufa de queroseno y las arandelas de los grifos.” Su hija ayuda también con las tareas de la cocina y la limpieza. La hija desempeñaba algunos trabajos a media jornada después de las horas de escuela, pero ahora que se ha graduado, ha empezado a servir de precursora, y alterna sus días de trabajo con los de su madre. De hecho, los cuatro miembros de la familia piensan servir juntos de precursores dentro de poco.
Sí, si usted tiene familia, sin duda será necesario que todos cooperen con usted y le den apoyo para que pueda servir de precursor o precursora. Pero, ¡qué gozo y satisfacción puede proporcionar dicho servicio! Además, como resultado adicional, puede que llegue a haber más ministros precursores.
Claro, las circunstancias de usted son diferentes a las de otra persona. No obstante, si el amor y la devoción lo impulsan a usted a querer servir de precursor, tal vez sea posible alcanzar esta meta aunque haya que vencer obstáculos. Hable con otros cristianos al respecto, particularmente con los que tienen o han tenido éxito en el servicio de precursor. Ellos tal vez tengan otras sugerencias prácticas en cuanto a cómo usted pudiera servir de precursor.