‘Dios lo hace crecer’ en el Canadá
¡QUÉ gozo experimentan los participantes en un proyecto al ver el desarrollo físico, saludable y floreciente de éste! Pregunte a cualquier granjero. Pregunte a cualquier padre. El ambiente que resulta es uno que alegra y anima a todos. Esto es cierto también en lo que tiene que ver con el desarrollo espiritual.
Considere lo que sucedió en los días de la congregación cristiana del primer siglo. ¡El mismísimo primer día de su existencia ésta aumentó hasta componerse de 3.000 discípulos gozosos! ¿Cómo se produjo el aumento? El registro inspirado dice que “Jehová continuó uniendo diariamente a ellos los que se iban salvando.” ¡El “Dios feliz” hizo que creciera!—Hechos 2:41-47; 1 Timoteo 1:11.
El que ‘los discípulos siguieran multiplicándose muchísimo en Jerusalén’ no era simplemente un repentino desarrollo inicial que pronto había de marchitarse y morir, como puede verse de los resultados que obtuvo el apóstol Pablo en la obra de hacer discípulos entre las naciones gentiles unos 15 años más tarde. En aquel entonces, también, “las congregaciones continuaron haciéndose firmes en la fe y aumentando en número de día en día.” ¿Qué efecto produjo esta expansión continua? Produjo “gran gozo a todos los hermanos.” Las diversas congregaciones “se regocijaron por el estímulo” al recibir las noticias respecto al decreto apostólico de que se recibiera a aquellos gentiles como cristianos.—Hechos 6:7; 16:5; 15:3, 31.
No obstante, aunque se utilizó a siervos humanos para llevar las buenas nuevas a otras personas, los cristianos primitivos maduros sabían que ningún ser humano merece el crédito por lo que resulta de dicha obra. Humildemente reconocían que Dios estaba produciendo el aumento. Como lo explicó Pablo: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer.”—1 Corintios 3:5-8; vea también la Versión Moderna.
Aumento en el campo canadiense
Hoy día hay en el Canadá cristianos humildes y productivos que tienen el mismo parecer. Los testigos de Jehová han estado ocupados en la obra de sembrar la “palabra del reino” en sus respectivas partes del campo mundial, y su labor ha rendido buen fruto. (Mateo 13:18-23, 36-43) De los pequeños plantíos que había en 1880, la cantidad de predicadores del Reino y hacedores de discípulos ha estado aumentando constantemente. Para 1956 había 28.540 de ellos en 740 congregaciones. En ese año se habían dedicado las nuevas instalaciones de la sucursal. Estas se hallaban en edificios que estaban diseñados para adaptarse a la expansión que Jehová estaba haciendo posible. Se instaló una prensa de revistas en 1958 para satisfacer la creciente demanda de las revistas La Atalaya y ¡Despertad! El año anterior la cantidad de revistas distribuidas había aumentado vertiginosamente a más de 3.000.000 de ejemplares.
Cuando el número de publicadores del Reino aumentó a más de 60.000 en 1975 y se pusieron en manos de la gente más de 8.700.000 revistas, se hizo patente que otra vez se necesitarían instalaciones más grandes. Jehová ciertamente estaba haciendo que hubiera un aumento y 979 congregaciones se regocijaban por el estímulo que esto les proporcionaba. Es de notar que los testigos de Jehová no construyen edificios para promover el crecimiento. Más bien, el crecimiento que Dios hace posible y el hecho de que haya tantos nuevos discípulos exigen que se amplíen las instalaciones a fin de atender debidamente la obra de predicar acerca del Reino.
Se puede ver lo sincero que es el gozo de estos cristianos del día moderno por su manera de responder a las noticias de que la Sociedad Watch Tower había adquirido terreno un poco más allá de Georgetown, Ontario, y que se estaba preparando para construir los nuevos edificios de la sucursal allí.
Se amplían las instalaciones de la sucursal
La obra de construcción comenzó a fines de 1978 cuando se efectuó el trabajo necesario para preparar el solar. Se había decidido que aunque las firmas comerciales tendrían que entenderse con el trabajo que envolvía el uso de acero pesado y hormigón, a nuestros hermanos cristianos se les daría la oportunidad de ofrecer su tiempo y habilidades como voluntarios en cualquier aspecto que pudieran. ¡Y sí se ofrecieron de voluntarios! Más de 600 de ellos llegaron de todas partes del país para ocuparse de la instalación de cañerías, la calefacción, las instalaciones eléctricas y otras necesidades. Algunos vinieron para quedarse unas semanas, otros por unos meses, y otros permanecieron por dos años. Hubo tantos como 200 voluntarios trabajando a la misma vez.
En ciertos casos vinieron familias enteras. Un contratista de instalaciones eléctricas del este de Canadá cerró su negocio lucrativo, se mudó con su familia a una casa que quedaba cerca del solar y llegó a ser supervisor del trabajo de instalaciones eléctricas del proyecto de construcción. ¿Les pareció a él y a su familia que la mudanza había trastornado indebidamente su vida? El padre dijo: “Bueno, en realidad no ha requerido tanto sacrificio como algunos tal vez crean. Más bien, me parece que nosotros somos los que nos hemos beneficiado. Creo que todos hemos crecido en sentido espiritual y el espíritu de cooperación dentro del círculo familiar es extraordinario ahora. Por mi parte, no tengo más que buenos recuerdos del trabajo que he hecho en este proyecto y nunca los olvidaremos.”
Cuando se resolvió el problema del material para techar que sería mejor usar en los edificios nuevos, entonces surgió un nuevo problema... encontrar a un testigo de Jehová que estuviera familiarizado con este método de construir techos, el cual era relativamente nuevo en el Canadá. La mañana después de haber tomado la decisión en cuanto al techo, el comité de construcción recibió una llamada telefónica de larga distancia de un Testigo del oeste de Canadá. Él era techador y ofreció sus servicios. ¿Cuál era su especialidad? ¡Se especializaba exactamente en la clase de techos que necesitábamos!
Luego, cuando a este Testigo se le preguntó si su familia había sacrificado mucho para venir a participar en el trabajo de construir el techado, él respondió: “Apenas se puede explicar con palabras lo gozosa que se ha sentido mi familia y lo mucho que se ha beneficiado. Esta experiencia ha aumentado nuestra espiritualidad. Ha hecho que nuestra familia se sienta inclinada a servir de precursores.” Él y su esposa han estado sirviendo de precursores (predicadores del Reino de tiempo completo) desde que se completó el proyecto.
Este espíritu edificante que impulsó a algunos a adoptar una actitud sana para con el servicio de tiempo completo no se limitó a padres de familia que tenían profesiones. También lo experimentaron centenares de jóvenes, entre quienes había algunas muchachas, que se ofrecieron de voluntarios. Algunos de estos jóvenes llegaron a edad adulta durante su estadía en el lugar de construcción, y cuando llegó el tiempo de partir se habían convertido en artesanos diestros. El vigor, entusiasmo y espíritu cooperativo de los jóvenes dieron ánimo a las personas de más edad. Los obreros que no eran Testigos quedaron muy impresionados con el comportamiento y los hábitos de trabajo de los jóvenes. Ahora algunos de éstos son precursores, algunos han llegado a ser miembros de la familia de Betel y otros han ido a otros países para prestar su ayuda en el trabajo de expansión de otras sucursales.
Pero, ¿qué hay de las personas cuyas circunstancias no les permitieron participar en la obra misma de construcción? Su entusiasmo por el aumento que Jehová proporciona se vio en el apoyo que prestaron de todo corazón de otras maneras. Algunos tomaron tareas y responsabilidades adicionales en sus respectivas congregaciones para dejar libres a los que podían participar en la obra de construcción. Otra prueba excelente fue las donaciones y los préstamos que los testigos de Jehová mismos hicieron para ayudar a sufragar el costo de la construcción. Con este dinero, junto con las contribuciones que ya estaban disponibles en la sucursal, pudieron pagarse los gastos de todo el proyecto, que costaba millones de dólares, sin que fuera necesario obtener fondos de bancos ni de instituciones de préstamos. ¡Esta ciertamente fue una muestra de convicción y confianza!
Este espíritu excelente permitió que se completara el proyecto a tiempo. El espíritu de Jehová también se manifestó en el hecho de que el traslado de equipo y personal a las nuevas instalaciones en junio de 1981 se efectuó casi sin ningún problema. Ahora se podía dar atención a los preparativos para la dedicación de las nuevas instalaciones que había de realizarse en octubre de 1981.
Dedicación feliz del nuevo complejo
El sábado, 10 de octubre de 1981, amaneció brillante y despejado, lo cual era como una promesa de que sería un hermoso día para dedicar a Jehová Dios las nuevas instalaciones para los propósitos que él indicara. Aquel bello amanecer cumplió su promesa... con el colorido de otoño, el día entero sirvió de escenario ideal para presentar el programa y recorrer los edificios.
Pronto empezaron a llegar los invitados. Puesto que era imposible que todos los testigos de Jehová del país asistieran, el comité de la sucursal había decidido que cierta cantidad de los que habían estado asociados con la organización por largo tiempo —precursores, ex precursores y otros— debían formar un grupo representativo de Testigos procedentes de todas partes del país. Esto significaba que muchos de los invitados se habían conocido unos a otros cuando la cantidad total de Testigos era pequeña, pues, algunos habían servido juntos de precursores en Quebec y otras regiones, donde iniciaron la obra de predicar hace años.
Bueno pues, el lector puede imaginarse el espíritu de gozo y entusiasmo que hubo entre esos veteranos cuando se vieron, ¡algunos de ellos por primera vez en 20 ó 30 años! Hubo saludos de deleite, calurosos abrazos y lágrimas de gozo por todas partes. El ver que otros de edad avanzada seguían sirviendo lealmente y el darse cuenta de que el trabajo que éstos desempeñaron hace años había hecho necesario que se construyeran estos edificios sirvió de gran estímulo espiritual para todos. ¡Algunos estaban tan absortos en conversaciones tan amenas que luego dijeron que habían olvidado recorrer el complejo! No obstante, han descrito ésta como la experiencia más sobresaliente de su carrera cristiana, casi como entrar en el justo nuevo orden. Alguien dijo: “¡Fue como si el Armagedón ya hubiese pasado y ésta hubiese sido la resurrección de todos estos fieles!” Todos estaban rebosando de gozo.
Esto preparó convenientemente el escenario para el programa de dedicación, que se celebró por la tarde y la noche. Apropiadamente, parte del programa tuvo que ver con la historia de la obra en el Canadá, y se habló favorablemente sobre las personas que se han mantenido firmes en la fe y que fueron las raíces de los primeros plantíos. Mediante diapositivas se mostró cómo años atrás algunos de éstos desplegaron denuedo al tomar la delantera en la proclamación del Reino. En otra porción del programa se presentaron entrevistas, entre ellas la de una precursora de 95 años de edad, ¡quien ha estado en la lista de precursores desde 1914! Cuando se le preguntó si ella estaba decepcionada de que Dios aún no hubiera terminado con todo el presente sistema de cosas, ella contestó con convicción: “¡No! ¡El tiempo debido de Él es el tiempo debido para mí!” Cuando se le preguntó a otro veterano qué era lo que lo animaba a seguir adelante, su respuesta fue: “¡El aprecio y la gratitud!” ¡Cuánta realidad encierra esto, y qué buen recordatorio para todos nosotros!
Tres miembros del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, Leo Greenlees, Karl Klein y Grant Suiter participaron en el programa. Grant Suiter pronunció el discurso de dedicación intitulado: “Jehová, yo te alabaré,” y dio una buena explicación del propósito de las nuevas y ampliadas instalaciones de la sucursal. Entonces, en oración, el conferenciante las dedicó al servicio y alabanza de Jehová. Los que estuvieron presentes en el Salón del Reino de la sucursal y los miles de personas que escucharon por medio de líneas telefónicas en varias localidades comprendieron exactamente por qué se habían construido estos edificios. Aún quedaba trabajo que hacer en la obra de predicar las buenas nuevas del Reino y hacer discípulos.—Mateo 24:14; 28:19, 20.
Perspectivas animadoras
Los visitantes pueden ver prueba tangible de que Jehová ha hecho prosperar la obra de predicar las “buenas nuevas” y que las instalaciones de esta sucursal figuran entre muchas que se han diseñado con relación al trabajo que queda por delante. Claro, los visitantes sí ven cierta belleza en sentido literal en los edificios y el terreno mismo. Es grato ver el contraste entre los paneles prefabricados de hormigón y las áreas parecidas a los terrenos de un colegio con céspedes, árboles y exhibiciones de flores. Las poco más de 18 hectáreas de hierba contrastan hermosamente con los árboles imponentes (árboles de hoja perenne, arces y abedules) que rodean la propiedad de 26 hectáreas.
Pero a los ojos de observadores que tienen percepción espiritual lo más bello es lo que se está efectuando y lo que aún puede efectuarse aquí para promover la predicación del Reino. Dichas personas se dan cuenta de que a pesar de la persecución instigada por el clero y las injustas proscripciones oficiales de tiempos pasados, ha habido aumento. Sin la ayuda de la gente del mundo ha habido expansión al grado de que ya está listo un edificio de dos pisos para oficinas que mide unos 1.852 metros cuadrados y que satisfará las necesidades de 70.000 Testigos activos en más de 1.100 congregaciones.
En la fábrica, que también sirve de centro de distribución y que es tan larga como el arca de Noé (unos 140 metros) y tres veces más ancha (unos 70 metros), los visitantes pueden ver una nueva prensa rotativa de tipo offset de la marca Harris que puede producir 35.000 revistas por hora.a Aquí se imprimen las revistas La Atalaya y ¡Despertad! en inglés, francés e italiano. La tinta y los negativos que se utilizan en la preparación de las planchas offset para la impresión de estas publicaciones provienen de Brooklyn. Los visitantes también pueden observar una prensa offset más pequeña de la que salen revistas en ucraniano y samoano. El que la población del Canadá es multilingüe y ha habido un aumento en la cantidad de congregaciones de diversos idiomas se refleja en el hecho de que Nuestro Ministerio del Reino se imprime en siete idiomas ahora. Los visitantes se dan cuenta de que hay campo para que aumente el trabajo de impresión. Actualmente, desde aquí se envían por correo revistas a otros 66 países para ayudar en la obra de enseñar las “buenas nuevas” allí.
Ahora hay 170 trabajadores voluntarios que viven en la residencia (Betel). Tiene espacio para alojar a 250 personas. A las horas de comida se puede acomodar a 350 personas en el comedor. Mucho del alimento proviene de la granja Watch Tower, que abarca más de 114 hectáreas y queda a solo 20 minutos de distancia. Aquí también puede aumentarse la producción.
Así, todo prueba que Jehová está bendiciendo la obra de proclamar el Reino en este país. Los proclamadores se regocijan por el estímulo que reciben. Es su sincero deseo que haya aún más aumento y expansión para la alabanza de Jehová.—Ageo 2:6, 7.
[Nota a pie de página]
a De hecho, este edificio mide 134 metros de largo y 73 metros de ancho.
[Fotografía en la página 27]
Edificio de oficinas y la fábrica, sucursal canadiense de la Watch Tower
[Fotografía en la página 28]
El nuevo complejo de habitaciones, Betel del Canadá
[Fotografía en la página 29]
Veteranos relatan sus experiencias del pasado durante el programa de dedicación