Carta de recomendación
Queridos hermanos:
Cuando ustedes dijeron que el libro Usted puede vivir para siempre en el paraíso en la Tierra era una “maravillosa ayuda docente”, tenían muchísima razón.
Mientras hojeaba mi ejemplar, me inclinaba a ser incrédula, como Tomás. El libro era hermoso y fácil de leer y entender, pero ¿les interesaría a las personas para quienes estaba dirigido: los que uno encontrara en casa, en la oficina y los vecinos?
La respuesta fue ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! La mayor parte de los libros que he colocado los he colocado en la oficina del médico donde trabajo, pero el libro se colocó por sí solo en el caso de la vecina.
D——D—— es mi vecina de al lado. Es una jovencita brillante, dulce y emprendedora, de 13 años de edad, que no deja de moverse ni hablar durante las horas en que está despierta.
Una tarde, mientras ella visitaba a mi hija, tomó en sus manos ese “librito rojo”. Desde entonces, D—— no ha sido la misma. Ha estudiado únicamente el primer capítulo y ha asistido a todas las reuniones a las que su padre le ha permitido ir, ha ordenado su habitación, ha corregido su manera de hablar, ha dejado las malas asociaciones y se ha deshecho de la música de mal gusto. Se ha sosegado, se ha vuelto obediente y es un verdadero placer estar con ella. Ha cambiado tanto que la madre de ella ahora quiere estudiar el mismo libro, para poder ser tan feliz como su hijita.
No sé en qué irá a parar esto, pero esperamos, o mejor, oramos, que lleguen a ser dos personas más que amen a Jehová y a su Hijo y compartan con otros ese “librito rojo”.
Con todo mi cariño,
D. L. F.