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  • Las Bermudas se regocijan por el aumento del Reino
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
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  • El mensaje gozoso llega a las Bermudas
  • El aumento del Reino trae gozo
  • Servicio gozoso por delante
La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1985
w85 15/8 págs. 28-30

Las Bermudas se regocijan por el aumento del Reino

“¡JEHOVÁ mismo ha llegado a ser rey! Esté gozosa la tierra. Regocíjense las muchas islas.” Así cantó el salmista bíblico (Salmo 97:1). Entre estas “muchas islas” están las Bermudas, una colonia británica en el Atlántico occidental que tiene su propio gobierno, a unos 1.100 kilómetros (700 millas) al sudeste de la ciudad de Nueva York.

Con sus famosas playas rosadas y sus azules aguas cristalinas, las Bermudas están ciertamente entre las bellezas de las islas del Atlántico. A los visitantes les deleita su encantador modo de vida. “En lugar de bocinas de automóviles, pitos de fábricas, semáforos, rascacielos, trenes subterráneos y multitudes apresuradas —comentó en una ocasión cierto admirador de hace mucho tiempo—, había el sonido de caballos al galopar, el sonido metálico de timbres de bicicletas, cocheros con sus salacots, ‘bobbies’ [policías] dirigiendo el tráfico, que se mantiene a la izquierda, hombres de negocios andando en pantalones cortos, cafés en pórticos, la deslumbrante limpieza de los edificios de color pastel y las casas de poca altura y techo blanco.”

Esa observación se hizo en 1939. ¿Qué hay de hoy día? El transporte y la comunicación modernos han hecho que este pequeño archipiélago sea una parte muy integrante de la sociedad occidental. Esto ha producido muchas ventajas y prosperidad material. Pero ¿ha resultado esto en un modo de vida completamente gozoso para los isleños? En realidad, no.

Para ilustrarlo, cierto periódico dijo recientemente: “El primer ministro da una advertencia severa a los habitantes de las Bermudas [...] la economía de la isla se encaraba a desafíos serios”. Un artículo posterior informó: “El ministro dice que hay que efectuar cambios, el turismo se está yendo a pique”.

En comparación con muchos otros lugares, las Bermudas todavía pueden parecer bastante paradisíacas. Sin embargo, se informa que el delito está aumentando a razón de cuatro por ciento anualmente. Otros artículos periodísticos hablan de “la existencia de un círculo de tráfico de drogas fuertes en las Bermudas” y de los “revólveres especiales que se ocultan fácilmente o mortales armas automáticas” que “están de regreso en las calles”. No es de extrañar que una encuesta reciente revelara que “de cada cuatro habitantes de las Bermudas, aproximadamente uno opina que las condiciones no están tan buenas ahora como lo estaban en el pasado y que empeorarán durante los siguientes cinco años”.

No obstante, ¿hay esperanza de un futuro más prometedor? ¿Pueden los habitantes de las Bermudas hallar un buen fundamento para la felicidad y el verdadero gozo?

El mensaje gozoso llega a las Bermudas

La esperanza de un futuro gozoso mediante el Reino de Dios llegó por primera vez a las Bermudas en 1913. En aquel tiempo, un Estudiante de la Biblia llamado Nelson distribuyó algunas publicaciones de la Watch Tower por estas islas. Sin embargo, más tarde las autoridades locales le pidieron que se fuera.

El prejuicio religioso contra los testigos de Jehová persistió por muchos años. Así, en 1933, la familia Roberts, de las Antillas, se vio obligada a irse de las Bermudas. Muchos otros experimentaron un trato parecido... simplemente por procurar esparcir el gozoso mensaje bíblico. Entre estos estuvo Fredricia “Freddy” Johnson, quien durante los años treinta visitó con frecuencia estas islas como ministra de las buenas nuevas de tiempo completo. Con todo, en 1940 se le llevó ante el tribunal y se le dijo: “Usted no es la clase de persona que queremos en las Bermudas, y cuanto más pronto se vaya, mejor”.

A pesar de la presión continua, los proclamadores del Reino no cesaron de esparcir el gozoso mensaje bíblico. En 1945, dos graduados de la Escuela Bíblica de Galaad de la Watchtower llegaron a las Bermudas. Aunque fueron deportados en 1947, por unos 19 meses habían llevado a cabo un ministerio fructífero al ayudar a los isleños a aprender acerca de la esperanza de los testigos de Jehová y la clase de personas que son ellos. Los Testigos dejaron que su conducta hablara por ellos, y Jehová recompensó sus esfuerzos persistentes.

Dos graduados de la Escuela de Galaad que habían recibido adiestramiento especial llegaron en 1951. Para ese tiempo las autoridades habían desarrollado una actitud más tolerante para con los Testigos.

El aumento del Reino trae gozo

En 1950 había solo cinco publicadores del Reino que se asociaban con la única congregación de las Bermudas. Diez años más tarde, la cantidad de publicadores había aumentado a 43, y para 1970, 118 testigos de Jehová servían gozosamente en esa congregación. En la siguiente década también se vio evidencia del aumento del Reino cuando la cantidad de congregaciones había aumentado a cuatro, con un total de 214 publicadores. Para enero de 1985, más de 310 personas que se asociaban con estas congregaciones participaban activamente en compartir su esperanza gozosa con otros.

Sin embargo, no es meramente el aumento numérico lo que trae gozo. Es el ver los cambios en la vida de los que abrazan las buenas nuevas lo que produce deleite. Mientras más y más personas, jóvenes y mayores, recurren a las drogas y las bebidas alcohólicas, otros están emprendiendo el modo de vivir verdaderamente feliz.

Por ejemplo, Randy llegó a envolverse en el uso de drogas a la edad de 12 años. “Debido a mis malas asociaciones, comencé con la marihuana. Esto condujo a drogas fuertes como los estimulantes y la LSD. Mis primeros 15 viajes fueron preciosos... o eso me parecieron en aquel tiempo. Entonces comenzaron los viajes malos. En cierta ocasión pasé de cuatro a cinco horas tomando leche y agua porque creía que había fuego en mis entrañas. Otra experiencia horrorosa que tuve fue cuando me senté en un rincón mientras me parecía que el cuerpo se me estaba encogiendo y a la misma vez los pies se agrandaban cada vez más. Si en aquel momento hubiera tenido una pistola, me hubiera suicidado. [...]

”Rara vez pasaba un día sin que fumara marihuana. [...] También llevaba una vida muy inmoral, que en aquel tiempo me parecía bastante normal.”

Después de vivir de este modo por 11 años, Randy llegó a estar en contacto con la verdad. Su hermano y su hermana habían comenzado a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová, y su hermana dejaba literatura bíblica en el cuarto de él. Él nunca la leía. Entonces en cierta ocasión le atrajo la portada de un número de la revista ¡Despertad! que trataba sobre el tema de la paz mundial. Leyó la revista con interés y se lo confesó a su hermana, quien inmediatamente le dio el libro La verdad que lleva a vida eterna. “Me lo llevaba al trabajo todos los días —dijo Randy—, y en una semana lo leí por completo. Este era el primer libro que había leído desde el principio hasta el final.”

El hermano de Randy lo invitó a asistir a una reunión en el Salón del Reino, pero titubeó un poco porque Randy “detestaba vestir bien”. No obstante, él sí asistió y ahora dice: “Desde entonces no he dejado de disfrutar de estos maravillosos arreglos que Jehová provee”. Poco después se bautizó en símbolo de su dedicación a Jehová Dios. “Desde entonces en adelante he dedicado de 75 a 90 horas al mes a hablar con otras personas acerca de mi esperanza en cuanto al futuro”, sigue diciendo Randy. “Especialmente me aseguré de hablar a todos mis amigos anteriores acerca de estas buenas nuevas.” Con el tiempo Randy se casó con una celosa predicadora de las buenas nuevas. En enero de 1983 ella llegó a ser precursora regular. Un año más tarde él logró unirse a ella en este útil y gozoso modo de servir a Jehová. Además, ya por más de seis años él ha servido de anciano nombrado en una de las congregaciones locales. Randy dice: “¡Doy gracias a Jehová todos los días por haberme abierto el corazón a la verdad!”.

Muchas otras personas de las Bermudas han podido cambiar su modo de vivir y han llegado a ser mejores y más felices esposos, esposas, madres, padres, hermanos y hermanas. Especialmente entre la población de adolescentes y adultos jóvenes vemos un vivo interés en una esperanza confiable en cuanto al futuro. Consideremos el caso de una familia que es un excelente ejemplo de esto.

Gretchen comenzó a estudiar por primera vez la Biblia con los testigos de Jehová en 1961. Podía ver el error de las doctrinas que las otras religiones enseñaban, de modo que esperaba hallar algo malo en lo que le enseñaban los Testigos. Pero no pudo hallarlo. Gretchen se bautizó en 1963. Hoy, más de 20 años después, dos de sus hijos y tres de sus hijas sirven también como gozosos testigos bautizados de Jehová.

Servicio gozoso por delante

Todos estos jóvenes, junto con sus hermanos y hermanas espirituales de más edad, están segando los gozos del servicio sagrado a Jehová.

En 1984 había una proporción de un Testigo por cada 170 habitantes. Pero ¿hay esperanza de mayor aumento del Reino? ¡Claro que sí, pues actualmente se conducen unos 300 estudios bíblicos en los hogares de las personas interesadas en la Biblia! Es patente, pues, que hay grandes perspectivas de mayor aumento del Reino, que ciertamente traerá mayor gozo a las Bermudas.

[Fotografías en la página 30]

Salones del Reino... centros de la adoración verdadera en las Bermudas

[Mapas en la página 28]

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)

OCÉANO ATLÁNTICO

[Mapa]

Hamilton

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